B¨®rrenme, por favor

EL PA?S del pasado s¨¢bado d¨ªa 11 da cuenta de la entrega de tres millones de firmas -aportadas por la Asociaci¨®n Pro Defensa de los Derechos de la Mujer Clara Campoamor- pidiendo que los violadores cumplan las penas integramante. Yo soy uno de los tres millones: firm¨¦ hace cosa de a?o y medio, conmovido por la violaci¨®n y asesinato de tres muchachas en Alc¨¢sser. Posteriormente, coment¨¦ el tema con un par de amigos juristas que me expresaron sus reservas respecto a la constitucionalidad del contenido de tal petici¨®n.Al respecto, sugiero a la direcci¨®n de EL PA?S que nos brinde a los lectores la opini¨®n de expertos en ese tipo de cuestiones. Mientras tanto, ruego, si posible fuera, que se me borre de la lista de los tres millones; y lamento que la tan tra¨ªda y llevada nueva sensibilidad que, seg¨²n las feministas, han de aportar las mujeres a la vida p¨²blica se manifieste en reivindicaciones como la citada, pre?adas de irracionalidad y rencor y ayunas de planteamientos y soluciones progresistas.

Porque, por mucho que repugne a la persona normal y corriente la violaci¨®n, no se acaba de entender que se pueda negar al violador (?normal y corriente?), aun convicto y confeso, el derecho que se otorga a otros delincuentes, el de la reinserci¨®n: c¨®mo y en qu¨¦ condiciones, es cuesti¨®n sobre la que habr¨¢n de aportar luz psiquiatras, juristas o polic¨ªas.