La gran retransmisi¨®n
La 'pel¨ªcula' de Pilar Miro impuso su ley a las otras cadenas
La exitosa realizaci¨®n de Pilar Mir¨® para TVE-1, con marcado estilo cinematogr¨¢fico, eclips¨® los intentos de diferenciaci¨®n por parte de las cadenas privadas en la retransmisi¨®n de la boda real. Antena 3 y Tele 5 apostaron por presentadoras muy conocidas, Marta Robles y Concha Garc¨ªa Campoy, y por la palabra de los comentaristas, tratando de competir con el previsible tono institucional de la televisi¨®n p¨²blica. Pero finalmente se impuso la pel¨ªcula dirigida por Mir¨®, y los intentos alternativos sucumbieron al hechizo de la superproducci¨®n escenificada en la catedral y en el coraz¨®n hist¨®rico de Sevilla.La ceremonia tuvo la duraci¨®n de una pel¨ªcula larga, y ni siquiera una infanta puede mantener durante mucho tiempo cautiva a una audiencia. Lo novedoso fue la calidad est¨¦tica, la explotaci¨®n del rito tradicional como un espect¨¢culo futurista. Y ¨¦se fue el factor Mir¨®. Cierto que cont¨® con un despliegue inusitado de medios, pero, como dir¨ªa Billy Wilder, "tenemos los cacharros, ?y ahora qu¨¦ hacemos".
El s¨¢bado se hab¨ªa sellado una nueva alianza: Monarqu¨ªa, Iglesia... y televisi¨®n. El dilema entre espiritualidad y montaje televisivo se hab¨ªa superado en una nueva s¨ªntesis: la de la ceremonia espectacular. La Iglesia hab¨ªa permitido el impagable escenario art¨ªstico de la catedral. Ning¨²n decorador, por mucha inform¨¢tica que utilice, puede improvisar un retablo que llev¨® 200 a?os labrar ni ning¨²n juego de luces puede sustituir la luz fecunda y vegetal de las vidrieras.
Pero, sobre todo, la Iglesia aportaba una experiencia acreditada durante siglos, una profesionalidad esmerada en las artes de la, representaci¨®n y de la comunicaci¨®n. A cambio, en pocas ocasiones, tantos millones de personas se enteraron de lo que dec¨ªa san Pablo en su carta a l¨®s corintios. Gracias a los evangelios hab¨ªa por momentos, en el altar mayor, un eco shakespearian¨®: "Si no tengo amor, no soy m¨¢s que un metal que resuena". ?Qu¨¦ puede decir Jaime Pe?afiel despu¨¦s de eso?
Pe?afiel, por cierto, fue uno de los comentaristas que acompa?¨® a Marta Robles en Antena 3. Esta cadena busc¨® su propio espacio, entre la sobriedad de TVE- 1 y el populismo m¨¢s desinhibido de Tele 5. El resultado fue un discreto tono rosa-hist¨®rico, a la manera, m¨¢s bien no conseguida, de un ?Hola!. televisivo. Los nupci¨®logos, esa nueva rama del periodismo hispano, expon¨ªan sesudas comparaciones entre la boda del s¨¢bado y la de lady Di y el pr¨ªncipe Carlos. Pe?afiel y Rosa Villacast¨ªn ped¨ªan casi a gritos que llorase la infanta Elena.Populismo en Tele 5
Fue Tele 5 la que llev¨® m¨¢s lejos su b¨²squeda de identidad, con un acentuado estilo populista. Un voluntarioso esfuerzo por retransmitir una visi¨®n distinta de la boda, con algunos meritorios hallazgos en las conexiones en directo. Por ejemplo, la realizada con la chabola del barrio madrile?o de La Celsa donde los Reyes hab¨ªan tomado caf¨¦ de puchero en su visita del pasado diciembre. Muy bien el patriarca T¨ªo Ram¨®n, en sus deseos de felicidad a los novios: "Para nosotros, ya son como de la familia".
Otra conexi¨®n original fue la establecida con un debate en Barcelona entre mon¨¢rquicos y republicanos. Fue la ocasi¨®n para escuchar algunas voces cr¨ªticas en medio de tanto pasmo. Un joven republicano calific¨® el enlace de "operaci¨®n de marketing de la Monarqu¨ªa con dinero p¨²blico" y aprovech¨® para criticar la discriminaci¨®n de la mujer en el turno sucesorio.
Una tercera conexi¨®n con instinto de desmarque fue la que se hizo con una boda normal de dos j¨®venes a los que los invitados tiraban arroz como si fueran piedras y que ten¨ªan previsto pasar la luna de miel en Canc¨²n "con la tripa al sol". El punto de heterodoxia en los comentarios fue el cotilleo de Carlos Ferrando, bautizado por la propia Campoy con el alias de Lengua Afilada, y como paradigma populista, en la calle, Marisol Gald¨®n, un aut¨¦ntico descubrimiento. La primera reportera que canta los reportajes.
Hubo adem¨¢s otro detalle que llam¨® la atenci¨®n. Mientras dur¨® la boda, lo que se ped¨ªa a los comentaristas era silencio, como quien manda callar a unos ni?atos en las butacas de un cine. "Ahora, vamos a elcuchar", rogaba Concha Garc¨ªa Campoy mientras cantaba la Hermandad Rociera en la iglesia del Salvador. Y en el arte de hablar y callar a tiempo dieron una buena lecci¨®n los invisibles comentaristas oficiales,. Carmen Enr¨ªquez y Manuel Lombao.
Todo lo que vino despu¨¦s, con TVE envalentonada, fue una resaca nost¨¢lgica de la ceremonia central. La pel¨ªcula de Pilar Mir¨® hab¨ªa triunfado y monse?or Amigo ya ten¨ªa claro que un mando a distancia pod¨ªa hacer repicar como nunca las campanas de su catedral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.