El gol que no aparece

La falta de punter¨ªa empez¨® siendo una an¨¦cdota. Se ha transformado en maldici¨®n. El M¨®stoles lleva m¨¢s de 750 minutos sin alojar un bal¨®n en la red contraria, 753 minutos que le han transportado de posiciones de cercan¨ªa al pelot¨®n de cabeza a zonas que coquetean peligrosamente con la cola de la tabla. En el partido de ayer sali¨® al campo con los artilugios de vud¨² preparados para romper el maleficio. Ofreci¨® buen gusto y toque de bal¨®n. Pero no goles.El M¨®stoles sabe jugar, atesora calidad. Lo demostr¨® durante los primeros 45 minutos, triangulando con criterio, al primer toque. Una jugada hizo enmudecer al p¨²blico: ocho jugadores participaban en un lance con un solo toque cada uno. Una armon¨ªa poco frecuente en la categor¨ªa. Este desahogo en la circulaci¨®n del bal¨®n parec¨ªa augurar el fin de la maldici¨®n. Ni por esas. Un remate de cabeza al larguero de Carretero fue la ¨²nica ocasi¨®n n¨ªtida de los mostole?os.

El Real Madrid C aport¨® la rapidez. No tuvo el bal¨®n, pero cre¨® cinco oportunidades claras. Fueron las que encumbraron a Pozanco, aut¨¦ntico h¨¦roe de la ma?ana. Su peripecia m¨¢s notable se produjo (minuto 50) cuando ofreci¨® tres paradones consecutivos: repeli¨® un remate de cabeza de Ismael, el disparo posterior del delantero y el ¨²ltimo disparo de S¨¢nchez, en medio de un barullo. Una jugada que pudo ser gol tres veces, de no mediar Pozanco.