Aprobado a Dini

EL GOBIERNO italiano de Lamberto Dini ha pasado, aunque con extrema justeza, su primera gran prueba: ante el Parlamento: la C¨¢mara baja ha refrendado por s¨®lo seis votos su proyecto de minipresupuesto. Esto es, un recorte del gasto p¨²blico por un importe de 1,6 billones de pesetas sobre un presupuesto que a¨²n est¨¢ por aprobar.Pero lo pol¨ªticamente relevante es que con ello el Gabinete de transici¨®n obtiene un respiro para llevar a cabo en los pr¨®ximos meses su labor de saneamiento econ¨®mico, antes de convocar elecciones. De la misma forma, han sido derrotadas las fuerzas acaudilladas por Berlusconi, que quer¨ªan forzar la celebraci¨®n de esos comicios de inmediato.

Dini deber¨ªa hallarse ahora en condiciones de acometer en los dos pr¨®ximos meses lo m¨¢s arduo de su tarea: la reforma del sistema de pensiones, verdadera losa sobre el d¨¦ficit p¨²blico italiano. Por tanto, a¨²n ser¨ªa posible celebrar elecciones legislativas en junio, como exige Berlusconi, convencido de que el bloque rival pretende demorar el voto por temor a que ¨¦l repita su victoria de marzo de 1994. Con todo, seguramente es m¨¢s probable que los comicios queden para despu¨¦s del verano, seg¨²n las preferencias de los ex comunistas del PDS y los federalistas, que quieren tiempo para afianzar su alianza.

El jefe de Gobierno ha sabido presentar el voto no como una medida en favor de uno u otro bloque, sino como una decisi¨®n patri¨®tica para devolver la confianza internacional a la econom¨ªa italiana. El resultado de la votaci¨®n ha repercutido favorablemente en la cotizaci¨®n de la lira y, sobre todo, en las bolsas italianas. Pero ello no impide que ese voto -315 contra 309- s¨®lo se haya obtenido gracias a la compleja trama de escisiones m¨¢s o menos circunstanciales en las formaciones pol¨ªticas italianas. El voto de varios parlamentarios de Refundaci¨®n Comunista, que por temor a una victoria de Berlusconi desoyeron el llamamiento de su partido al no, ha sido decisivo para la victoria de Dini.

Nos hallamos, as¨ª, ante un panorama pol¨ªtico en el que hay pocas certezas: Forza Italia y la Alianza Nacional de Gianfranco Fin?, junto a algunos disidentes de la Liga Norte de Umberto Bossi, forman un bloque; y PDS con el grueso de los federalistas, otro. En un medio campo, a¨²n dif¨ªcil de definir, quedan los diversos agrupamientos democristianos. La l¨ªnea Buttiglione, el jefe del Partido Popular, se inclina por Berlusconi. Los democristianos de Pacto por Italia, que dirige Segni, hacia el centro-izquierda, y los comunistas puros de Bertinotti, que no quieren ir con nadie, deber¨ªan acabar apoyando al llamado bloque progresista.

El l¨ªder potencial del centro-izquierda, Prodi, es un independiente. Los ex comunistas del PDS no pueden ni quieren aspirar a liderar el bloque. Tenemos as¨ª un cuadro en ebullici¨®n que parece decantarse hacia una polarizaci¨®n. ?sa ser¨ªa la gran novedad que podr¨ªa dar nacimiento a la verdadera II Rep¨²blica: un alineamiento en dos grandes sistemas de fuerzas que hiciera m¨¢s previsible y manejable la gobernaci¨®n del pa¨ªs. La pr¨®xima contienda electoral deber¨ªa darnos la primera gran respuesta a ese interrogante.