Un d¨ªa como otro Cualquiera
El aeropuerto de Franfort se abre a la libre circulaci¨®n de personas
Sin novedad en el aeropuerto de Francfort, el de mayor tr¨¢fico del continente europeo en el. primer d¨ªa de entrada en vigor del tratado de Schengen, que permite la libre circulaci¨®n de personas entre siete pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Cuando hab¨ªan transcurrido 17 horas desde la puesta en marcha del nuevo sistema, a las 0.00 horas del domingo, tan s¨®lo un australiano hab¨ªa ca¨ªdo en las garras de la polic¨ªa alemana de fronteras tras la consulta con el ordenador central en Estrasburgo (Francia).
La polic¨ªa de fronteras se neg¨® en Francfort, a satisfacer la petici¨®n del corresponsal de este diario para averiguar si Jimmy Segura figura en el ordenador como buscado. Aleg¨® la polic¨ªa que, debido a la protecci¨®n de datos, no se pod¨ªa efectuar esa consulta. La protecci¨®n de datos no impide sin embargo que Segura aparezca con foto y fecha de nacimiento en la frontera entre Francia y Alemania junto con otros 14 buscados como peligrosos delincuentes, evadidos de diversos establecimientos penitenciarios franceses. Aceptaron en cambio los polic¨ªas fronterizos alemanes preguntar al ordenador por, el corresponsal de este diario, que no figuraba en las listas de personas buscadas.
Todo parece indicar que ayer fue un d¨ªa como otro cualquiera en el aeropuerto de Francfort. Las autoridades alemanas est¨¢n empe?adas en demostrar que la entrada en vigor de Schengen no supone una disminuci¨®n en la seguridad p¨²blica. ?ste era el inter¨¦s principal del ministro de Estado en la Canciller¨ªa Federal, el democristiano Berrid Schmidbauer (CDU), quien hab¨ªa convocado ayer por la tarde en el aeropuerto de Francfort a la jaur¨ªa period¨ªstica. Schmidbauer asegur¨® contundente: "Schengen significa para los ciudadanos en Europa un incremento considerable de la libertad y al mismo tiempo una mayor seguridad gracias a la cooperaci¨®n incrementada entre la polic¨ªa y la justicia".
El ministro asegur¨® que los puestos fronterizos se han preparado a conciencia para la nueva situaci¨®n, y que pronto se superar¨¢n ciertas dificultades transitorias e inseguridades en los viajeros. El aeropuerto de Francfort se ha preparado para la nueva situaci¨®n. En los puestos de control de las zonas de embarque, funcionarios de la polic¨ªa de fronteras se encargaban de pastorear a los viajeros indic¨¢ndoles si deb¨ªan pasar por la v¨ªa de Schengen o las otras. Se han realizado cambios en, los canales de salidas y llegadas y han sido trasladadas algunas l¨ªneas a¨¦reas que realizan los ahora llamados vuelos Schengen, que se tratan como si fueran locales. Un portavoz de la sociedad que explota el aeropuerto declar¨® que los gastos de adaptaci¨®n a la nueva situaci¨®n hab¨ªan supuesto un desembolso de 70 millones de marcos (casi 6.500 millones de pesetas).
Entre los pasajeros que llegaban hacia las cuatro de la tarde en el vuelo de la compa?¨ªa israel¨ª ELAL se encontraba un grupo de educadores de Israel que se desplazaron a Alemania. Varios de ellos aseguraron a este diario que no hab¨ªan sido controlados de ninguna manera al llegar a Francfort y que ni siquiera les hab¨ªan pedido el pasaporte. Israel no pertenece al tratado de Schengen. En cambio una jovencita de Estados Unidos a quien esperaba una amiga de la misma nacionalidad declar¨® que tuvo que mostrar el pasaporte al llegar a Francfort.
Schmidbauer aprovech¨® la ocasi¨®n para rechazar la acusaci¨®n de que el sistema de Schengen signifique una discriminaci¨®n para los otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea que no han firmado el tratado. Apel¨® Schmidbauer a que esos pa¨ªses se den prisa para entrar y evitar as¨ª lo que ahora puede parecer un trato discriminatorio. Al ministro s¨®lo le falt¨® autopalmearse los hombros para felicitarse, porque al fin entra en vigor el tratado firmado hace 10 a?os en una aldea perdida de Luxemburgo y cuya puesta en funcionamiento sufri¨® nada menos que cinco aplazamientos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.