El Gobierno mantiene la obligatoriedad en el pago las cuotas de las c¨¢maras de comercio
Gobierno mantendr¨¢ las cuotas obligatorias que las empresas pagan a las c¨¢maras de comercio. Esta decisi¨®n, que despeja la alarma sobre el futuro de las c¨¢maras -muy extendida en el mundo empresarial-, fue adoptada el pasado lunes en una reuni¨®n entre el vicepresidente, Narc¨ªs Serra; el ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, y el de Comercio, Javier G¨®mez-Navarro. El Ejecutivo ultima un proyecto de ley que reformula la ley de 1993 y que fue aprobada por consenso por todos los grupos parlamentarios.
La decisi¨®n del Gobierno despejar¨¢ sin duda el futuro de las c¨¢maras de comercio, muy comprometido desde que algunas grandes compa?¨ªas han dejado de hacer efectivas sus cuotas o se encuentran enzarzadas en pleitos y recursos sobre las cantidades que deben pagar a sus c¨¢maras territoriales. Esto ocurre desde que el Tribunal Constitucional declarara inconstitucionales la afiliaci¨®n y pago obligatorio de las cuotas de la Ley de 1991 y que se mantiene en la ley de 1993. La cuota que deben pagar. las empresas supone el 1,5% de recargo en el impuesto de sociedades. Es decir, que si una empresa gana 100 millones de pesetas debe pagar de impuesto de sociedades 35 millones de pesetas m¨¢s 1,5 millones de pesetas a la c¨¢mara. Varias empresas han protestado. Es el, caso de Repsol, la empresa espa?ola de mayor volumen, de otras grandes compa?¨ªas como Ford Espa?a y de varias empresas cementeras de origen familiar. Al finalizar el ejercicio pasado, el holding Repsol se neg¨® a pagar a la C¨¢mara de Madrid la alt¨ªsima cuota que le corresponde por ley sobre el beneficio de su ejercicio consolidado. Recientemente, y despu¨¦s de negociaciones con la C¨¢mara de Madrid, el grupo petroqu¨ªmico semip¨²blico ha acordado que sean sus filiales las que satisfagan cada una por separado su cuota, lo cual reduce sustancialmente su aportaci¨®n global.Muchas empresas que tenian que satisfacer su cuota. correspondiente a, 1993 a partir del pasado mes de julio congelaron el pago al conocer la sentencia. Durante los ¨²ltimos meses, en los plenos de las principales c¨¢maras espa?olas -Madrid, Valencia, Bilbao, Barcelona- se ha puesto de manifiesto, adem¨¢s, qu¨¦ muchas empresas no tienen intenci¨®n de pagar la cuota de este ejercicio. Para hacer frente a la crisis financiera que ya soportan algunas c¨¢maras, que se acentuar¨¢ mucho m¨¢s al cumplirse el plazo de pago correspondiente a 1994, el Gobierno conceder¨¢ un aval de 11.700 millones de pesetas a las 83 c¨¢maras de comercio que existen en Espa?a. Este aval ir¨¢ con cargo a los Presupuestos de 1995.La actitud contraria a satisfacer las cuotas que mantienen empresas de tama?o grande y mediano se fundamenta en que los servicios ofrecidos por las c¨¢maras van dirigidos fundamentalmente a las peque?as empresas. Pero es precisamente este c¨¢racter distributivo de las cuotas lo que empuja al Gobierno a mantener la obligatoriedad. La morosidad de las c¨¢maras en 1994 lleg¨® al 60%.Regate al Constitucional
El nuevo texto precisamente trata de hacer un regate al Constitucional y dar m¨¢s contenido real a las c¨¢maras como prestadoras de servicios a todas las empresas. Entre las nuevas funciones se intenta que gestionen el registro de sociedades de grupos de compras. Asimismo, se pretende que las comunidades aut¨®nomas les traspasen la gesti¨®n del registro de comercio. Por ello, las Comunidades Aut¨®nimas se incorporar¨¢n al Consejo Superior de C¨¢maras. Adem¨¢s, reforzar¨¢n su car¨¢cter de apoyo a la exportaci¨®n.El plan de reestructuraci¨®n que pretende dar un mayor contenido a las c¨¢maras y curarse en salud ante lo que puede decir el Constitucional sobre la Ley de 1993, tambi¨¦n prev¨¦ que que las c¨¢maras ofrezcan unos servicios m¨ªnimos a las empresas y obligar¨¢ a aquellas c¨¢maras que no puedan dar esos servicios por su dimensi¨®n a que se fusiones o bien a desaparecer. Esto acarrear¨¢ una reasignaci¨®n de recursos y sobre todo puede dar al traste con muchas c¨¢maras de las 83 existentes en Espa?a.
La CEOE ha mantenido en los ¨²ltimos a?os una actitud beligerante ante la obligatoriedad del pago de cuotas por parte de las empresas.
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