Primera parada, largo recorrido

Del entusiasmo juvenil del comienzo a la fortaleza del superviviente. El cuarteto catal¨¢n Sweet Sister presentaba en, El Sol madrile?o su primera obra discogr¨¢fica. Lo de la Dulce hermana, por pura l¨®gica generacional, se inscribe en las maneras de los noventa, pero a distancia de la contagiosa enfermedad del grunge. Todav¨ªa desconocida, esta formaci¨®n puso ganas y buenas maneras en un ambiente desangelado. El ingl¨¦s, que se interpreta aqu¨ª con soltura, puede suponer, sin embargo, una r¨¦mora de puertas para adentro.De la raza de quienes se lo echan todo a las espaldas es Jos¨¦ Carlos Molina y su seguimiento actual. Am¨¦n de las dificultades del d¨ªa a d¨ªa, ?u ha soportado dos d¨¦cadas de incomprensi¨®n y ausencia de apoyo, respondidas con una actitud de "aqu¨ª me las den todas, que yo tiro para adelante". Para muchos, el veterano grupo madrile?o se perdi¨® en la noche de los tiempos, pero¨ª lo cierto es que su actividad, aunque p¨²blicamente inadvertida, no ha cesado nunca. Mientras se dispone a conmemorar la haza?a temporal que suponen 20 a?os parti¨¦ndose la cara por esos escenarios de Dios, Molina y sus c¨®mplices recorrieron buena parte de la historia musical del grupo frente a unos pocos cientos de fieles que se fueron convencidos a su salida del Rev¨®lver Club. ?u es la flauta que vencer¨¢, al menos en el terreno de la dignidad.