Pugna por los derechos en el ciberespacio
Editores y escritores discuten sobre la propiedad intelectual en la difusi¨®n electr¨®nica
Escritores y editores vuelven a enfrentarse. Ahora en el ciberespacio. La distribuci¨®n electr¨®nica de art¨ªculos, fotografr¨ªas y libros ha planteado una nueva cuesti¨®n sobre los derechos de autor y la propiedad de las empresas. Decenas de revistas y diarios se difunden en EE UU por medio de soporte electr¨®nico, y art¨ªculos, im¨¢genes y libros se encuentran a disposici¨®n de millones de usuarios en el Internet o a trav¨¦s de la media docena de servicios on-line que dan acceso a diferente s bancos de datos.Adicionalmente, las ediciones de CD-ROM y otras bases suscitan en conj¨²nto, la cuesti¨®n de si un colaborador o un escritor pueden ser recompensados con el mismo precio que ,antes, cuando la difusi¨®n se reduc¨ªa a la impresi¨®n en papel. En diciembre pasado, 11 colaboradores se querellaron por primera vez en la historia contra seis publitaciones, entre ellas Newsday y The New York Times, reclamando indemnizaciones por la difusi¨®n de sus trabajos en base electr¨®nica sin autorizaci¨®n previa. El juicio no se ha resuelto a¨²n, pero en los ¨²ltimos meses, empresas como Cond¨¦ Nast, Times Inc., The Reader's Digest y Hearst Magazine, entre otras, han revisado los contratos para los colaboradores y fot¨®grafos free-lances.
Las revisiones que se han producido van desde el llama do por la profesi¨®n "contrato del infierno" en Hearst, que se asegura los derechos de toda clase de reproducciones existentes y por existir con duraci¨®n perpetua, a los, modelos de Reader's Digest, que entre ga 100 d¨®lares, adicionales al autor por cada uno de sus textos que aparezca en el ciberespacio de Americ Online. Con otra f¨®rmula, Cond¨¦ Nast reconoce tambi¨¦n derechos a fot¨®grafos y escritores. La suave reforma que ha introducido, por su parte, Times Inc., con car¨¢cter experimental por un a?o, es ofrecer al fot¨®grafo free-lance una alternativa entre cobrar 500 d¨®lares por d¨ªa de trabajo o 400 d¨®lares m¨¢s 76 d¨®lares cada vez que su fot¨® aparezca en la pantalla.
El fondo de la cuesti¨®n radica en que seg¨²n defienden las asociaciones de escritores o la National Writers Union, que agrupa a 3.000 free-lances, la publicaci¨®n -electr¨®nica no es una simple ampliaci¨®n de la difusi¨®n, sino una distribuci¨®n de car¨¢cter diferente. Con ella las empresas editoras no obtienen, hoy por hoy, grandes provechos, pero la extraordinaria expansi¨®n, de la actividad comercial dentro de la pantalla, hacen pensar en un nuevo. espacio de explotaci¨®n del que los escritores, periodistas y fot¨®grafos no quieren ser excluidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.