Petr¨®leo en la ruta de la seda

La legendaria ruta de la seda tiene manchas de petr¨®leo. El camino de caravanas se ha convertido hoy en un parador de camioneros, y una serpiente de 10.000 veh¨ªculos pesados surca 50 kil¨®metros de arcenes en la carretera de Nusaybin al puesto fronterizo de Habur. Al otro lado est¨¢ la tierra de nadie del norte de Irak. La calzada discurre a escasos metros de la l¨ªnea divisoria entre Turqu¨ªa y Siria, sembrada de minas y torres de vig¨ªa militares y principal punto de infiltraci¨®n de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK). Estancados entre decenas de controles de seguridad, los conductores pasan hasta dos semanas en la cuneta para lograr el negocio de su vida: llenar el dep¨®sito de combustible suplementario al otro lado de la frontera y revenderlo 10 veces m¨¢s caro en Turqu¨ªa. El r¨¦gimen de Sadam Husein burla as¨ª el embargo impuesto por la ONU tras la invasi¨®n de Kuwait, y ha llegado a poner en circulaci¨®n 100.000 barriles de gas¨®leo diarios con el contrabando fronterizo.Es el negocio m¨¢s boyante del arruinado Kurdist¨¢n turco. Con 500 litros de m¨¢s en la panza, hasta cinco centenares de camiones son autorizados cada d¨ªa a mejorar su fortuna. El litro de gas¨®leo puede conseguirse en Irak por unas 3.000 liras turcas (unas 10 pesetas), cuando su precio en Turqu¨ªa ronda las 35.000 liras. Sin embargo, los transportistas tienen que pagar entre 7.000 y 3.000 pesetas a ambos lados de la frontera: a las autoridades turcas y a los aduaneros del Partido Democr¨¢tico del Kurdist¨¢n (PDK), de Masud Barzani, que controlan Ibrahim al Jalil, vertiente iraqu¨ª de Habur. Por estos ingresos (hasta 13 millones de pesetas diarios), los ¨²nicos tangibles con los que contaba el Gobierno nacional de unidad kurdo elegido en 1992, los milicianos de Barzani se enfrentan a los peshmergas de la Uni¨®n Patri¨®tica del Kurd¨ªst¨¢n (UPK), de Jalal Talabani.

Aunque oficialmente acata el embargo contra Irak, Ankara comenz¨® a participar el a?o pasado en el env¨ªo de alimentos y medicinas para los 3,5 millones de kurdos y ¨¢rabes del norte del pa¨ªs vecino. Y los camioneros sacan tajada del viaje de vuelta. Informes occidentales cifraban en diciembre en 65 millones de pesetas diarios el volumen de productos petrol¨ªferos que circula por Habur. Es una inesperada contrapartida para Turqu¨ªa por tolerar un Estado kurdo, protegido por la prohibici¨®n internacional que impide a las tropas de Bagdad traspasar el paralelo 36 desde el final de la guerra del Golfo.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores turco insiste en que "no hay sitio para un Estado kurdo en la regi¨®n" y en que "las fronteras son intocables". Turqu¨ªa tambi¨¦n teme la presencia del PKK en el Kurd¨ªst¨¢n iraqu¨ª: "El petr¨®leo sirve para cubrir nuestras necesidades, pero tambi¨¦n para crear riqueza en el sureste; el PKK prefiere que la pobreza y el malestar aumenten sus simpatizantes".

Tras sortear dos docenas de controles militares aparece una isla civil en las instalaciones aduaneras de Habur. La polic¨ªa de tr¨¢fico intenta frenar la desbandada de los camioneros que negocian el ¨²ltimo permiso. "Una propina siempre ayuda", admite un conductor de Diyarbaquir. "?Peligro en el norte de Irak? No se ve ninguna guerra", agrega.

El experimento de la autonom¨ªa kurda naci¨® muerto. Ninguno de los pa¨ªses vecinos lo deseaba, y los milicianos de Barzani y Talabani han acabado a tiros. Al menos se han registrado 500 muertos en la lucha entre peshmergas.

Safeen Dizayee, representante del PDK, sostiene que la culpa la tienen los milicianos del UPK: "Ellos empezaron cuando quisieron apoderarse de: la capital, Arbil; es rid¨ªculo acusarnos de pelear por dinero, cuando los ataques comenzaron antes de la reapertura de la frontera". En la tierra de nadie del norte de Irak se refugian tambi¨¦n 24.000 kurdos iran¨ªes y otros 15.000 turcos. Para protegerlos, s¨®lo hay unas decenas de soldados norteamericanos, brit¨¢nicos y franceses.

Para el representante de Talaban? en Ankara, Shazad Saib, el conflicto surgi¨® cuando el 1 de mayo del a?o pasado las milicias del PDK dejaron de entregar las tasas de la aduana de Habur al Gobierno de unidad. "Los partidos mantuvieron sus armas y no han sabido encontrar una salida pol¨ªtica, sino militar", se lamenta.

En el bar americano del hotel Gran Kervansaray, de Diyarbakir -antigua etapa de camelleros en la ruta de la seda-, Ahmed, m¨¢s conocido como Charlie,- atiende por igual a cooperantes internacionales y a cascos azules de paso hacia el norte de Irak, a soldados norteamericanos de una base de la OTAN, a buscavidas locales ¨¢vidos de d¨®lares y a aburridos agentes de informaci¨®n turcos.

Dos doctores franceses de M¨¦dicos del Mundo y un cooperante brit¨¢nico de Save the Children apuran su ¨²ltima cerveza antes de viajar a un campamento cercano a Zajo. "Los combates entre kurdos est¨¢n estabilizados y cada grupo trata m¨¢s de conservar sus conquistas que de pelear. Los choques son espor¨¢dicos y apenas tenemos constancia de bajas", explican.