Invitados de bronce
El fundidor Eduardo Capa logra que su colecci¨®n de esculturas sea "bien cultural"
Hay quien pone r¨¦plicas de la venus de Milo o enanitos con carretilla floral en el jard¨ªn. No es el caso de Eduardo Capa. Este artista y profesor de 76 a?os lleva cuatro d¨¦cadas poniendo esculturas de autores reconocidos en su entorno. Hasta 360 piezas se agolpan en su domicilio. Y el recinto tampoco es com¨²n: alberga casa y fundici¨®n. Hay esculturas hasta en el jard¨ªn. Son obras de Cristino Mallo, Alberto S¨¢nchez o Jorge Oteiza, una buena muestra de bronces espa?oles de este siglo. En breve plazo, este museo de 360 piezas podr¨¢ ser visitado: es una de las consecuencias de su reciente declaraci¨®n como bien de inter¨¦s cultural por la Comunidad de Madrid. La protecci¨®n s¨®lo afecta a 259 piezas. "Es que s¨®lo present¨¦ ese n¨²mero de fichas porque estaba hasta las orejas de hacerlas", explica riendo el propio Capa. Su aspecto (barba y coleta) y sus br¨ªos desmienten su edad. Pero Capa s¨ª ha pensado en ella. Y por eso ha pedido la declaraci¨®n de "bien cultural" para una colecci¨®n que hizo sin propon¨¦rselo, muchas veces como una manera de poder cobrar por sus trabajos de fundici¨®n."La declaraci¨®n da al Estado un derecho como de tutela y evitar¨¢ que la colecci¨®n pueda disgregarse", explica. Son tambi¨¦n un resumen de la vida de Capa, escultor, profesor de Bellas Artes y fundidor.
Eduardo Capa (Coca, Segovia 1919) empez¨® en el mundo de la escultura a los 14 a?os, cuando entr¨® de ayudante en el taller de Juan Luis Vassallo, en ?vila. Luego lleg¨® el mazazo de la guerra civil y su actividad art¨ªstica qued¨® arrinconada. La retom¨® al bies en los a?os cuarenta, como imaginero en los talleres de arte Granda, refugio tambi¨¦n de otros escultores como Mario Nosti. Tambi¨¦n estaba all¨ª el pintor Barjola, "especializado en manos de santo", tercia uno de los hijos del coleccionista. Pese a todo, Capa consigui¨® cursar Bellas Artes y se convirti¨® en profesor. "Tambi¨¦n hac¨ªa tareas para otros escultores, un poco de negro. As¨ª trabaj¨® en la estatua de Franco que est¨¢ en los Nuevos Ministerios, que le encargaron a Jos¨¦ Capuzo".
El escultor se convierte en profesor de Bellas Artes. Cuando va a fundir una de sus obras se da cuenta de que la factura supera sus posibilidades..., y decide hacerse fundidor. Capa deja de esculpir ("el arte es como el deporte, o te entrenas o pierdes facultades"), pero va recopilando obras, haciendo un museo "con fines did¨¢cticos". Sus alumnos y algunos amigos son las ¨²nicas visitas que ha recibido. Dentro de poco, cualquiera podr¨¢ disfrutarlo.
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