Ruanda conmemora el aniversario del genocidio con un entierro masivo
La capital de Ruanda, Kigali, vivi¨® ayer un d¨ªa de amargo recuerdo. En el primer aniversario del inicio de las terribles matanzas que el a?o pasado acabaron con la vida de cerca de un mill¨®n de personas, muchos ruandeses optaron por quedarse en casa. El miedo a¨²n no les hace libres. En la calle, mientras, el presidente de Ruanda, Pasteur Bizimungusey y sus invitados, el ex presidente de Tanzania Julius Nyerere y el primer ministro de la agitada Burundi, Antoine Nduwayo, presidieron un entierro masivo.
Doscientas grandes cajas blancas, que conten¨ªan cada una los restos de varias personas, as¨ª como 15 f¨¦retros individuales, fueron expuestas en el estadio de Kigali, en una colina a las afueras de la capital, como parte de los actos oficiales. Entre los restos que recibieron sepultura est¨¢ el de Agatha Uwilingiyimana, la primera ministra hutu, embarazada de cinco meses, brutalmente asesinada por los radicales de su misma etnia poco despu¨¦s de que el presidente Juvenal Habyarimans fuera asesinado en la noche del 6 de abril, cuando un misil derrib¨¦ su avi¨®n. Sus asesinos pertenec¨ªan a la guardia presidencial, los primeros en desatar el odio tribal.Los f¨¦retros y las cajas de madera blanca recorrieron las calles polvorientas de Kigali hasta arribar al cementerio de Rebero. Un minuto de silencio presidi¨® el dolor y la memoria de los presentes. No hay cifras exactas de los muertos. Los m¨¢s optimistas hablan de medio mill¨®n de muertos; los pesimistas duplican esta cantidad.
Los intentos de reconciliaci¨®n y justicia emprendidos por el actual Gobierno de Ruanda, sostenido por el Frente Patri¨®tico de Ruanda (FPR), tutsi, vencedor de la guerra civil que sucedi¨® a la matanza, se topan con la resistencia popular. Ayer, en los actos de Kigali, a los que asistieron 25.000 personas, una cifra considerada baja, un orador dijo: "Hoy enterramos a los muertos, no a la verdad".
El juicio contra ocho presuntos genocidas abierto el jueves ha quedado, entre tanto, aplazado en espera de disponer de m¨¢s pruebas. El tribunal no quiere dar la impresi¨®n de actuar con ligereza en este asunto.
Las iglesias abandonadas, los impactos de las balas marcados en d¨¦biles paredes blancas y los restos de sangre seca y olvidada jalonan a¨²n la vida cotidiana de este peque?o pa¨ªs.De los 30.000 presuntos genocidas detenidos, s¨®lo uno ha reconocido abiertamente haber asesinado a 900 personas.
Mientras, en la vecina Burundi, habitada tambi¨¦n por tutsis y hutus, la tensi¨®n crece. Ayer fue asesinado un productor televisivo de la WTN de nacionalidad surafricana. Es el primer extranjero que pierde la vida en Burundi desde que unos desconocidos asesinaran el 19 de marzo a tres belgas. El periodista fue v¨ªctima de una emboscada. Los dos burundeses de su equipo resultaron heridos e ileso el c¨¢mara. Los atacantes robaron todo el material del equipo de televisi¨®n.
Este nuevo incidente hace temer el desencadenamiento de una nueva oleada de violencia en Burundi. En los barrios tutsis de Bujumbura, los milicianos de esta etnia clamaban ayer venganza contra "el nuevo asesinato de los bandidos hutus". Amenazadores disparos de armas autom¨¢ticas se dejaron sentir durante la jornada de ayer en varios barrios de la capital de Burundi.
El riesgo de que se desate un nuevo ciclo de venganzas y represalias viene acrecentado por el ataque perpetrado durante la noche del jueves al viernes por una "banda armada" hutu que baj¨® de las colinas para atacar un destacamento del Ej¨¦rcito, dominado por la minoria tutsi, en la localidad de Musaga, al sur de Bujumbura. Aunque este ataque no produjo v¨ªctimas, los militares tutsis han demostrado durante las ¨²ltimas semanas que no est¨¢n dispuestos a dejar impunes tales operaciones.
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