Sabonis y Arlauckas arrasan
Una vez m¨¢s el Real Madrid se empe?¨® en desmentir que sea algo m¨¢s que Sabonis y Arlauckas. No hay lugar en este caso para el dem¨¦rito de sus compa?eros. Ocurri¨® simplemente que el lituano y el estadounidense rozaron su m¨¢ximo nivel. Y en esas condiciones no hay nadie que pueda seguir su estela. Ni los restantes jugadores de su propio equipo, ni mucho menos, los rivales del Festina Andorra, manifiestamente incapaces de frenar el aluvi¨®n.
El partido, como tal, se circunscribi¨® a la primera mitad. Fue ¨¦sta ¨¢spera, igualada, bien planteada por ambos equipos. A la letal fuerza interior del Madrid, opuso el Festina la clarividencia de Jos¨¦ Luis Llorente. Mientras tuvo fuerzas manej¨® el choque a su antojo, imprimiendo un alt¨ªsimo ritmo. El mayor de los Llorente., bien apoyado por la mu?eca de Conner Henry, evit¨® que Sabonis y Arlauckas dinamitaran el partido a s¨®lo 14 minutos de su inicio (40-28).
La fuga del Real hab¨ªa coincidido con una breve estancia de Llorente en el banquillo. Su reingreso en cancha devolvi¨® el car¨¢cter a su equipo y el equilibrio al marcador, aprovechando el descanso que. concedi¨® Obradovic a su estrella b¨¢ltica. En el descanso (44-44) todo apuntaba a una segunda parte igualmente emotiva y pareja. Sucedi¨® todo lo contrario.
Sabonis y Arlauckas forzaron todav¨ªa m¨¢s la m¨¢quina y ejercieron de lanzadera para su equipo, particularmente el de Rochester, autor de una segunda parte memorable. Arlauckas firm¨® un registro de 24 puntos, desglosados en 10 canastas de 11 lanzamientos y cuatro de cuatro tiros libres. Anot¨® los siete primeros tiros sin fallo y empez¨® a hundir a un Festina impotente dada la magnitud de lo que se le echaba encima. Y es que Sabonis se incorporaba poco despu¨¦s al festival encestador, al margen de dominar con egregia autoridad el rebote.
No aguant¨® mucho el grupo andorrano. En el minuto 28, un triple de Garc¨ªa Coll marc¨® el principio del definitivo despegue blanco y el final de la lucha, de la que no sali¨® bien parado Eduardo Torres, el t¨¦cnico del Festina. Cometi¨® dos errores que redujeron la capacidad de respuesta de su equipo: mantuvo demasiado tiempo en el banco a To?o Llorente y se olvid¨® de darle un respiro a su hermano mayor.
Cuando Jos¨¦ Luis se desfond¨® -ha salido hace poco de una larga lesi¨®n- se acab¨® el Andorra, que sufri¨® como nunca debajo de los tableros para mayor tortura del todav¨ªa fin¨ªsimo aunque ayer asustadizo Ricky Brown y del tosco Eric Anderson.
Amparado en la majestuosa presencia de Arlauckas y Sabonis, el Madrid realiz¨® su juego m¨¢s alegre, r¨¢pido y el¨¦ctrico de la temporada, como certifica el marcador, aunque fueron muy pocos aficionados -lo del Cibona fue un espejismo- los que disfrutaron con su equipo.
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