Casi 600 solicitudes de ni?os extranjeros

Al tiempo que desciende en Espa?a el n¨²mero de ni?os susceptibles de adoptar, aumentan las demandas de adopci¨®n, que pasaron de 5.000 en 1988 a 13.000 en 1993. La alternativa para muchos padres ha sido buscar sus hijos fuera. En 1994 el Ministerio de Asuntos Socia les ten¨ªa contabilizadas hasta 588 solicitudes de adopci¨®n en toda Espa?a excepto en Catalu?a. La mayor parte de las solicitudes eran para Colombia. Espa?a est¨¢ firmando protocolos con los distintos pa¨ªses para que todas las adopciones con tengan las m¨¢ximas garant¨ªas para los menores.Pero los tr¨¢mites para las parejas son duros. Las comunidades aut¨®nomas s¨®lo se encargan de emitir los certificados de idoneidad a los padres adoptivos, quienes despu¨¦s deber¨¢n gestionar el resto ante los organismos competentes en el pa¨ªs solicitado. Es por ello que en 1993 surgi¨® en Alicante la Asociaci¨®n de Cooperaci¨®n con el Pueblo Colombiano, constitu¨ªda por parejas que sufrieron en sus carnes la desesperaci¨®n de la espera en Espa?a y con vocaci¨®n de constituirse como la primera agencia internacional espa?ola para adopciones internacionales. Hasta ahora han conseguido una veintena.

Sin fines lucrativos, la agencia funciona con las cuotas de sus socios -unas 150 parejas- como un servicio de intermediaci¨®n entre los adoptantes y el Ministerio de Bienestar Social de Colombia. Los gastos se restringen a los costes de las acreditaciones que Colombia exige a los padres. ?stos desembolsar¨¢n por su cuenta los gastos del viaje.

Un matrimonio -¨¦l inspector de trabajo, ella, abogada- ha sido uno de los primeros en acudir. Prefiere mantener el anonimato para proteger a sus hijos, pero quiere mostrar su satisfacci¨®n por lo conseguido. "Nosotros adoptamos al mayor aqu¨ª en Valencia despu¨¦s de una lista de espera de seis a?os. Pero mire, ya pasamos de los 40 y no pod¨ªamos esperar otros seis m¨¢s para adoptar otra vez", explican.

El pasado octubre, despu¨¦s de a?o y medio de gestiones a trav¨¦s de la asociaci¨®n alicantina, se trajeron a Carmencita. "Apareci¨® en las calles colombianas en una caja de zapatos deportivos", relata el padre. Bromeando cuenta que por eso pensaron al principio llamarla Kelme. En Colombia contaron con la ayuda de una fundaci¨®n que toma la antorcha all¨ª de la asociaci¨®n espa?ola para culminar los tr¨¢mites.