"Temo que el 'caso GAL' acabe con un acuerdo entre los dos grandes partidos"
Miguel Castells ha participado como defensor en consejos de guerra como el de Burgos, en 1970, en el que se ped¨ªan penas de muerte. Ha publicado varios libros, entre ellos uno dedicado al hist¨®rico juicio contra dirigentes de ETA (1971) o Radiograf¨ªa de un modelo represivo (1982), sobre las actuaciones de incontrolados y parapoliciales en el Pa¨ªs Vasco en los primeros a?os de la transici¨®n.
Pregunta. Durante el juicio, Amedo y Dom¨ªnguez lo negaron todo. De pronto, hablan. ?Por qu¨¦?
Respuesta. Hacia octubre, el juez Garz¨®n acuerda practicar diligencias de las que va a obtener elementos probatorios contra Amedo y Dom¨ªnguez, en relaci¨®n con un delito por el que no han sido juzgados, el secuestro de Segundo Marey, y tienen que articular una l¨ªnea de defensa. Ya han sido condenados a 108 a?os de c¨¢rcel, han cumplido seis y han tenido que seguir durmiendo en la c¨¢rcel. No se cumpli¨® la promesa de impunidad que todos estamos convencidos de que se les hizo.
P. ?Les ve como arrepentidos?
R. Para Amedo y Dom¨ªnguez existe el riesgo de que quienes adquirieron compromisos con ellos no est¨¦n en el poder en breve plazo. Tienen ya una cultura procesal, y deciden ir a la l¨ªnea defensiva opuesta a la anterior, decir la verdad acogi¨¦ndose al art¨ªculo 57 bis, b, del C¨®digo Penal. Ese art¨ªculo regula la figura del arrepentido que colabora eficazmente en la denuncia de los hechos y la identificaci¨®n de los delincuentes. Yo creo que dicen la verdad, porque en el momento en que mie tan ese beneficio se tambalea.
P. ?Qu¨¦ suceder¨ªa si se reactivaran sumarios distintos al de Marey, en los que Amedo y Dominguez pueden aparecer como culpables de nuevos delitos?
R. Habr¨ªa que ver en qu¨¦ les implica cada sumario, complicidad, encubrimiento, autor¨ªa... y respecto a qu¨¦ delitos. Desde el punto de vista del C¨®digo Penal, el beneficio del arrepentido debe llevar consigo alg¨²n beneficio para la sociedad. Ser¨ªa important¨ªsimo para la sociedad que se desenmascarasen a fondo todas las tramas de la guerra sucia.
P. La reactivaci¨®n del caso GAL ha desatado una gran batalla jur¨ªdico-pol¨ªtica. ?Un juez, por muy decidido que est¨¦, puede llegar hasta el final?
R. El desenmascaramiento judicial de un crimen pol¨ªtico cometido desde el poder parece imposible sin un cambio de r¨¦gimen. Ha habido casos en que se ha aclarado un crimen de Gobierno como el Watergate (no un crimen de Estado), pero la actuaci¨®n judicial por s¨ª sola hubiera naufragado. Ante estos delitos, la presi¨®n, desde el aparato del Estado, sobre los testigos, peritos o jueces es tan brutal que un magistrado solo no puede hacer nada. En el Watergate se pudo avanzar en la investigaci¨®n judicial gracias a la prensa y al Parlamento, en el que los partidos tuvieron que actuar empujados por la opini¨®n p¨²blica.
P. Ahora a eso se le llama juicio paralelo...
R. Vaya por delante que a los abogados no nos gustan los juicios paralelos, inciden negativamente en la normalidad judicial. Los jueces son humanos y, consciente o inconscientemente, les influye lo que se mueve en la calle. La libertad de expresi¨®n es un pilar de todo sistema democr¨¢tico, pero puede tener un coste que en ocasiones desemboca en un juicio paralelo. No obstante, cuando se trata de presuntos delitos de Estado es imposible que la investigaci¨®n se inicie siquiera sin alg¨²n contrapeso a la presi¨®n de los aparatos del Estado. Y este contrapreso puede ser la opini¨®n p¨²blica.
P. Habla como condici¨®n para llegar al final de un cambio de r¨¦gimen, no de Gobierno...
R. Temo que este asunto [los GAL] acabe con un acuerdo entre los dos grandes partidos. Habr¨¢ gente procesada y gente condenada... pero se acabar¨¢ colocando un cortafuegos. Lo que se investiga es un crimen de Estado, implica a importantes aparatos de Estado, no a unos cuantos miembros de un partido. En el juicio a Amedo y Dom¨ªnguez tambi¨¦n hubo un cortafuegos, el silencio de los testigos de la polic¨ªa o Interior, que aparecieron como una cuadrilla de ignorantes -dicho sea sin ¨¢nimo de ofender- acerca de cosas que obviamente deb¨ªan conocer. El Gobierno, prohibi¨® dar informaci¨®n sobre fondos reservados. Pacto de silencio que lleg¨® hasta el extremo de que Amedo silenci¨® sus huellas, no se las dej¨® tomar.
P. No parece haber indicios de un pacto de silencio.
R. Creo que se llegar¨¢ a un pacto, aunque no s¨¦ d¨®nde se situar¨¢ ahora el cortafuegos. Garz¨®n ha avanzado gracias a la sorpresa, pero ese efecto ya no existe. Es posible, incluso, que quiz¨¢s se llegue a retroceder algo. Ante un caso como ¨¦ste, el acoso y las presiones de los aparatos del Estado aumentan y el juicio paralelo est¨¢ servido, pero en contra del juez.
P. ?Qu¨¦ opina de la l¨ªnea de defensa de algunos socialistas seg¨²n la cual ellos no crearon los GAL y en todo caso su responsabilidad fue no desmontarlos?
R. La responsabilidad del PSOE por no haberlos desmantelado equivale a haber encubierto las tramas, y adem¨¢s las utilizaron e inevitablemente las potenciaron. No es eximente el que no las hayan creado. Sencillamente, si ya estaban ah¨ª, no hac¨ªa falta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.