Sin noticias de Rold¨¢n en Luang Prabang
Si fuera verdad que el ex director general de la Guardia Civil pas¨® por esta ciudad se debi¨® aburrir mucho
"Aqu¨ª casi no vienen turistas espa?oles, recuerdo que en mi establecimiento los ¨²ltimos, una pareja de reci¨¦n casados, estuvieron en mayo del a?o pasado", afirma Pierre Perrot, un franc¨¦s afincado en Laos que dirige el Sovea Souvanaphoum, el mejor hotel de la segunda ciudad del pa¨ªs, con 50.000 habitantes.A unos 250 kil¨®metros al norte de Vientian, pero s¨®lo accesible en avi¨®n o en barco -se estira a lo largo de los r¨ªos Mekong y Nam Khan-, Luang Prabang, la antigua capital real laosiana, es la ciudad donde, seg¨²n la versi¨®n policial espa?ola, Luis Rold¨¢n pas¨® m¨¢s tiempo en Laos, fue incluso detenido el 20 de febrero y permaneci¨® bajo custodia al lado de un campamento militar hasta su traslado a la capital y su posterior entrega en Bangkok.
Hasta hace poco ciudad semiprohibida y ahora s¨®lo accesible con un visado interior, Luang Prabang tiene m¨¢s aspecto de pueblo que de aglomeraci¨®n urbana. En el barrac¨®n que sirve de terminal al aeropuerto se pasean las gallinas y los pastores pasan delante con sus ovejas. En las calles, generalmente no asfaltadas, casi no hay coches, circulan algunas motos y el grueso del tr¨¢fico lo forman bicicletas.
La mayor¨ªa de las casas son de madera, carecen de pisos y los edificios m¨¢s importantes son los seis peque?os hoteles, algunos carentes de luz el¨¦ctrica durante parte del d¨ªa, que acogen al turismo incipiente que hace el viaje para recorrer los antiguos palacios reales. Con la ingeniudad que suelen demostrar los laosianos ante el extranjero, los recepcionistas de los hoteles no ponen reparos en dejar ver los datos de las fichas rellenadas por sus clientes del mes de febrero.
"No, espa?oles no hemos tenido", contesta detr¨¢s del mostrador un empleado del hotel Rama. El grueso de los forasteros que figuran en el libro de registro proceden de Francia, Italia, Estados Unidos y Australia, y, en los establecimientos m¨¢s modestos suelen ser tailandeses. S¨®lo en el Princesse, un hotel coqueto, aparecen tres catalanes (Juan Par, Cecilia e Isabel Umbert), que pernoctaron tres noches a finales de febrero.
La fotograf¨ªa de Rold¨¢n sacada de los peri¨®dicos espa?oles no les suena nada a los hoteleros ni tampoco trae recuerdos en la ¨²nica comisar¨ªa de polic¨ªa de la provincia, donde afirman no haber detenido a europeos estos ¨²ltimos tiempos. A juzgar por la cola de chinos que espera en la puerta del departamento de inmigraci¨®n est¨¢ claro que son sus vecinos del norte los que m¨¢s problemas plantean a la polic¨ªa local.
?Se habr¨¢ hospedado Rold¨¢n en una casa alquilada? Al final de una calle que desemboca en el campo y detr¨¢s de un cierre met¨¢lico que la hace aparentar un garaje est¨¢ la consulta del doctor Kampui, un hombre conocido por alquilar casas a forasteros, todos ellos expertos extranjeros. Pero al doctor Kampui tampoco le suena el rostro del fugitivo.
"Aqu¨ª no hay grandes distracciones para un occidental", explica Perrot, quien lleva largos a?os en Laos, donde trabaj¨® para Naciones Unidas. ?l se dedica a la jardiner¨ªa e insiste en que, si se vive en la apacible Luang Prabang, hay que tener aficiones para no aburrirse. Si de verdad Rold¨¢n pas¨® en esa ciudad el grueso de su estancia en Laos, el ex jefe de la Guardia Civil se debi¨® aburrir mucho.
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