Santo?a homenajea a la v¨ªctima de un error judicial
Un mec¨¢nico pas¨® 16 a?os en la c¨¢rcel acusado de robar nueve chorizos
Cuando anteanoche, en Santo?a (Cantabria), m¨¢s de un centenar de emocionados amigos brindaban por ¨¦l, puesto en pie, Francisco Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez, de 72 a?os de edad, dej¨® que su mente le proyectara en breves segundos la atroz pel¨ªcula de su vida. Les hab¨ªa reunido para agradecerles la ayuda prestada en su reinserci¨®n social y celebrar que, despu¨¦s de pasar m¨¢s de 16 a?os entre rejas, el Estado, al cabo de casi medio siglo de condenarle, le otorgase una indemnizaci¨®n ya cobrada, de 1.800.000 pesetas por el periodo de prisi¨®n acreditado.Se cumpl¨ªan, a la misma hora, 49 a?os de un suceso ocurrido en la aldea orensana de Soutullo de Arriba que cambiar¨ªa dr¨¢sticamente el signo de Francisco Fern¨¢ndez. Dos des conocidos, uno empu?ando un arma corta, penetraron en casa de Francisco Requejo y, tras amenazas a sus moradores, seg¨²n la sentencia del consejo de guerra, se llevaron 175 pesetas, nueve chorizos, cuatro kilos de pan y unas botas.
Para el fiscal militar, uno de los atracadores era Fern¨¢ndez -el otro, Manuel ?lvarez Silva, que portaba la pistola, fue declarado en rebeld¨ªa-. Vano le result¨® negar los cargos ante el tribunal. Su acusador hab¨ªa advertido en su rostro el estigma de la criminalidad, dijo.
Los vecinos asaltados ni siquiera se personaron en el juicio ni aportaron prueba alguna en contra del inculpado. "En aquella vivienda yo era conocido porque la hab¨ªa frecuentado. ?C¨®mo pod¨ªa entrar en ella a robar a cara descubierta y luego no ser acusado por sus moradores?", recuerda hoy Fern¨¢ndez, a quien se atribuy¨® la comisi¨®n de dos delitos de robo a mano armada y se le aplicaron sendas penas de 30 a?os de reclusi¨®n.
Por entonces era un mec¨¢nico de 21 a?os, refugiado en las alturas de la Galicia profunda por sus ideales izquierdistas. Tras el juicio, carente de las m¨ªnimas garant¨ªas procesales, ingres¨® en la prisi¨®n de Palencia el 19 de mayo de 1947. No pudo soportar el peso de la injusticia y la severidad del r¨¦gimen carcelario y decidi¨® fugarse. Campo a trav¨¦s, andando s¨®lo durante la noche y aliment¨¢ndose en las huertas, se refugi¨® en Orense, su ciudad nativa, donde la fuerza p¨²blica le detuvo. As¨ª que los 15 a?os siguientes los pas¨® en El Dueso santo?¨¦s para alcanzar la libertad condicional en 1962.
La democracia, si bien lentamente, le ha facilitado los pasos para recuperar su hombr¨ªa de bien. El joven cambatiente de la Rep¨²blica, gracias a un auto del relator del Tribunal Militar Territorial IV, ha visto conseguido el favor de la amnist¨ªa, aunque mucho despu¨¦s.
Fern¨¢ndez vio incrementado hace s¨®lo un mes su modesto patrimonio de trabajador de la construcci¨®n jubilado con el ingreso por parte del Ministerio de Hacienda de la indemnizaci¨®n de 1.800.000 pesetas por el periodo de prisi¨®n acreditado: 16 a?os y cinco meses.
En Santo?a, donde, al recobrar la libertad, contrajo matrimonio con una lugare?a, invierte ahora la mayor parte del d¨ªa en ayudar desinteresadamente a los pensionistas de Comisiones Obreras. En septiembre se propone volar a Cuba, con cuyo r¨¦gimen simpatiza.
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