El fiscal relata los supuestos maltratos en la COE en el ¨²ltimo d¨ªa del juicio

"Los 18 ex soldados, por llamarlos de alguna manera, no se atreven a mirarme a la cara", afirm¨® ayer el alf¨¦rez de los boinas verdes Jos¨¦ Diego L¨®pez ante el tribunal militar que le ha juzgado desde el lunes hasta ayer en Palma de Mallorca por un delito de abuso de autoridad y malos tratos a sus inferiores.El fiscal solicit¨® una pena de dos a?os de c¨¢rcel para L¨®pez y cuatro cabos profesionales de la Compa?¨ªa de Operaciones Especiales (COE): Antonio Sitges, Rafael Carrascosa, Miguel Ochogav¨ªa y Antonio S¨¢nchez. La defensa descalific¨® las acusaciones contra los 18 j¨®venes que se fugaron en febrero de 1994 del cuartel y denunciaron que sufr¨ªan castigos f¨ªsicos y actitudes violentas.

El letrado Eduardo Lalanda, asegur¨® que los denunciantes, a los que calific¨® de "saltadores de tapia", hicieron acusaciones falsas. Adem¨¢s los acus¨® de un delito de sedici¨®n, pese a que este aspecto qued¨® zanjado hace un a?o, cuando se produjo la huida de los j¨®venes.

Los abogados reclamaron para los mandos la aplicaci¨®n del principio "en la duda, a favor del reo", al existir dos versiones contradictorias. La acusaci¨®n del fiscal fue pormenorizada. Cada incidente, sus protagonistas y sus testigos. Las supuestas agresiones de los cinco mandos fueron ratificadas por varios de los antiguos soldados. La defensa asumi¨® la misma l¨ªnea. La violencia denunciada ocurri¨® entre septiembre de 1993 y el 20 de febrero de 1994, mientras los 18 boinas verdes permanec¨ªan por voluntad propia en la secci¨®n de combate de la COE.

Exceso de castigo

Los presuntos actos de maltrato, exceden notablemente lo que es la instrucci¨®n", indic¨® el acusador. Eran collejas, patadas, pu?etazos, culatazos, palizas colectivas y agresiones personales, seg¨²n dijo. "Un aut¨¦ntico castigo f¨ªsico" observ¨®, para a?adir que "el dolor f¨ªsico no es un requisito indispensable para considerar el maltrato". Diferentes testigos de la defensa de los mandos hab¨ªan ponderado la aparente levedad de los golpes "que no hac¨ªan da?o".

El alf¨¦rez L¨®pez es militar desde los 17 a?os y tiene 31. Ha sido paracaidista, de las fuerzas regulares y boina verde. Sobrevivi¨® a un accidente con un mortero en el que murieron dos soldados, de acuerdo con la rese?a biogr¨¢fica que ¨¦l y su abogado hicieron. El ministerio p¨²blico le imput¨® abusos de autoridad y especialmente dos supuestos actos de violencia contra dos soldados. Uno a ra¨ªz de un grave error en la l¨ªnea de tiro y el otro por ir al psic¨®logo sin permiso.

En la reconstrucci¨®n del incidente considerado de mayor gravedad, el fiscal relat¨®: "El alf¨¦rez empuj¨®, empotr¨® contra la pared al soldado, le dio golpes, pu?etazos, varias pi?as y collejas". El defensor del oficial intent¨® negarlo con los relatos de varios testigos y lo redujo a una grave reprimenda verbal. Sobre la supuesta agresi¨®n en la l¨ªnea de tiro, el abogado afirm¨® que fue en noche oscura, sin luna, y no pudo ser observada por nadie.

Los cabos profesionales, antiguos boinas verdes reenganchados instruidos por el alf¨¦rez, quedaron involucrados en distintos supuestos delictivos, calificados de manera id¨¦ntica por el fiscal, pero que tambi¨¦n fueron negados por los abogados.