16 a?os para el toxic¨®mano que mat¨® al Paisa, un vendedor ambulante marroqu¨ª de San Blas
Juan Carlos Jim¨¦nez Garrido, un toxic¨®mano de 24 a?os, ha sido condenado a 16 a?os de c¨¢rcel por matar de una cuchillada, sin que mediase pelea alguna, a Mohamed Fajova, un vendedor ambulante marroqu¨ª muy querido en San Blas, donde le conoc¨ªan como Paisa.La agresi¨®n ocurri¨® el 25 de enero de 1994 en la confluencia de las calles de Amposta y Alberique (San Blas). La v¨ªctima muri¨® en el acto, dejando viuda y cuatro hijos. Su asesino logr¨® escapar. Dos meses despu¨¦s, dos camareros de un bar, testigos del asesinato, consiguieron apresar al homicida en el mismo lugar. El 25 de enero de 1994, a las 14.15, Fajova recorr¨ªa la calle de Amposta llevando en el brazo varias cazadoras de cuero de las que ¨¦l sol¨ªa vender por San Blas. Desde que en 1984 lleg¨® a Espa?a se dedicaba a la venta ambulante de alfombras y objetos de cuero. Era una forma de sacar adelante a su mujer y a sus cuatro hijos, con edades entre los cinco anos y los pocos meses, que a¨²n viven en su localidad natal, El Kelaa des Sraghna, a 45 kil¨®metros al norte de Marraquech. Caminaba tranquilo, como otros d¨ªas, ajeno a la desgracia que se cern¨ªa sobre ¨¦l. Por razones a¨²n oscuras, Juan Carlos Jim¨¦nez, un heroin¨®mano con dos antecedentes por robo, comenz¨® a seguirle. Veinte d¨ªas antes, el padre de Jim¨¦nez fue hallado muerto, con signos de violencia, en la calle de Ascao. Esa ma?ana, Juan Carlos se levant¨®, cogi¨® dinero para comprar anfetaminas y tambi¨¦n adquiri¨® hero¨ªna.
Fajova, un hombre d¨¦ buen talante y muy querido, se dio cuenta de que alguien iba detr¨¢s suyo, dej¨® su mercanc¨ªa en el suelo y se volvi¨® hacia su perseguidor. Los dos quedaron de pie frente a frente. De repente, sin que mediara pelea alguna, Jim¨¦nez sac¨® con su mano izquierda, ya que es zurdo, un cuchillo de m¨¢s de trece cent¨ªmetros de hoja y propin¨® una pu?alada al vendedor. Fue s¨®lo un navajazo, pero letal: el filo del arma entr¨® por la sien derecha de la v¨ªctima, atraves¨¢ndole la cabeza. Raimon y Hassan, dos camareros del bar El Mirador, situado a unos metros del lugar del crimen, bajaban al almac¨¦n unos barriles de cerveza cuando observaron como un hombre forcejeaba con su amigo Fajova. Raimon corri¨® a ayudar al vendedor ambulante. Pero no pudo hacer nada. Vio, impotente, c¨®mo ca¨ªa desplomado sin vida. Por delante pas¨® el agresor con el machete manchado de sangre. Hassan tambi¨¦n acudi¨® a auxiliar a su compatriota y comenz¨® a perseguir al asesino. Consigui¨® alcanzarle y le cogi¨® del brazo para detenerle, pero como le amenaz¨® con el arma tuvo que dejarle escapar. Raimon y Hassan pensaban que la muerte de El Fajova era de las cosas m¨¢s injustas y, gratuitas que hab¨ªan conocido.
El 12 de marzo, Raimon serv¨ªa en la barra del bar cuando, de repente vio al agresor del Paisa y se lo coment¨® a Hassan. Ten¨ªan una idea fija: cogerlo por lo que le hab¨ªa hecho a su amigo y entregarlo a la justicia. "Decidimos seguirle, pero, como la otra vez se puso muy agresivo, por si acaso cogimos un palo", explic¨® entonces. "Le alcanzamos, le dijimos que parara e hicimos que se quitara las gafas para cerciorarnos de que era ¨¦l. No tuvimos que emplear la fuerza porque ten¨ªa tal cuelgue que ni intentaba escaparse", a?adi¨®. Pararon a una patrulla de la polic¨ªa, que efectu¨® la detenci¨®n. Jim¨¦nez ingres¨® en prisi¨®n provisional. El tribunal de la Audiencia Provincial que le juzg¨® el pasado 27 de enero le ha condenado a 16 a?os de c¨¢rcel por homicidio con amenazas y a indemnizar a la familia con 20 millones de pesetas.
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