Misi¨®n cumplida

El presidente Bill Clinton puede 'presumir, por ahora, de haber apostado por una operaci¨®n en la que muy pocos cre¨ªan en Estados Unidos. La intervenci¨®n norteamericana en Hait¨ª en oto?o del a?o pasado sirvi¨® para restaurar la democracia de forma pac¨ªfica, expulsar al exilio a los dictadores. y crear m¨ªnimas condiciones de estabilidad. Todo ello con un solo muerto, del lado norteamericano.

Estados Unidos empujo a varios pa¨ªses para la constituci¨®n de un cr¨¦dito de m¨¢s de mil millones de d¨®lares (unos 128.000 millones de pesetas) que, seg¨²n la firma Ross-Robinson, que representa los intereses del Gobierno de Hait¨ª en Washington, han servido para alimentar a un mill¨®n de haitianos por d¨ªa, prestar asistencia sanitaria a dos millones y para vacunar al 99% de los ni?os de Puerto Pr¨ªncipe.

"Creo que es justo reconocer que nuestra misi¨®n est¨¢ teniendo ¨¦xito", opina Samuel Berger, viceconsejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca.

Los haitianos se lamentan, sin embargo, de que las tropas de Estados Unidos -que llegaron a formar un contingente de 21.000 hombres durante algunos meses no hayan, sido empleadas tambi¨¦n en la construcci¨®n de, carreteras, escuelas y hospitales.

Todo eso ha quedado en manos de la generosidad extranjera, que s¨®lo funciona a veces -como en el caso de los corresponsales que pusieron dinero para la creaci¨®n de un colegio, que ya est¨¢ en marcha-, pero a veces no: el Gobierno de Jap¨®n ha amenazado con retirar su contribuci¨®n al cr¨¦dito internacional.