"Yo no he trabajado en el cine para alcanzar la gloria"
, Se ha pasado 35 a?os de los 60 que cumple hoy viviendo del cine y del teatro como actor secundario. Ha hecho juegos de magia, pinitos circenses, papeles de presentador, teatro infantil y, m¨¢s espor¨¢dicamente, papeles de frase corta. Nadie le conoc¨ªa y ahora hasta le saludan por la calle. Es Saturnino Garc¨ªa, un leon¨¦s recriado en Bilbao que ha conseguido este a?o dos importantes premios cinematogr¨¢ficos: el de mejor actor en el Festival de Sitges y el Goya al actor revelaci¨®n por la pel¨ªcula Justino, un asesino de la tercera edad. El filme, que se estren¨® el viernes, est¨¢ dirig¨ªdo por La Cuadrilla, formada por Luis Guridi y Santiago Aguilar.
Saturnino es un solitario soltero que tiene casa en Barakaldo, en la margen izquierda de la r¨ªa de Bilbao, y que cuando viene a Madrid se instala en un hostal cercano al Retiro. ?l es el primero que quisiera saber la raz¨®n del revuelo y la nube de ¨¦xitos que vive estos d¨ªas. "Me encaja mejor si se hubiera producido la llegada a Espa?a de un actor desconocido y aqu¨ª le hubieran dado la rev¨¢lida. Pero yo he estado siempre en Espa?a. Lo que pasa es que soy un actor de tantos, de esos que arropan a los protagon¨ªstas con peque?os papeles. Es lo mismo que pasa en la sociedad, donde unos pocos son l¨ªderes, con mando y poder, y el resto es el pueblo. De cuando en cuando uno de esos afloran a la, superficie con papeles m¨¢s destacados. y se hacen protagonistas Este ser¨¢ mi caso".
Es su sentido estoico de la vida -"he tenido que superar muchos traumas, aprender a privarme de muchas cosas, y eso forja mucho"- lo que le hace tener los pies bien pegados a la tierra. No se considera un marginado del cine por el hecho de ser un secundario. Al contr¨¢rio, est¨¢ absolutamente orgulloso de ser lo que ¨¦l llama "un obrero del cine". "No podemos dejamos equivocar con que actor secundario es actor de clase B. Es ¨²nicamente el que hace papeles menores porque en la historia hay un ¨²nico protagonista, que es el que conduce al p¨²blico durante toda la obra, o toda la pel¨ªcula, y a los dem¨¢s le pasan otras cosas, pero en torno a ¨¦l. El actor secundario o incluso el de reparto puede ser de la misma calidad, y de hecho lo son: se saben el oficio como el primero y tienen una gran experiencia".
El mismo pegamento le funcion¨® el d¨ªa que le dieron el Goya al actor revelaci¨®n. "Ten¨ªa algo de ilusi¨®n porque mis amigos me dec¨ªan que lo m¨ªo estaba cantado. Pero a m¨ª me gusta mantener el sentido com¨²n de la realidad lo m¨¢s posible para no caer en picado, y el sentido com¨²n me dec¨ªa que ¨¦ramos tres candidatos y que no ten¨ªa nada m¨¢s que un tercio de posibilidades. Me pas¨¦ toda la ceremonia haciendo ejercicios mentales para que no se, me quedara cara de bobo si no dec¨ªan mi nombre. Confieso que el coraz¨®n me palpit¨® muy fuerte cuando los presentadores proced¨ªan a abrir el sobre, pero cuando ya lo dijeron volv¨ª a mi estado anterior. Ten¨ªa que ser igual en la gloria que en el fracaso".
No le ha resultado doloroso llegar hasta donde ha llegado porque, afirma, "no he trabajado en el cine para alcanzar ninguna gloria". "Por desgracia o por suerte, no nac¨ª en cuna espl¨¦ndida, sino humilde, y vivo mucho mejor que lo hicieron mis padres.. Eso me enorgullece. Siempre he dicho que si mi padre fue un obrero, en el cine tambi¨¦n hay obreros, y yo soy uno de ellos. He trabajado en el cine para vivir y no he aspirado a m¨¢s. Traslad¨¢ndolo a la estructura social de una f¨¢brica, el protagonista para m¨ª ser¨ªa el ingen¨ªero, el secundario ser¨ªa el relaciones p¨²blicas y el. que hace peque?os papeles el mec¨¢nico que est¨¢ en el torno. He asumido siempre eso y lo sigo asumiendo", advierte por si hab¨ªa alguna duda de cierta presunci¨®n presente, "porque no hay ninguna raz¨®n para que pueda presumir que he escalado a ning¨²n puesto superior dentro de mi profesi¨®n de actor".
Ha amado el cine desde ni?o, aunque dice que sabe muy poco. "A m¨ª me puede usted preguntar qu¨¦ director me gusta m¨¢s y no le puedo decir porque. entiendo muy poco de eso, pero s¨ª le digo que siento un gran amor por el cine. ?Qui¨¦n no ama el cine? En sus cien a?os de existencia, ?cu¨¢nto no ha divertido?, ?cu¨¢nto no ha ense?ado?, ?cu¨¢nto no se ha visto gracias a la imagen filmada?", dice asombrado. En sus inicios combin¨® el teatro en centros culturales y casas regionales de Bilbao con los espect¨¢culos de variedades. "En esos espect¨¢culos he hecho papeles de presentador, de pareja de payaso, de prestidigitador...
Lo suficiente, para ilusionar al p¨²blico, que es como enga?arle en el sentido m¨¢s noble". Saturnino viaj¨® durante a?os por toda el territorio espa?ol con su propia compa?¨ªa, tan propia que ¨¦l era el ¨²nico miembro. Se llamaba Bulul¨² y representaba un espect¨¢culo infantil en el que se transformaba en distintos personajes. Cuando le surg¨ªa alg¨²n trabajo estable aparcaba su Bulul¨² y a otra cosa.
Su primer papel protagonista en el cine fue con un cortometraje de Alex de la Iglesia, Mirindas asesinas. Luego ha ido apareciendo en filmes como Acci¨®n mutante, primer largometraje de Alex de la Iglesia, y ¨²ltima mente en 7.000 d¨ªas juntos (Fernando Fern¨¢n-G¨®mez), S¨¢lvate si puedes (Joaqu¨ªn Trincado) y otros. Tiene en perspectiva participar en cinco pel¨ªculas; pero no, se asusten "en total son diez d¨ªas de trabajo".
Este autodidacto con alma de intelectual, que lee a los cl¨¢sicos y disfruta con la poes¨ªa, la filosof¨ªa y el ensayo, nunca se ha visto tan alto, pero no le importa nada volver a bajar. Sabe lo que estar abajo y no le disgusta.
Babelia
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