La trama criminal de los dinosaurios
El 24 de mayo de 1993, el carism¨¢tico cardenal de Guadalajara, Juan Jes¨²s. Posadas Ocampo, ca¨ªa abatido en el aeropuerto de Guadalajara (Jalisco) bajo el fuego cruzado de dos grupos de narcotraficantes. Una fatal coincidencia. Esa fue la versi¨®n oficial, en la que hoy pocos creen, de un crimen que todav¨ªa colea y sobre el que investiga la Procuradur¨ªa General.Algunos afirman que Posadas muri¨® por su papel de mediador entre las bandas de narcotraficantes o por el acercamiento que propici¨® entre ¨¦stas y el Gobierno. Otros aseguran que ¨¦se fue el primer asesinato pol¨ªtico del salinismo, s¨®lo un a?o despu¨¦s de que M¨¦xico estableciera relaciones con el Vaticano. Un asunto que levant¨® ronchas en los sectores duros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el Gobierno. Quienes sostienen esta tesis: afirman que los dinosaurios pri¨ªstas acabaron con Posadas.
Diez meses m¨¢s tarde, Mario Aburto asesinaba en Tijuana al candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. De nuevo surgi¨® una hip¨®tesis en la que nadie crey¨®. Seg¨²n Miguel Montes, el primer fiscal, encargado del caso, el autor del magnicidio actu¨® en solitario. La tesis era descabellada. Con la llegada del nuevo sexenio, el procurador Antonio Lozano lo ha dejado muy claro: el asesinato fue un compl¨®.
Pero el relato de los cr¨ªmenes pol¨ªticos tendr¨ªa un nuevo episodio el 28 de septiembre del a?o pasado. Daniel Aguilar Trevi?o asesin¨® a Jos¨¦ Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI. La trama de los dinosaurios pri¨ªstas hac¨ªa aparici¨®n otra vez para acabar supuestamente con los incipientes intentos de limpieza que algunos dirigentes del partido oficial trataban de llevar a cabo.
El hermano del fallecido dirigente acus¨® a Ignacio Pi chardo y a Mar¨ªa de los ?ngeles Moreno, actual presidenta del partido, de entorpecer las investigaciones. Manuel Mu?oz Rocha, autor intelectual del asesinato, huy¨® de la justicia y a¨²n permanece en para dero desconocido.
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