La ¨²ltima viuda de los GAL
Laura Mart¨ªn quiere saber por qu¨¦ fue asesinado su marido, Juan Carlos Garc¨ªa Goena, un pacifista ajeno a ETA
?Alguien, el Gobierno espa?ol o el franc¨¦s, le ha ayudado como v¨ªctima de un atentado terrorista? Laura Mart¨ªn, viuda de Juan Carlos Garc¨ªa Goena, el ¨²ltimo asesinado por los GAL, suspira: "No..." Silencio. "Nunca..." M¨¢s silencio. "Nadie..." Silencio casi interminable. Su marido, de 27 a?os, fue destrozado por una bomba el 24 de julio de 1987 en Hendaya, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Nunca hab¨ªa tenido nada que ver con ETA. Del atentado fueron acusados los ex polic¨ªas Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez, pero resultaron absueltos. Como otras v¨ªctimas, de los GAL, Mart¨ªn ni siquiera ha conseguido ser reconocida como tal.Laura recuerda el cuerpo mutilado de su marido sobre la calle Atabala, donde viv¨ªan, despu¨¦s de que una bomba estallara a las cinco y media de la ma?ana al poner en marcha el Citro?n Dyane 6 para ir al trabajo. Minutos m¨¢s tarde, la mirada llorosa del alcalde de Hendaya, el socialista Raphael Lasallette, en el portal de la casa. "Entonces supe que hab¨ªa muerto", dice. Desde aquel momento quiere saber por qu¨¦, comprender la raz¨®n de que los GAL eligieran a su marido, conocer si el d¨ªa fue escogido a prop¨®sito lo si tambi¨¦n pod¨ªa haber saltado en pedazos su hija de 14 meses, con la que Garc¨ªa Gonea sol¨ªa ir en el coche a comprar el peri¨®dico y el pan cuando no trabajaba en el turno de la ma?ana.
Juan Carlos Garc¨ªa Gonea, de Tolosa (Guip¨²zcoa), huy¨® del cuartel antes de haber pasado dos semanas en la mili. Era un pacifista radical y rechazaba las armas. Por eso se fue a Beasain a decirle a la que entonces era su novia que no soportaba la vida militar y que se marchaba a Hendaya. Pasados los a?os, inici¨® gestiones para poder volver legalmente. Hac¨ªa planes y so?aba con regresar a los a?orados carnavales de Tolosa.
La antigua novia de Amedo, Inmaculada G¨®mez, declar¨® en el juicio contra el ex subcomisario haber tenido en su propia casa la bomba empleada en el atentado. La versi¨®n de esta testigo es que Amedo, a?o y medio despu¨¦s de que los GAL hubieran reivindicado su ¨²ltimo atentado, estaba nervioso y se consideraba abandonado frente a las investigaciones incipientes sobre los GAL. Tras advertir una noche al jefe superior de Polic¨ªa de Bilbao, Miguel Planchuelo, de que no se quedar¨ªa de brazos cruzados, decidi¨® actuar por su cuenta para demostrar que hablaba en serio. Escogi¨® una v¨ªctima f¨¢cil simplemente porque viv¨ªa al otro lado de la frontera, consciente de que no ten¨ªa nada que ver con ETA.
Laura Mart¨ªn ha superado el miedo que le llev¨® a dormir durante meses abrazada con sus hijas y asida a un martillo, pero vive desde entonces para desentra?ar la trastienda del atentado. Sigue angustiada las noticias sobre los GAL e intenta intervenir como puede. El 3 de marzo pasado, cuando empez¨® a hablarse de la concesi¨®n del tercer grado a Amedo y Dom¨ªnguez, escribi¨® una extensa carta de su pu?o y letra al entonces ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch.
Le dec¨ªa que ya no le mueve el odio, la sed de venganza ni el deseo de revancha, sino la necesidad de saber, de saberlo todo. "Le suplico que no colabore en conseguir la impunidad del Gobierno espa?ol", escribi¨®. Mart¨ªn explicaba al ministro que pod¨ªa aceptar la idea de ver a los dos polic¨ªas en libertad provisional, pero si colaboraban con la justicia y ayudaban a subir escalones en el organigrama de los GAL. No obtuvo respuesta.
Cuando vio en la televisi¨®n las im¨¢genes de Amedo en la calle llor¨® "como una loca", recuerda. De rabia y de impotencia. La sorpresa fue may¨²scula en, diciembre pasado, cuando supo que los dos ex polic¨ªas hab¨ªan empezado a contar cosas al juez Baltasar Garz¨®n. Se confirmaba un viejo presentimiento. Hab¨ªa alentado siempre la, esperanza de que los dos condenados acabar¨ªan por hablar "para no llevar ellos solos la carga de los GA,L".
Ahora, Laura Mart¨ªn sufre con cada incidente en torno a las diligencias, cada recusaci¨®n del juez, porque teme que se frustre la esperanza de llegar al final. Sufre, sobre todo, cuando oye elogios a la lucha antiterrorista de algunos de los inculpados. "Me duele hondo'?, explica. "Como si el asesinato de Juan Carlos no fuera terrorismo. ?O es que hay varios terrorismos, el bueno y el malo?".
Y no entiende bien la tremenda batalla pol¨ªtica desencadenada por el antiguo equipo del Ministerio del Interior. "Si Barrionuevo es inocente, ?por qu¨¦ no renuncia al aforamiento y, se defiende a pecho descubierto?", se pregunta. "Si Felipe Gonz¨¢lez tuvo algo que ver, que reconozca que se equivoc¨®, y si es inocente, ?por qu¨¦ no facilita todos los medios para la investigaci¨®n?".
Mart¨ªn mantiene en paralelo una batalla legal de la que le cuesta hablar, como si le diera verg¨¹enza. En los cuatro a?os siguientes al asesinato de su marido ni se le ocurri¨® solicitar una indemnizaci¨®n. Le repugnaba la idea de que la desaparici¨®n de Juan Carlos pudiera compensarse con dinero. En 1991, sin embargo, Cristina, Cuesta, hija de un directivo de Telef¨®nica asesinado por ETA y fundadora de Gesto por la Paz, le insisti¨® para que luchara por ser reconocida como v¨ªctima del terrorismo y le convenci¨® de que deb¨ªa exigir una indemnizaci¨®n, aunque s¨®lo fuera por el futuro de las tres hijas del matrimonio.
Su peregrinaje para conseguirlo no ha terminado. Le cost¨® tres a?os obtener un certificado de que su marido muri¨® en atentado que finalmente: firm¨® el 11 de marzo de 1994 el fiscal de Bayona, Jean Pierre Nalion. De momento, el Gobierno es pa?ol le ha negado cualquier tipo de pensi¨®n o indemniza ci¨®n. El primer motivo es que la ha solicitado fuera del plazo de un a?o desde el fallecimiento de su marido. Otro argumento de fondo esgrimido por el Servicio Jur¨ªdico del Estado de Justicia e Interior, seg¨²n dictamen firmado el 5 de octubre de 1994 por Emilio Jim¨¦nez Aparicio, es que la legislaci¨®n espa?ola ampara s¨®lo a las v¨ªctimas de actos terroristas cometidos en Espa?a. Las fronteras todav¨ªa existen, y a Garc¨ªa Goena le asesinaron unos pocos metros m¨¢s all¨¢ de la raya separadora entre Espa?a y Francia.
Reconocimiento para todas las v¨ªctimas
Cristina, Cuesta y el departamento de asistencia a las v¨ªctimas del terrorismo de la asociaci¨®n pacifista Denon Artean acaban de abrir en Bilbao, junto con la Asociaci¨®n de Derechos Humanos del Pa¨ªs Vasco -entre cuyos fundadores se encuentra Juan Alberto Belloch-, una oficina para ayudar a quienes han padecido la violencia terrorista, sea cual sea el color de su justificaci¨®n ideol¨®gica. La primera petici¨®n de las dos asociaciones al Gobierno es que reconozca como v¨ªctimas del terrorismo a los afectados por los atentados de los GAL.El asesinato de Garc¨ªa Goena est¨¢ juzgado y sentenciado. Sus presuntos autores no pueden volver a ser juzgados por los mismos hechos. No obstante, Amedo y Dom¨ªnguez han pasado de negar cualquier relaci¨®n con los atentados terroristas firmados por los GAL a admitirla de forma manifiesta cuando testimonian contra otros supuestos responsables.
La viuda de su ¨²ltima v¨ªctima cree que hay indicios para revisar o reabrir el caso de Garc¨ªa Gonea, aunque no sepa por qu¨¦ procedimientos, y espera conseguirlo alg¨²n d¨ªa.
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