El Tenerife acaba con el Bar?a

. El Barcelona no se encontr¨® esta vez a un amigo en Tenerife. Dos defensas ex madridistas, Ramis y LLorente, fueron los encargados de materializar el triunfo del Tenerife frente a un Bar?a que, cuando quiso desnivelar el marcador, acorral¨® a su rival, pero que al lograr su gol se relaj¨® en todas sus l¨ªneas y permiti¨® imponerse al conjunto canario que jug¨® 69 minutos con diez hombres.

Desde el pitido inicial, la disposici¨®n de los equipos fue la esperada. Un Bar?a que quer¨ªa controlar el bal¨®n, aunque con excesiva lentitud, y un Tenerife que esperaba y contragolpeaba con cierto peligro. Aunque el dominio azulgrana durante los primeros minutos fue claro, era el conjunto canario el que dispuso de las primeras oportunidades, salvo un disparo de falta de Hagi que sali¨® fuera. El equipo de Cruyff se empleaba a fondo en busca de la posesi¨®n del bal¨®n sin dar excesiva importancia a las acciones a la contra de los hombres de Cantatore. Era como si estuvieran esperando con paciencia su oportunidad, que lleg¨® en el minuto 20 en una internada de Begiristain parada en falta dentro del ¨¢rea por Ojeda, lo que supuso el penalti y la expulsi¨®n del guardameta argentino. El holand¨¦s Ronald Koeman no fue, en esta ocasi¨®n, el rey del penalti y su disparo desde los once metros fue rechazado por el otro portero argentino del Tenerife, Buljubasich.

A partir de ese momento, la afici¨®n esperaba que se hiciera notar la superioridad num¨¦rica del Barcelona. Sin embargo, los retoques de Cantatore en el esquema inicial taparon los posibles huecos que pudieran producirse en su equipo. A pesar de todo, el conjunto catal¨¢n insisti¨® en su lucha, no en su brillantez futbol¨ªstica, y busc¨® con dificultades ¨¦l marco local. Hagi se entreten¨ªa con el bal¨®n, Jordi se perd¨ªa entre los defensas insulares y s¨®lo Begiristain con sus internadas pon¨ªa cierta profundidad en el fuego azulgrana.

Por contra, un Tenerife crecido por el penalti que detuvo su portero y jaleado por su p¨²blico, buscaba las debilidades de la defensa rival a trav¨¦s de contraataques r¨¢pidos generados por los robos de bal¨®n de sus hombres de medio campo, sobre todo Chemo del Solar.

La segunda parte se inici¨® con una jugada de gran peligro para la porter¨ªa del Tenerife. Un pase de Jordi habilit¨® a Begiristain que se deshizo de los defensas y su disparo fue rechazado por la defensa. A rengl¨®n seguido, de nuevo Beguiristain volvi¨® a llevar el peligro al ¨¢rea tinerfe?a, aunque en este caso su centro no pudo ser rematado por ning¨²n compa?ero. Era como si el Bar?a quisiera hacer notar su superioridad num¨¦rica y resolver desde los primeros minutos el encuentro.

El Tenerife no pod¨ªa salir de su campo por la presi¨®n del conjunto catal¨¢n. Cruyff se lo jug¨® todo a la carta del ataque y retir¨® a Hagi y Begiristain para coloca como delantero centro a Escaich, como estreno derecho al ruso Korneiev y por la izquierda a Jordi. Estos cambios dieron mayor profundidad al juego de ataque y, a la vez, lograron encerrar cada vez m¨¢s a los de Cantatore. S¨®lo faltaba el gol, lo que ocurri¨® en el minuto 60. La lucha de Escaich por un bal¨®n y la precisi¨®n en su disparo desde el borde del ¨¢rea supuso el primer tanto en el casillero azulgrana. Pero entonces el Bar?a se relaj¨® en ataque, cedi¨® terreno, parec¨ªa conformarse con el 1 - 0. Y esto lo aprovech¨® el Tenerife para remontar el partido.