Prensa sucia
(Para Javier Mar¨ªas) Nuestro siempre querido, benem¨¦rito, ilustrado, empedernido y gracigordo diario mon¨¢rquico de la ma?ana no hab¨ªa dejado de advertir y de explotar, con su amarilleante y torticera perspicacia populista, la golosa e infalible rentabilidad impresiva de la "cara de diablo" de Jon Cruz Id¨ªgoras. Pero ni por ensue?o se esperaba la ocasi¨®n de oro que, a efectos de exprimir hasta el m¨¢ximo grado imaginable el potencial suasorio de la ominosa efigie, ha venido a pon¨¦rsele en bandeja merced a la impensable y venturosa coincidencia de que el m¨¢s conspicuo de los personajes hasta hoy encarcelados por presunta connivencia en el empleo de procedimientos ilegales contra la facci¨®n representada y apoyada por Id¨ªgoras haya resultado ser precisamente el verdadero, incomparable Apolo de los altos cargos, el m¨¢s guapo, sin discusi¨®n posible, de cuantos han tomado parte en el Ejecutivo Socialista. La r¨¦dacci¨®n no se lo pod¨ªa ni creer; el director no cab¨ªa en su pellejo: ?Qu¨¦ portada, Miquelarena, qu¨¦ portada! Rafael Vera junto a Jon Cruz Id¨ªgor¨¢s. "Vean y comparen, se?oras y se?ores, y juzguen por s¨ª mismos: a este lado la limpia y comedida dignidad en la perfecta belleza varonil de esas facciones rectas y afiladas; ?pues este est¨¢ en la c¨¢rcel de Alcal¨¢! Y ahora, junto a ¨¦l, he aqu¨ª la cara de diablo, la mirada aviesa, la torva catadura de ese otro; ?pues este, en cambio, se?ores, anda tomando chiquitos por los bares del casco viejo de San Sebasti¨¢n! ?Oh escarnio de la Patria! ?Oh pobre Espa?a nuestra!". As¨ª, la efigie de Id¨ªgoras ya no es tan s¨®lo corroboraci¨®n sensible de la maldad de Herri Batasuna, sino que ahora, por la interacci¨®n rec¨ªproca y sin¨¦rgica de la yuxtaposici¨®n comparativa de las dos efigies, la belleza del guapo emite efectos de agravante de la maldad del feo, y la fealdad del feo refleja a su vez valores de atenuante en la posible culpabilidad del guapo.
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