La crisis en la ejecutiva ugetista abre un nuevo proceso en la unidad sindical
Cuando el 20 de noviembre de 1987, Marcelino Camacho abraz¨® a Antonio Guti¨¦rrez, elegido con el 75% de los votos como su sucesor en la secretar¨ªa general de CC OO, se cerraba una etapa en la vida sindical espa?ola y se abr¨ªa un nuevo periodo en el futuro de las organizaciones obreras. Hoy, la crisis abierta en UGT puede significar un nuevo proceso en la unidad de las dos organizaciones.
Antonio Guti¨¦rrez, h¨¢bil y paciente, ha sabido ir transformando una organizaci¨®n que escond¨ªa en su seno trampas para elefantes. Sin estridencias y dando m¨¢s pasos hacia adelante que lo que recomienda la m¨¢xima revolucionaria, el joven sindicalista ha ido abriendo un nuevo modelo sindical basado fundamentalmente en la unidad.La unidad de acci¨®n lograda entre UGT y CC OO durante el reino de Guti¨¦rrez ha tenido mucho que ver con el talante personal de los m¨¢ximos responsables sindicales. Y con la renovaci¨®n que, al menos en una de las organizaciones, se hab¨ªa producido. Pero ha sido una tarea lenta. Ahora no est¨¢ de m¨¢s recordar que fue Antonio Guti¨¦rrez quien, desde su puesto de secretario de organizaci¨®n de CC OO, m¨¢s se empe?¨® -lleg¨® a amenazar con querellas- en que desapareciera de! lenguaje period¨ªstico la expresi¨®n "sindicato comunista" para referirse a CC OO.
Su distanciamiento del PCE, defendido a sangre y fuego, ha sido tambi¨¦n una forma de abrir el sindicato a otras opciones pol¨ªticas y suavizar el rechazo visceral que hist¨®ricamente han sentido socialistas y comunistas.
Su estrategia ha sido lenta pero inexorable. Fue Antonio Guti¨¦rrez quien apenas cuatro meses despu¨¦s de su elecci¨®n se dirigi¨® a UGT, para reestablecer la uni¨®n sindical en fecha tan se?alada como el Primero de Mayo. Y a partir de ah¨ª: todo. Posiblemente, en m¨¢s de una ocasi¨®n, Redondo haya pensado que su sucesor natural pod¨ªa ser aquel joven que, educado y cordial, le ced¨ªa el sitio y el protagonismo en las comparecencias p¨²blicas y en las iniciativas sindicales. Pero el deseo florece y pocas veces madura. As¨ª que Redondo busc¨® entre sus filas. Si alguna vez lo pens¨®, nunca lo dijo.
S¨®lo el futuro podr¨¢ decir ahora si ha llegado el momento del segundo paso en la unidad de los sindicatos. Y si est¨¢n maduros para asumirlo.
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