"Mejor sola"
Guerrilleros zapatistas, dr¨¢culas y damas viudas, anoche en el baile de m¨¢scaras del C¨ªrculo de Bellas Artes
"Siempre vengo sola. Te lo pasas mejor. Hay mayores posibilidades", comentaba, ayer, con sorna pero sin iron¨ªa, una mujer de ojos marrones, vestida de fresa y con el rostro cubierto por una hermosa m¨¢scara azul brillante. La mujer esperaba apoyada en una columna del sal¨®n principal del C¨ªrculo de Bellas Artes a que el anual Baile de M¨¢scaras que organiza esta instituci¨®n se animase.La cita era a las once, pero cerca de las doce no hab¨ªa sino 200 de las 2.000 personas esperadas. Los dem¨¢s vendr¨ªan m¨¢s tarde. A pesar de todo ya se paseaban por la escalera y los salones del c¨ªrculo los filibusteros de traje alquilado y loro de pl¨¢stico, las damas venecianas, los faraortes egipcios, las criadas, los guerrilleros zapatistas y los innumerables curas y dr¨¢culas que, a?o tras a?o, se concentran en febrero en este edificio de la calle de Alcal¨¢, 42.
Aunque esta es la 11? edici¨®n del Baile de M¨¢scaras, en rigor el C¨ªrculo de Bellas Artes lleva organizando actos de Carnaval desde 1891. S¨®lo la guerra civil logr¨® interrumpirlos. "Aunque claro, durante la dictadura franquista, era poco m¨¢s que un baile regional, con los asistentes vestidos de baturros y cosas as¨ª", cuenta Juan Genov¨¦s, pintor y miembro de la junta directiva del centro. La recaudaci¨®n de esta noche (las entradas normales costaban 7.000 pesetas y las de los socios 3.000) no paliar¨¢ la delicada situaci¨®n que atraviesa el C¨ªrculo de Bellas Artes. "Salimos comidos por servidos. De las 2.000 personas que se esperan, 1.000 ser¨¢n socios y, adem¨¢s, hay much¨ªsimos gastos; pero en fin, el dinero hay que gastarlo", explica Genov¨¦s. Y a?ade que el c¨ªrculo, con 5.500 socios y graves problemas econ¨®micos, necesitar¨ªa multiplicar por diez sus miembros para tener solvencia en las cuentas.
Los asistentes acud¨ªan a la segunda planta del edificio por una escalera colocada expresamente en la fachada exterior del inmueble. En la calle, unas 100 personas aplaud¨ªan los disfraces que, en algunos casos, como el de Fernando Ram¨®n, de 25 a?os, a punto estuvieron (le causar una pulmon¨ªa: Ram¨®n iba uniformado de tonto reglamentario, esto es, con un pijama de nylon de los de toda la vida, una flor de pl¨¢stico horrenda en la solapa y un vistoso embudo de pl¨¢stico en la cabeza. Hubo quien se aplic¨® un antifaz y esmoquin; hubo quien pidi¨® un traje de azafata; hubo quien repiti¨® personaje del a?o pasado y volvi¨® a presentarse con traje de viuda. En la barra beb¨ªan dos personas de las que nadie sab¨ªa si eran punkis de verdad o de mentira.
La magia transformista y transgresora del Carnaval, por lo menos en este edificio y en esta noche, funciona. A las doce la orquesta contratada ataca el primer tema. Y la dama vestida de fresa se separa de la columna. ?A bailar!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.