Apoteosis de El G¨¹ito

Recurramos al t¨®pico: broche de oro para el festival. Espect¨¢culo dedicado al flamenco de Madrid y triunfo por aclamaci¨®n de uno de los grandes artistas aqu¨ª nacidos: el bailaor Eduardo Serrano El G¨¹ito. Era su espect¨¢culo y se volc¨® en ¨¦l, en cuerpo y en alma.El G¨¹ito, a quien ¨²ltimamente vemos poco en los escenarios, es un bailaor en madurez de una clase excepcional. Tanto cuando baila como dirigiendo a los que est¨¢n con ¨¦l; las alegr¨ªas que hicieron Ortega y Partida, por ejemplo, fueron una pura delicia; los tangos de Mar¨ªa Viv¨®, tambi¨¦n. Excelente bailaora ¨¦sta, que en las siguiriyas haciendo pareja con El G¨¹ito estuvo sencillamente a su altura.

El G¨¹ito bail¨® mucho y definitivamente bien. Tiene presencia esc¨¦nica, tiene seriedad, tiene elegancia. Es uno de los bailaores -pocos, muy pocos- que hace un ejercicio permanente de sobriedad expresiva en su baile, despojado de todo lo accesorio, pero que sin embargo es rico en soluciones in¨¦ditas, luciendo un repertorio hermos¨ªsimo de pasos y actitudes que forman un todo coherente y arm¨®nico en el que no cabe nada que no sea verdadero, aut¨¦nticamente jondo. El G¨¹ito dio fe de que sigue siendo quien es, el creador de belleza hecha baile, en definitiva, un creador de sue?os.