Juicio contra seis funcionarios acusados de torturas a 23 presos de Valencia
Los seis funcionarios de la antigua c¨¢rcel Modelo de Valencia acusados de torturar a 23 internos tras un mot¨ªn, en enero de 1992, achacaron ayer las lesiones a la intervenci¨®n de los polic¨ªas, antidisturbios y a las reyertas entre presos. S¨®lo emplearon la fuerza para sacar a algunos de la celda, aseguraron durante el juicio que comenz¨® en la Audiencia de Valencia. La fiscal pide hasta 10 a?os de c¨¢rcel y la inhabilitaci¨®n por siete a?os de los acusados.
La c¨¢rcel Modelo de Valencia, ya cerrada, se convirti¨® en la noche del 2 de enero de 1992 en escenario de una espectacular revuelta que empez¨® tras un apag¨®n general por una aver¨ªa. En el transcurso, del mot¨ªn se produjeron varios incendios y llovieron piedras y objetos desde la galer¨ªas. Los destrozos fueron evaluados en 18.500.000 pesetas. En. los d¨ªas siguientes al altercado, numerosos presos denunciaron represalias durante la madrugada, y con los partes de lesiones en la mano, identificaron en ruedas de reconocimiento a los seis funcionarios que desde ayer se sientan en el banquillo de la Audiencia de Valencia. Fuertes golpes con porras y barras de hierro, aislamientos de varios d¨ªas sin agua y amenazas figuran en el relato de los presos afectados. No hubo luz en toda la noche, s¨®lo unos focos instala dos por los bomberos. Los de nunciantes afirman que fueron deslumbrados con linternas para que no pudieran reconocer a los funcionarios. Varios de los presuntos autores del castigo insistieron ayer en que la polic¨ªa antidisturbios actu¨® con contunden cia para reducir la revuelta y de volver a los presos a sus celdas, y que hubo reyertas y alg¨²n apu?alamiento entre los propios internos, una combinaci¨®n que ex plicar¨ªa, seg¨²n las defensas, las lesiones de los reclusos.
En los recuentos de presos posteriores al mot¨ªn y los registros superficiales de las celdas, en busca de las herramientas que desaparecieron del taller, todo fue normal, seg¨²n los acusados. Hubo cacheos y s¨®lo se emple¨® la fuerza f¨ªsica en alg¨²n caso por que los internos se negaron a_salir al pasillo. Las porras que llevaban varios de ellos no se utilizaron, dijeron.
Los afectados, sin embargo, se?alan a ?ngel C. C., alias Mortadelo, como autor de 17 agresiones durante aquella madrugada y la ma?ana siguiente, por las que la fiscal pide casi 10 a?os de c¨¢rcel. El funcionario respondi¨® con un conciso "no" a todas las acusaciones, incluida la de que hab¨ªa bebido. Adem¨¢s, subray¨® que no pis¨® las galer¨ªas de presos durante su recuento, ya que pas¨® esas horas en el centro de vigilancia. Se entretuvo con "paseos" y se prepar¨® "un bocadillo". La acusaci¨®n mostr¨® su extra?eza ante la poca actividad del acusado durante una noche tan movida. "Estaba cansado", respondi¨® ?ngel.
Pedro Antonio F. P, El Cabez¨®n para los presos, fue uno de los que sacaron "por los brazos" a tres internos que bloquearon la entrada de la celda con un colch¨®n, pero neg¨® haberles golpeado. El funcionario, que se enfrenta a una pena de m¨¢s de cuatro a?os, explic¨® que las lesiones pudieron producirse por la intervenci¨®n de los antidisturbios, aunque el mot¨ªn s¨®lo tard¨® en sofocarse unos minutos en cada galer¨ªa, seg¨²n reconoci¨® a la acusaci¨®n.
La declaraci¨®n de Manuel M. S., alias Oso Yugui, con una petici¨®n de pena de m¨¢s de dos a?os, no se apart¨® de las de sus compa?eros. Aquella noche era el jefe de servicio, dio el aviso a la Delegaci¨®n del Gobierno sobre la quema de contenedores en una de las galer¨ªas y la algarab¨ªa general. No hab¨ªa suficientes agentes de polic¨ªa porque "estaban en la Expo" de Sevilla, pero se emplearon "contundentemente" cuando entraron, record¨®. M. S. tambi¨¦n resalt¨® que hubo peleas entre presos. Una de ellas se aprecia en un v¨ªdeo grabado en medio de la oscuridad.
Antonio C. S. atribuy¨® las acusaciones a "odios y enemistades manifiestas" de los internos de la zona de aislamiento, donde trabajaba, y, como Pascual L. F. y Rafael Manuel P. C., rechaz¨® su participaci¨®n en las presuntas represalias. La fiscal pide penas menores para estos tres acusados y la inhabilitaci¨®n especial por siete a?os de todos los funcionarios. La acusaci¨®n particular, en representaci¨®n de los presos, eleva sustancialmente su petici¨®n de prisi¨®n y considera que existen agravantes de nocturnidad, premeditaci¨®n y cuadrilla. El juicio contin¨²a hoy con la declaraci¨®n de los presos.
"Don Angel"
?ngel C. C. hizo ayer una mueca de disgusto al preguntarle la fiscal si se le conoce por el alias de Mortadelo. "Posiblemente, pero normalmente me llaman don ?ngel" replic¨®. Manuel M. S. tambi¨¦n puso el "don" por delante al ser llamado Oso Yogui, y Antonio. F. P. dijo, con evidente disgusto, que no sab¨ªa que para los internos tambi¨¦n es El Cabez¨®n.
Los motes se volver¨¢n a o¨ªr hoy cuando declaren 15 de los presos. Algunos de los denunciantes han muerto y algunos han sido trasladados para este juicio desde otros centros a la c¨¢rcel de Picassent, donde trabajan ahora cinco de los acusados. La vista durar¨¢ varias semanas. Entre los m¨¢s de'100 testigos citados a declarar figuran el delegado del Gobierno en Valencia, Francisco Granados, y el ex jefe superior d¨¦ la Polic¨ªa, Jes¨²s Prol. Tambi¨¦n comparecer¨¢ el presidente de Uni¨®n Valenciana, Vicente Gonz¨¢lez Lizondo, que acudi¨® a la prisi¨®n tras recibir, como concejal del Ayuntamiento de Valencia, el aviso de la revuelta.
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