De la Rosa inicia una campa?a para conseguir apoyos y encontrar una salida a su situaci¨®n
Javier de la Rosa ha iniciado una campa?a de recogida de apoyos entre diferentes personajes de la vida econ¨®mica y financiera, especialmente con aquellos con los que tuvo relaci¨®n cuando fue el hombre fuerte de KIO en Espa?a. El objetivo del financiero es tanto el de recoger fondos para sustituir las actuales garant¨ªas otorgadas al Banco Popular para que avalara su fianza como el de conseguir salidas a la dif¨ªcil situaci¨®n legal en la que se encuentra. Adem¨¢s del caso Grand Tibidabo, en los pr¨®ximos d¨ªas, De la Rosa afrontar¨¢ una declaraci¨®n formal ante la Corte Comercial de Londres en la que deber¨¢ revelar qu¨¦ bienes posee en la actualidad y qu¨¦ hizo con los 500 millones de d¨®lares que le reclama el grupo Torras-KIO.
Recientemente, el tribunal brit¨¢nico orden¨® el embargo preventivo de sus bienes por 500 millones de d¨®lares (65.000 millones de pesetas).El pasado, fin de semana, De la Rosa se reuni¨® con Mario Conde y las esposas de ambos, en la finca que el ex banquero posee en Toledo. Los dos personajes hablaron sobre su situaci¨®n -ambos se encuentran en libertad bajo fianza- y, seg¨²n las fuentes consultadas, De la Rosa pidi¨® al ex presidente de Banesto que le ayudara a transmitir su mensaje.
Los primeros movimientos de la campa?a de De la Rosa se iniciaron a los pocos d¨ªas de abandonar la prisi¨®n, el pasado d¨ªa 12.
Once d¨ªas despu¨¦s hizo su primer viaje a Madrid. El financiero intent¨® reunirse o estableci¨® contacto con personas como Enrique Sarasola, propietario de la sociedad Ibermer, o Manuel Guasch, presidente de la azucarera Ebro, controlada por KIO. Las mismas fuentes han asegurado que el financiero no consigui¨® sin embargo reunirse con la mayor¨ªa de las personas con las que lo intent¨®.
Testimonios
En cuanto al sumario del caso Grand Tibidabo, la mayor¨ªa de los 17 inculpados atribuyeron al financiero la responsabilidad de las operaciones. Seg¨²n esos testimonios De la Rosa apenas informaba a sus colaboradores de las operaciones en marcha y los consejos de administraci¨®n s¨®lo discut¨ªan cuestiones generales sin conocer los detalles de la situaci¨®n financiera. En esta l¨ªnea se manifestaron Santiago Tomeo, que fue consejero de Quail y de Grand Tibidabo, Narciso de Mir, que declar¨® haber recibido poderes para realizar opereciones porque era el ¨²nico que se encontraba disponible, Arturo Pi?ana, apoderado, o Juan Jos¨¦ Folchi.
A continuaci¨®n se resumen los principales testimonios sobre operaciones que provocaron p¨¦rdidas de 12.000 millones.
Deudas con Grand Tibidabo. La documentaci¨®n incautada durante los registros inclu¨ªa un acuerdo firmado entre Joan Cruells, en aquellos momentos presidente de Grand Tibidabo, y De la Rosa, en el que el financiero reconoc¨ªa deber a la sociedad unos 2.000 millones de pesetas. Seg¨²n De la Rosa, "se firm¨® este documento porque el consejo de Grand Tibidabo urg¨ªa que se firmara". Los auditores de la empresa aseguraron que De la Rosa nunca les hab¨ªa facilitado informaci¨®n sobre esas deudas.
En cambio, seg¨²n Carlos Calder¨®n, socio del Bufete Folchi y redactor del texto, "a finales de julio le llam¨® el Sr De la Rosa y le dijo que por indicaci¨®n de su abogado, Juan Piqu¨¦ Vidal, deb¨ªan redactar un documento donde se recogieran las deudas del grupo de sociedades de De la Rosa". El otro firmante del acuerdo, Joan Cruells, declar¨® que las deudas de De la Rosa no ten¨ªan ninguna garant¨ªa y "que se trat¨® de obtenerla a trav¨¦s de este documento".
Otro de los abogados, Juan Jos¨¦ Folchi, que formaliz¨® cr¨¦ditos para De la Rosa desde una filial de Grand Tibidabo por 900 millones, testific¨® que en aquel momento no conoc¨ªa que hab¨ªa otros cr¨¦ditos de Grand Tibidabo a De la Rosa, y que cuando se enter¨®, en abril de 1993, present¨® su dimisi¨®n como consejero de la entidad.
'El Observador'. La instrucci¨®n del caso revel¨¦ que De la Rosa utiliz¨® 780 millones de Grand Tibidabo para financiar este diario nacionalista promovido por el ex secretario de la presidencia de la Generalitat, Lluis Prenafeta. Una parte de ese dinero se justific¨® como pago de una comisi¨®n por la venta de la sede de CNL, antiguo nombre de Grand Tibidabo, a la General¨ªtat. Posteriormente, el financiero neg¨® haber entregado dinero a El Observador y s¨ª a una persona que no quiso identificar. Sin embargo, el presidente del rotativo, Armand Carab¨¦n, reconoci¨® ante el juez las entregas del dinero desde empresas relacionadas con De la Rosa. Seg¨²n Carab¨¦n, las entregas proced¨ªan de Quail, o fueron ingresadas en las cuentas de Coterma, accionista del diario, por "alguien de Quail". En relaci¨®n con la comisi¨®n del edificio, Carab¨¦n declar¨® que "Prenafeta le dijo que De la Rosa iba a hacer unas aportaciones econ¨®micas a cuenta de los 1.000 millones de pesetas que unos meses antes se hab¨ªa comprometido a entregar" a El Observador. Prenafeta declar¨® que visit¨® a De la Rosa para que inviertiera en el diario nacionalista y ¨¦ste "se mostr¨® favorable al proyecto pero dese¨® no figurar formalmente". Seg¨²n el ex secretario general, en julio de 1991 le pidi¨® nuevas aportaciones y De la Rosa le dijo que recibir¨ªa dinero a finales de ese mes. En ese momento se produce la venta de la sede de la Generalitat. Prenafeta reconoce recibir en esas fechas 170 millones. M¨¢s contundente es la declaraci¨®n de Florenci Cerd¨¤, ex consejero delegado de CNL: en junio de 1991 "Consegur, filial aseguradora de CNL, hab¨ªa financiado a Coterma" con 100 millones de pesetas. Cruells, abunda en el mismo punto y se?ala que en junio de 1992, De la Rosa le orden¨® que concediese un pr¨¦stamo de 274 millones a Coterma.
Aval de la Generalitat. De la Rosa oblig¨® a Tibigardens, promotor del parque de Tarragona, a comprar 1.000 millones de pesetas en pagar¨¦s de otras empresas. Asimismo, durante dos meses utiliz¨® 1.000 millones avalados por la Generalitat para garantizar un cr¨¦dito a Grand Tibidabo. Alfons Maristany, ex presidente de Tibigardens y cu?ado de De la Rosa, declar¨® que dimiti¨® de su cargo cuando se enter¨® de la compra de los pagar¨¦s y por que se hizo al margen suyo "y se enter¨® del hecho ya consumado". En la misma l¨ªnea, Carles Vilarrub¨ª, primer consejero delegado de Tibigardens, explic¨® que mucho antes, en octubre de 1992, present¨® su dimisi¨®n ante Notario cuando De la Rosa quiso que los primeros 1.000 millones de pesetas avalados por la Generalitat fueran invertidos en dos sociedades del financiero ajenas al parque. De la Rosa, por su parte, afirm¨® que para comprar los pagar¨¦s "se pidi¨® y obtuvo para ello, un cr¨¦dito hipotecario que nada tiene que ver con los avales de la Generalitat". Sin embargo, las declaraciones del ex director general de la Caixa de Tarragona, que hab¨ªa concedido los cr¨¦ditos, dejaron claro que se utiliz¨® el dinero avalado.
Lista 16. Grand Tibidabo entreg¨® a esta sociedad, relacionada con el hermano de Alfredo Fraile, relaciones p¨²blicas de De la Rosa, 949 millones como una opci¨®n de compra. El mismo d¨ªa, los accionistas de Lista 16 entregaron al financiero un cr¨¦dito por la misma cantidad. De la Rosa declar¨® que no recordaba la operaci¨®n y remiti¨® a Cruells. Tambi¨¦n afirm¨® que el dinero volvi¨® a Grand Tibidabo. Cruells, declar¨® que no era as¨ª y que la opci¨®n de compra no se ejerci¨® porque "el edificio estaba en leasing, que lo comprobaron despu¨¦s de hacer la opci¨®n de compra".
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