Las protestas sociales marcan la campa?a para la presidencia francesa

Vuelos dom¨¦sticos, ferrocarriles y metro de Par¨ªs ya han ido a la huelga, Correos sigue con ella, la gran petrolera Elf acaba de anunciarla para la semana pr¨®xima. Ayer hubo en la capital francesa dos grandes manifestaciones, de jubilados y de trabajadores de Renault. La campa?a para la presidencia est¨¢ marcada por los conflictos, sociales, lo que rompe la tradicional tregua de elecciones, siempre respetada hasta ahora.
Los tres grandes candidatos se ven acorralados por el intenso malestar social. Tanto los dos campeones de la derecha, los gaullistas Jacques Chirac y ?douard Balladur, como el de la izquierda, el socialista Lionel Jospin, han debido adaptar sus promesas de futuro a la realidad del presente. El malestar tiene su epicentro en el sector p¨²blico, pero se extiende r¨¢pidamente por las empresas privadas. Y lo primero que se exige en todas partes es mejores sueldos. La oportunidad es perfecta para un candidato en pleno lanzamiento de promesas.Incluso Balladur, que adem¨¢s de candidato es primer ministro y, por tanto, m¨¢ximo responsable del sector p¨²blico, afirma que "es el momento de hablar de aumentos salariales, ya que la econom¨ªa est¨¢ en plena recuperaci¨®n". Una frase que ha crispado a los responsables de los servicios estatales y las empresas p¨²blicas, a quienes el propio Balladur hab¨ªa ordenado (desde su despacho de Matignon, y no desde el estrado del mitin) que fueran intransigentes a la hora de negociar con los sindicatos.
El gran rival de Balladur, su antiguo jefe y amigo Jacques Chirac, ha repetido varias veces que "los asalariados no deben ser los grandes olvidados del crecimiento econ¨®mico". Y habla de "acelerar la creaci¨®n de empleo por la v¨ªa de un crecimiento de la demanda".
El socialista Lionel Jospin, partidario de la reducci¨®n de jornada, propone una "gran conferencia" en la que empresarios y sindicatos "se pongan de acuerdo sobre la cuesti¨®n salarial". "Hay que reequilibrar beneficios y salarios", dice Jospin. La cuesti¨®n es la del equilibrio entre beneficios y salarios. La econom¨ªa francesa (con excepci¨®n de banca, seguros y el inmobiliario) ha vuelto a los beneficios, espectacularmente en algunos casos.
El factor del miedo
Hay otros factores de malestar. Como se?ala el consultor Bernard Brunhes, "el miedo al desmantelamiento al sistema de Seguridad Social y, en general, la sensaci¨®n de fractura social, contribuyen a la protesta".
Muy fuerte ha de ser la tensi¨®n para que el propio presidente de la Confederaci¨®n Nacional de Patronos Franceses, Jean Gandois, crea que deben abrirse v¨¢lvulas. Rechazar los aumentos salariales en un momento en que las empresas vuelven a ganar dinero ser¨ªa "una provocaci¨®n".
Lo que nadie consigue cuadrar es la ecuaci¨®n formada por salarios, competitividad, desempleo y reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico para alcanzar la Uni¨®n Monetaria.
Balladur, Chirac y Jospin prometen mejores salarios, m¨¢s competitividad, m¨¢s empleo y moneda ¨²nica. "Todo eso es imposible. Si aumentamos los sueldos por encima de un nivel sensato, nuestros coches ser¨¢n menos competitivos que, por ejemplo, los que fabricamos en Valladolid; luego tenderemos a producirlos en Espa?a para poder competir y habr¨¢ menos empleo en Francia", se?ala un portavoz de Renault. "Si no se crea empleo, el Estado deber¨¢ pagar m¨¢s subsidios y cobrar¨¢ menos impuestos; luego aumentar¨¢ el d¨¦ficit. "?sa", dice, "es la realidad".
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