La alternativa de Santiago Blanco
El joven corredor espa?ol se codea con los mejores y despierta ilusiones
Ya hay otra realidad a, la que agarrarse: un corredor que cumplir¨¢ 21 a?os en junio y que en apenas dos carreras como profesional ya ha hecho conocido su perfil -muy echado hacia adelante sobre la bicicleta, como queri¨¦ndose comer el manillar; la cabeza, animosa, coronada por un bamboleante casco azul brillante que parece siempre a punto de caerse- entre los puestos delanteros del pelot¨®n. Santiago Blanco, de Puerto de B¨¦jar (Salamanca), ha dejado de ser ese enigma fant¨¢stico del que hablaban hace apenas dos meses sus mentores de la factor¨ªa Banesto para constituirse en un eslab¨®n m¨¢s de esa cadena moderna iniciada con ?ngel Arroyo y Pedro Delgado y rota con la muerte de Antonio Mart¨ªn. Pero mejor.En Banesto siempre hablan de detalles y de cabeza, o sea, de car¨¢cter. No hablan tanto de clasificaciones, aunque no est¨¢ mal el quinto puesto final del salmantino en el, Crit¨¦rium Internacional, una prueba dura e importante, incrustado entre ciclistas con may¨²scula: Jalabert, Berzin, Bobrik o Breukink. Pero importa m¨¢s el car¨¢cter. "Una personalidad roque?a", dice Ech¨¢varri. "Un hombre atacante, que se sabe, imponer, que cuando m¨¢s duras son las circustancias m¨¢s duramente reacciona". Y que no se achanta.
En el Crit¨¦rium Internacional, Blanco mostr¨® tres detalles importantes. En la etapa llana, cuando salt¨® Bobrik incontenible para romper la carrera, Blanco, etiquetado como escalador, no s¨®lo estuvo atento a la situaci¨®n sino que tuvo los arrestos necesarios para lanzarse tambi¨¦n. Y lo llamativo fue que cuando les alcanz¨® un grupo con 11, no se cort¨® en lo m¨¢s m¨ªnimo: llam¨® de t¨² a Jalabert, Bermzin y compa?¨ªa, casi exigi¨¦ndoles que pasaran a relevar.
El segundo detalle habla m¨¢s ,de falta de experiencia. Ayer por la ma?ana se corr¨ªa en su terreno, la monta?a, y en unas condiciones de perros: un grado de temperatura, espesa niebla y r¨¢fagas de viento. Blanco sali¨® bien abrigado y cuando entr¨® en calor decidi¨® quitarse un chaleco de m¨¢s. Era, un momento cr¨ªtico, pero Blanco, en vez de entregar la prenda a cualquier motorista, se baj¨® hasta el coche del equipo en el momento en que m¨¢s fuerte le estaban dando los Gewiss a Jalabert.
El tercer detalle lo pint¨® por la tarde, en una prueba de fuego: una contrareloj casi llana de 18, kil¨®metros. Rodeado de especialistas, se permiti¨® el lujo tambi¨¦n de tutear a todos, de aguantar su responsabilidad y hasta de derrotar al famoso Boardrnan.
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