Dedales y tijeras contra Altman
Lauren Bacall, Sof¨ªa Loren y Anouk Aim¨¦e defienden al cineasta de 'Pr¨ºt-¨¤-porter'
Bacall, Loren y Aim¨¦e, tan distintas pero tan ejemplares en su elegancia, no dudan en decir que con Altman volver¨ªan a trabajar ma?ana mismo. Pr¨ºt-¨¤-porter se estrena en Espa?a el d¨ªa 24, despu¨¦s de que los cr¨ªticos de Nueva York se mostraran tibios y de que en Par¨ªs se dividiesen ante la parodia circense de Robert Altman.Sea cual sea la opini¨®n, el entretenimiento lo asegura el despliegue espectacular de personajes. Estrellas en papeles, cortos (Kim Basinger, Julia Roberts, Tim Robbins, Marcello Mastroianni...); apariciones de los dise?adores m¨¢s conocidos (Christian Lacroix, Gianfranco Ferr¨¦, Jean-Paul Gaultier, Issey Miyake, Sonia Rykiel...); topmodels (Naomi Campbell, Christy Turlington, Carla Bruni, Amber Valetta...), y famosos que hacen de s¨ª mismos (Cher, Harry Belafonte...).
Lauren Bacall aparece con ropa italiana en este d¨ªa soleado del invierno de Nueva York, ciudad en la que vive -"S¨ª, visto de Armani", dice con reverencia-. Lleva pendientes de aros, seis anillos y nueve pulseras que tintinean cuando se r¨ªe a profundas carcajadas o lanza su declaraci¨®n de principios: "Yo digo la verdad, y eso, en una mujer, est¨¢ mucho peor visto".
La que fue modelo absoluto de belleza durante d¨¦cadas interpreta en Pr¨ºt-¨¤-Porter a una ex editora del Vogue dalt¨®nica, personaje inspirado en la legendaria Diana Vreeland. Y explica que se lo pas¨® estupendamente con todo el jaleo montado por Altman, que meti¨® tres c¨¢maras y a sus actores en los seis desfiles reales que aparecen en la pel¨ªcula (los tres restantes fueron creados para la ficci¨®n). "Creo que Lagerfeld se ve¨ªa demasiado importante para ser uno entre muchos", dice con su voz ronca la viuda de Bogart. "Aunque es un hombre de talento. Y respecto a Valentino, no s¨¦ de d¨®nde sac¨® la idea de que la pel¨ªcula trataba de humillar al mundo de la moda. Eso nunca fue as¨ª".
Lagerfeld, la imagen de Chanel, anunci¨® que el cineasta har¨ªa una "caricatura de pesadilla". Pero Altman, con su equipo de decenas de prestigiosos actores y t¨¦cnicos sigui¨¦ndolo fielmente, interpret¨® de otra manera la negativa de Lagerfeld a colaborar: "es una especie de gran dama, y yo no lo cortej¨¦". "Valentino se ali¨® con Lagerfeld, pero s¨®lo porque Kim Basinger, que interpreta a una reportera de televisi¨®n, no iba a estar corriendo detr¨¢s de ¨¦l por las pasarelas", a?ade Robert Altman con su aspecto de B¨²falo Bill que no se muerde la lengua. "Se enfad¨® y cambi¨® de posici¨®n, porque al principio estaba de nuestra parte. El resto de la gente nos ayud¨® mucho. No hay que olvidar la publicidad que esperaban conseguir".
Suzy Menkes se siente defraudada: "El p¨²blico puede encontrar divertida la pel¨ªcula, pero la gente como yo, que ama la moda con pasi¨®n, est¨¢ desilusionada". La periodista se extra?a de que en Pr¨ºt-¨¤-Porter nunca se vea a nadie trabajando, por ejemplo. Lauren Bacall, que fue modelo antes que actriz, pone el punto de equilibrio al establecer las diferencias entre la industria de la moda y la del cine. "No veo relaci¨®n entre ellas", dice, "porque la moda es teatral ¨²nicamente en los desfiles; el resto es puro negocio, pero tambi¨¦n mucho trabajo y mucho talento de la gente involucrada en ello. Por lo que respecta a las modelos en comparaci¨®n con las actrices, l¨®gicamente, el de la interpretaci¨®n es un oficio mucho m¨¢s creativo".
Sof¨ªa Loren, a los 60 a?os, se ha puesto para la entrevista un vestido rojo de botones dorados. Detr¨¢s de su aspecto de t¨ªmida diva de ¨®pera subida a unos zapatos rojos, dice que para ella "la ropa no es algo muy necesario" y que nunca se pondr¨ªa nada con lo que no se sintiera c¨®moda. "A veces voy de compras a Dior o a Armani", confiesa, "cuando tengo alg¨²n acontecimiento o velada social. En los dem¨¢s momentos, visto cosas sencillas, porque mi vida tambi¨¦n es muy sencilla".
La actriz interpreta a Isabella de la Fontaine, viuda del presidente de la C¨¢mara de la Moda, al que odiaba y del que se sospecha que ha sido asesinado. En Par¨ªs (varios de los personajes se pasan la pel¨ªcula pisando mierda de perro), en el ambiente de los desfiles del pr¨¦t-¨¢-porter, esta intriga se cruza con la de las principales directoras de las revistas de moda (Elle, Harper's Bazaar y Vogue brit¨¢nico), retratadas como aut¨¦nticas arp¨ªas en su intento de contratar en exclusiva al principal fot¨®grafo del mercado. "La pel¨ªcula es casi m¨¢s acerca de la prensa que de la moda", dice Robert Altman. "Refleja la explotaci¨®n que subyace en el mundo de la moda con la complicidad de cierta prensa, que, como la televisi¨®n, est¨¢ cayendo cada vez m¨¢s bajo. Para conseguir publicidad, hay una gran cantidad de publicaciones dispuestas a tomar cualquier decisi¨®n arbitraria en aras de la llamada pol¨ªtica editorial".
Sof¨ªa Loren asegura que con Pr¨ºt-¨¤-porter no ha aprendido nada sobre ese mundo que no supiera antes. "Mi principal concepci¨®n acerca de la moda es que llega y pasa, llega y pasa. Y que es, divertida", dice la actriz. Y a?ade tres razones por las que le gust¨® el proyecto: "Acept¨¦ el papel porque me pareci¨® una buena historia, porque la dirig¨ªa Altman y porque me daba la oportunidad de trabajar con Marcello. Me encanta Marcello".
Dedales y tijeras contra Altman
Frente a la delicadeza de la Loren, la ir¨®nica mordacidad de Robert Altman, que explica a continuaci¨®n su teor¨ªa sobre por qu¨¦ la alta costura es tan importante: "Econ¨®micamente es muy buena para el mundo, ya que quita dinero a los ricos para realimentar a la gran m¨¢quina del capitalismo. O sea, que estoy totalmente a favor de que se cobre a esas mujeres 30.000 d¨®lares por un vestido que no vale ni 1.500, ya que no podemos conseguir ese dinero a trav¨¦s de los impuestos, que es como deber¨ªa ser".Anouk Aim¨¦e no se quita las gafas oscuras. Lleva un vestido negro con la chaqueta de terciopelo. Su personaje es uno de los m¨¢s conseguidos de la pel¨ªcula de Altman, una dise?adora de alta costura que, ante el hecho consumado de que su hijo ha vendido a sus espaldas el negocio, se saca de la nada su ¨²ltimo gran desfile: las modelos salen a la pasarela desnudas en una espectacular escena. La propia Aim¨¦e aparece sin ropa, convenientemente tapada por las dem¨¢s modelos.
Belleza humana
"Me impresion¨® mucho la escena final", dice la actriz francesa, "porque cuando esas chicas desfilan normalmente parecen como de otro planeta, van creando una atm¨®sfera sexual, rompedora. Y, as¨ª, de pronto, verlas desnudas me conmovi¨®, Ias encontr¨¦ muy femeninas y sorprendentes en su belleza humana". Anouk Aim¨¦e, cuya secretaria en la pel¨ªcula est¨¢ interpretada por Rossy de Palma, explica su concepto de la elegancia: "No es lucir un vestido de Ungaro, sino poseer algo interior y natural. Si ves el vestido antes que la mujer, es que la mujer es fea. Pero si la mujer es bella o tiene alguna clase de elegancia, se dir¨¢ que va muy bien vestida s¨®lo despu¨¦s de haber reparado en ella. La verdadera moda es siempre una segunda piel".
El m¨¢s transformado tras el trabajo en la pel¨ªcula parece el propio Altman, para quien el gran problema del mundo de la moda es su falta de profundidad -"rascas y la veta es muy d¨¦bil", afirma-. Desde antes de marzo de 1994, cuando se rod¨® la pel¨ªcula, hasta ahora, ha perdido 27 kilos por prescripci¨®n m¨¦dica. "O sea, que tuve que cambiar mi vestuario por completo. Y, con toda esa gente a mi alrededor, reconozco que me he convertido en una v¨ªctima de la moda". Y abre la americana y ense?a sonriente una etiqueta de Cerruti y un polo de Trusardi.
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