Tiempos duros para la extra?a pareja
Lo m¨ªnimo que puede decirse de la actitud de Jean-Paul Sartre durante la II Guerra Mundial es que no fue demasiado heroica. Ya lo denunci¨® un libro de Gilbert Joseph publicado en Par¨ªs en 1991: Una ocupaci¨®n tan dulce: Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, 1940-1944. Sartre no tom¨® el camino, de Londres, donde se hab¨ªa instalado el irreductible general De Gaulle, ni tampoco el de la resistencia interior contra la ocupaci¨®n alernana de Francia. El escritor se qued¨® en Par¨ªs, frecuentando los caf¨¦s, los bailes y los teatros, escribiendo art¨ªculos en un peri¨®dico colaboracionista y negociando con las autoridades nazis la puesta en escena de sus primeras obras teatrales. Ahora, con la publicaci¨®n de textos in¨¦ditos de los diarios de Sartre al estallar la Il Guerra Mundial, sabemos que fue consciente de su cobard¨ªa y tambi¨¦n que, por admiraci¨®n por Heidegger, tuvo la tentaci¨®n de coquetear intelectualmente con el fascismo. Aquel "te¨®logo sin dios% como le ha llamado Octavio Paz, ya andaba a la b¨²squeda de una religi¨®n laica a la que consagrar su poderosa inteligencia.En verdad los ¨²ltimos a?os est¨¢n resultando muy duros para el mito intelectual formado por Sartre y Simone de Beauvoir. Sucesivas revelaciones contribuyen a desmontar la leyenda creada en torno a la pareja que desde la parisiense rive gauche influy¨® en tantas conciencias del planeta. En 1990, a ra¨ªz de la aparici¨®n p¨®stuma de sus Cartas de Sartre y Diario de guerra, numerosas escrit¨®ras francesas le reprocharon a Beauvoir un trato "machista" y "¨ªnezquino" con algunas de las muchachas que fueron sus amantes.
Pero el ca?onazo definitivo contra el mito fue el hundimiento del comunismo y el descubrimiento de que ese sistema era incluso peor de lo que se pod¨ªa, imaginar: no ya s¨®lo totalitario, sino francamente ineficaz. ?Qu¨¦: puede pensarse ahora de la afirmaci¨®n sartriana de que el mar-, xismo constituy¨¦el "liorizonte filos¨®fico indispensable de nuestro tiempo"? ?Qu¨¦ decir de Ios encendidos elogios de Sartre a. personajes como Castro y Mao?
Cuarenta a?os despu¨¦s del inquistorial ataque de Sartre contra Albert Camus, el autor de El extranjero gana en todos los frentes al de El ser y la nada. Tirios y troyanos reconocen lo que Jean Daniel llama "la virtud anticipadora y solitaria del ensayista que, bajo el sarcasmo de los progresistas, se alz¨® contra los totalitarismos". Lo importante de Camus no es s¨®lo que combati¨® con el mismo vigor el fascismo y el bolchevismo, sino que denunci¨® la sacralizaci¨®n de la Historia. Para Camus no exist¨ªan leyes hist¨®ri" cas ineluctables e irreversibles, ni horizontes filos¨®ficos indispensables. Tan s¨®lo el ser humano con sus fr¨¢giles y necesarios valores de libertad y solidaridad.
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