Tensi¨®n en la Villa
"En Madrid se producen 150 agresiones al a?o por discusiones triviales de tr¨¢fico. Expertos en la materia vinculan la violencia de los conductores con la tensi¨®n que se vive en la ciudad" [EL PA?S, domingo 12 de febrero]. Entre otras lindezas, 1995 ha tra¨ªdo ya agresiones a polic¨ªas, peleas m¨²ltiples e incluso intentos de atropellamientos por parte de conductores desquiciados. Y yo me pregunto, ?qu¨¦ puede producir tensi¨®n en la tranquila y apacible capital del reino?A bote pronto: cuatro millones de habitantes. Un mill¨®n de coches, miles arriba, miles abajo. Un discurso pol¨ªtico que sobrepase los 15 minutos de duraci¨®n. Llamar al 003, desinformaci¨®n de Telef¨®nica, y que una y otra vez no tengan el n¨²mero pedido (lo siento, este n¨²mero no figura, dice la encargada dos, tres, siete, uno). Un taxista con ganas de poner a parir a todo el mundo aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que no me puedo tirar por la ventana en plena M-30. Un elep¨¦ de m¨²sica bakalao. Los atascos producidos por la lluvia (nunca nos acostumbraremos). Cinco minutos de Lo que necesitas es amor, tiempo m¨¢ximo entre lloro y lloro. Los mon¨®logos de Imperioso (?qu¨¦ le pasa a Imperioso? Est¨¢ triste, pues un feo caim¨¢n ha robado el coraz¨®n de su amo; triste destino equino). Meter una moneda de 100 pesetas en una cabina, hablar un minuto y que no te devuelvan nada. Un espacio electoral cedido gratuitamente. Los atascos provocados por un partido en el Bernab¨¦u. Las esperas telef¨®nicas (ahora mismo le paso). Los coches en doble y triple fila que no te dejan salir. Una mala corrida de toros por televisi¨®n. Los predicadores radiof¨®nicos, azote de fin de siglo. Los atascos producidos por un concierto de m¨²sica. Los restaurantes donde te dicen que esperes, que en 10 minutos tienes una mesa, y con un poco de suerte te la dan a los tres cuartos de hora. Los que se empe?an en limpiarte / ensuciarte el parabrisas en cualquier sem¨¢foro. Un conductor con unas copas de m¨¢s jug¨¢ndose su vida y la tuya. La frase "Mire usted, se?or Gonz¨¢lez". La frase "Mire usted, se?or Aznar". Los atascos producidos por la visita del Papa. Un forofo futbol¨ªstico-fundamentalista-radical. Las almohadas cervicales, a pesar de que mi marido haya dejado de roncar. Querer demasiado una sopa. El que no acaben nunca las Torres KIO. Ver a De la Rosa en la calle. Esos coches que parece que van a reventar por dentro por el volumen que llevan sus radiocasetes. Los atascos producidos por una manifestaci¨®n. Un encargado de la limpieza municipal meando a las tres de la ma?ana en un ¨¢rbol en plena Castellana (lo juro que lo vi). Los precios de las casas. Los precios de las cosas. Los atascos causados por el nudo de Manoteras. Los defensores de la pena de muerte. Los contrarios al 0,7 porque s¨ª. Los que vac¨ªan los ceniceros de los coches en la misma carretera. Los cabezas rapadas / descerebradas. Los atascos provocados por una huelga de metro. Las subidas del volumen de la televisi¨®n en las interrupciones para publicidad. Los que pegan un chicle en los n¨²meros de los ascensores (en mi bloque pasa mucho). Los porteros de las casas que confunden celo profesional con la mala educaci¨®n. Una entrada mal intencionada en un partido de f¨²tbol. Los atascos producidos por la huelga de los trenes de cercan¨ªas. Los ¨ªndices de audiencia que justifican casi todo. Un cierre de cualquier teatro. El butano. Aquellos que han perdido la inocencia. Los talleres que te cobran mil duros por abrirte el cap¨® del coche. El que rompi¨® el brazo de la Cibeles. Los perros cagones. Los anuncios que mienten, como, por ejemplo, un, dos, tres, responda otra vez, los de bienes inmuebles. Los atascos producidos por una huelga de autobuses. Los racistas, xen¨®fobos y dem¨¢s lacras sociales. Los-las, que viven del cuento. Los atascos producidos por una obra en la carretera. Los que se lo llevan crudo. Un jefe incompetente. Un-una secretario-a incompetente. Un subordinado incompetente. Un sem¨¢foro estropeado. Para unos, la suegra. Para otros, la pareja. Los que comentan la jugada durante la proyecci¨®n de las pel¨ªculas. Los atascos de las madrugadas de los s¨¢bados y domingos...
Ahora que le he dedicado un poco m¨¢s de tiempo a la meditaci¨®n de este asunto, la verdad es que 150 al a?o tampoco est¨¢ tan mal.
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