Editores espa?oles constatan la p¨¦rdida de influencia de la literatura francesa
S¨®lo los consagrados mantienen vivo el inter¨¦s de los lectores
Un encuentro entre editores espa?oles y agentes literarios franceses permiti¨® ayer una primera y superficial conclusi¨®n: la relaci¨®n entre ambos pa¨ªses es la de los vasos comunicantes. Para la agente Anne Marie Valet, "hace 15 o 20 a?os, la literatura francesa se vend¨ªa bien en Espa?a, pero era casi imposible exportar novelistas hispanos. Ahora, la situaci¨®n se ha invertido y no me resulta nada complicado encontrar editores galos para los autores espa?oles, pero en cambio, al rev¨¦s, tengo que limitarme a unos pocos nombres, a los consagrados como Duras o Yourcenar".
Las cifras no mienten. Entre 1992 y 1993 la compra de derechos de autor franceses baj¨® un 6,5% y, entre los textos traducidos, los de origen franc¨®fono s¨®lo son un 14% frente a un casi 54% de procedencia anglosajona.El Sal¨®n del Libro de Par¨ªs, que este a?o ha elegido a Espa?a como pa¨ªs invitado, fue escenario ayer del debate en torno a la p¨¦rdida de la influencia de la literatura francesa. Jorge Herralde, de Anagrama, abund¨® en el mismo sentido que la francesa Anne Marie Valet y atribuy¨® el fen¨®meno "a la p¨¦rdida de influencia, en general, de la cultura francesa, a los cambios pol¨ªticos vividos por nuestro pa¨ªs y al boom anglosaj¨®n y espa?ol". Para Juan Cruz, de Alfaguara, no cabe la menor duda de que "entre nosotros ha disminuido la curiosidad por lo que hacen nuestros vecinos. Lo sucedido con Texaco, de Chamoiseau, es significativo ya que en Francia se trata de un t¨ªtulo galardonado, con una buena cr¨ªtica y mejores ventas. En Espa?a se habl¨® de ¨¦l cuando gan¨® el premio Goncourt, pero luego, cuando se tradujo, el efecto medi¨¢tico ya se hab¨ªa desvanecido. S¨®lo los americanos saben jugar y tienen capacidad para hacerlo con simultaneidad; lanzan al mismo tiempo un libro, la pel¨ªcula en la que est¨¢ basado, una serie televisiva sobre el personaje y la canci¨®n de ¨¦xito del filme. Eso hace que nos traguemos autores estadounidenses mediocres y que franc¨®fonos extraordinarios, como Kundera o Le Clezio, nos lleguen capitidisminuidos".
Auge espa?ol
Para Mireille Devenne, miembro del sindicato de la edici¨®n franc¨¦s, hay que tener en cuenta en el auge de. la narrativa espa?ola "el potencial que supone el disponer de un idioma hablado por tant¨ªsimos millones y el impacto. que ha tenido en el mundo la eclosi¨®n de una nueva generaci¨®n de narradores, la que se ha consolidado a mediados de los ochenta. Entre Francia y Espa?a vamos hacia un equilibrio en el intercambio".
Una representante de las Presses Universitaires de France puso m¨¢s agua al vino de la euforia espa?ola: "En ciencias sociales y humanas seguimos vendiendo bien en Espa?a. La ca¨ªda de la exportaci¨®n ha sido mucho menor que en el terreno de la ficci¨®n".
Andreu Teixidor, de Destino, admiti¨® que, "globalmente, seguimos comprando m¨¢s cultura francesa que vendiendo la espa?ola". Para Federico Ib¨¢?ez, de Castalia, el drama estriba en que "un pa¨ªs de una tradici¨®n tan rica como Espa?a es incapaz de encontrar o consolidar sus referencias culturales comunes. Tenemos que reconciliamos con nuestro pasado o seremos incapaces de resistir la invasi¨®n-colonizaci¨®n americana". Y ah¨ª s¨ª hubo coincidencia entre franceses y espa?oles a la hora de expresar su inquietud ante el "dominio avasallador del imaginario producido por los Estados Unidos", y en expresi¨®n de Herralde que, sin embargo, advirti¨® contra la patrioter¨ªa cultural: "No hay nada peor que el monocultivo".
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