?Son conservacionistas los piratas?

La agresi¨®n grave y sin precedentes, realizada por patrulleras canadienses abordando ilegalmente y conduciendo contra su voluntad al barco de pesca espa?ol Estai a un puerto canadiense constituye una flagrante violaci¨®n del derecho internacional del mar, que va m¨¢s all¨¢ de los problemas de gesti¨®n y conservaci¨®n de los recursos pesqueros en aguas internacionales. Se trata de un abordaje y del secuestro de un barco en aguas internacionales, fuera de las 200 millas de aguas jurisdiccionales y con riesgo para la integridad f¨ªsica de las personas, que amenaza con imponer la ley de la selva en la explotaci¨®n de los recursos marinos.Por poner un ejemplo cercano, esta agresi¨®n equivaldr¨ªa a justificar el ataque de la Armada espa?ola, en aguas internacionales, a cualquier barco que utilizara redes de emnalle a la deriva, ampar¨¢ndose en razones de con servaci¨®n de los recursos; y, por cierto, ser¨ªan razones avaladas cient¨ªficamente con muchos estudios, no como las que ahora esgrime la Administraci¨®n pesquera canadiense. La actitud canadiense de erigirse unilateralmente en el gendarme de la gesti¨®n y conservaci¨®n de los recursos pesqueros en el Atl¨¢ntico norte, las llamadas aguas de la zona NAFO (organizaci¨®n que agrupa a los pa¨ªses que faenan en el Atl¨¢ntico noroccidental), acompa?ada de una bien elaborada y financiada estrategia de comunicaci¨®n, de la que tengo constancia escrita -y que me temo tambi¨¦n ha llegado a Espa?a-, debe ser puesta en evidencia.

M¨¢s del 80% de la plataforma continental canadiense, y por tanto un porcentaje incluso superior de los recursos, se encuentra dentro de sus 200 millas de zona econ¨®mica exclusiva. Hace 18 a?os, cuando la comunidad internacional decidi¨® en el seno de Naciones Unidas aumentar hasta 200 millas las aguas jurisdiccionales, la zona qued¨® reservada casi exclusivamente para la flota canadiense: desde entonces ha sido objeto de una esquilmaci¨®n que no avala precisamente la pol¨ªtica de gesti¨®n de los recursos canadienses y que ha provocado una grave crisis en su flota pesquera. La crisis de esa flota y, al parecer, los previstos recortes presupuestarios han empujado a la Administraci¨®n canadiense a trasladar hacia el exterior sus problemas internos y a extender m¨¢s all¨¢ de sus 200 millas la gesti¨®n conservacionista que tan buenos resultados ha dado.

La pesquer¨ªa del flet¨¢n negro en aguas profundas -entre800 y 1.500 metros- es relativamente reciente. Surgi¨®, hace cinco a?os, de la investigaci¨®n oceanogr¨¢fica y de las campa?as experimentales llevadas a cabo entre la flota espa?ola y la Administraci¨®n pesquera, concretamente el Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO); por cierto, uno de los m¨¢s importantes e internacionalmente reconocidos centros de investigaci¨®n pesquera del mundo. Se buscaban, como lleva haciendo el IEO desde hace 80 a?os, caminos para diversificar la actividad.

Hasta 1995 no exist¨ªa cuota para esta especie en aguas de la NAFO, dado que se trataba de una pesquer¨ªa nueva. En el mes de septiembre, en el seno de la NAFO, el organismo internacional responsable de la gesti¨®n de la actividad pesquera en esas aguas, se decidi¨® fijar una cuota total de capturas. para el flet¨¢n negro de 27.000 toneladas, lo que representaba reducir a menos de la mitad la actividad pesquera, teniendo en cuenta que se hab¨ªan capturado en 1994 unas 60.000 toneladas, 44.000 de las cuales por la flota de la Uni¨®n Europea.

Espa?a no estuvo a favor de esa cuota. No hab¨ªa base cient¨ªfica para fijar una cifra inferior a 40.000 toneladas. De hecho, fue la primera vez en que se fij¨® una cuota por debajo de las recomendaciones cient¨ªficas. No obstante, una vez adoptada en firme, la Uni¨®n Europea la acept¨®.

El problema se ha planteado posteriormente sobre el reparto de esas 27.000 toneladas entre las flotas con actividad en esa especie. Canad¨¢ maniobr¨® en la NAFO para conseguir, por seis votos a favor, cinco en contra y dos abstenciones, una distribuci¨®n de la cuota que reduc¨ªa en m¨¢s de un 90% las posibilidades de captura de la flota de la UE y multiplicaba por m¨¢s de tres sus posibilidades de captura.

La adopci¨®n de estas decisiones por mayor¨ªa simple rompe la pr¨¢ctica habitual del organismo -que toma sus decisiones por consenso- y debilita la defensa de las flotas de la UE al contar todas ellas con un solo voto, por ser la UE la parte contratante y la responsable de la negociaci¨®n.

La UE, a petici¨®n de Espa?a y por unanimidad, decidi¨®, de acuerdo con las normas de la NAFO, objetar este reparto y fijar una cuota aut¨®noma acorde con el peso relativo de la actividad de la flota de la UE en la zona. De esta forma se garantizaba el reparto equitativo del esfuerzo de reducci¨®n de la captura del flet¨¢n negro. No es, por tanto, un debate entre conservacionistas y no conservacionistas, sino sobre el reparto de la cuota.

Es necesario decir que la flota comunitaria ha estado sometida a lo largo de 1994 a un elevado n¨²mero de inspecciones y que la UE ha sido la ¨²nica parte contratante de la NAFO que ha cumplido ¨ªntegramente con el programa piloto de observadores y de inspecciones en puerto. Ello refleja, sin duda, la voluntad de la UE, y de la Administraci¨®n espa?ola, en materia de inspecci¨®n y control, muy superior a la normal en aguas internacionales.

La flota espa?ola se caracteriza, adem¨¢s de por su profesionalidad, por ser una de las m¨¢s antiguas y duraderas del mundo. Durante generaciones. los hijos han heredado los barcos y las artes de sus padres, adecu¨¢ndolos siempre a la modernidad, pero respetando siempre el futuro. Nadie mejor que los pescadores saben que agotar un recurso, esquilmar una especie, es negar el futuro. Que Canad¨¢, que ha esquilmado sus aguas en s¨®lo 18 a?os, pretenda ampararse en razones conservacionistas para expulsar contra toda raz¨®n y derecho a nuestros pescadores es, cuando menos, parad¨®jico. Estoy seguro de que la Uni¨®n Europea adoptar¨¢ todas las medidas necesarias para acabar, en el m¨¢s breve plazo posible, con esta absurda y peligrosa situaci¨®n. El Gobierno espa?ol no va a regatear firmeza en defensa del ejercicio leg¨ªtimo de la pesca por parte de nuestra flota.