El reposo del guerrero

He aqu¨ª, finalmente, el relevo. Despu¨¦s de muchos a?os, tantos que al contemplar una foto del juvenil William Shatner / Kirk del comienzo de la serie nos parece otro, su hijo, un primo lejano tal vez, el Enterprise ya tiene nueva tripulaci¨®n, nuevos cometidos, el mismo formato filmico-televisivo que ha cimentado su fama. Era de esperar: las entregas quinta y sexta de la entra?able serie de nuestra infancia nos mostraron a un Spock geri¨¢tr¨ªco, a un Kirk que parec¨ªa un anuncio de Michelin, a un Scottie al que nadie se atrever¨ªa a llamar grueso, sino obeso preocupante; era s¨®lo cuesti¨®n de tiempo que, como James Bond, la nave estelar tuviese una tripulaci¨®n de recambio.Y aqu¨ª est¨¢, arropada por el ¨¦xito televisivo de Star Trek, la nueva generaci¨®n. Y aqu¨ª est¨¢ tambi¨¦n el aparente milagro de qu¨¦ todo ha cambiado para, como en la cita lampedusiana, permanecer inalterable: la misma jerga suedocient¨ªfica, los mismos amenazadores klingons, los mismos misterios insondables del ultra espacio, id¨¦nticos sacudones y destrozos provocados por extra?os campos gravitacionales, ondas magn¨¦ticas de origen desconocido; y la teletransportaci¨®n; y los viejos, decididamente arcaicos uniformes. Como dir¨ªa el difunto Christian Metz, el sue?o programado en su apogeo.

La nueva generaci¨®n, dirigida por un artesano de la factor¨ªa televisiva de la serie, el brit¨¢nico debutante David Carson, es sensiblemente mejor que las ¨²ltimas entregas. La (casi) audacia que presenta la construcci¨®n de su trama, con varios puntos de inter¨¦s superpuestos y que se desarrolla en dos momentos diferentes separados por 78 a?os en los que se investiga un mismo e incomprensible misterio, la hace considerablemente m¨¢s atractiva que las anteriores, que disfrazaban la falta de medios con subterfugios de novela criminal en nave espacial, La (necesaria) actualizaci¨®n de los personajes -no de todos: en la que es su ¨²ltima aventura, Kirk permanece tan inalterable como siempre- presenta al flamante capit¨¢n de la nueva y ef¨ªmera Enterprise como un hombre dubitativo recorrido por la secreta nostalgia de una vida que no ha tenido, y por una desgracia familiar.

Reposo del guerrero

Aunque, eso s¨ª, sigue sin haber casi ninguna referencia al sexo; para un Kirk en el final de su existencia, habitante feliz de una Shangrila que le garantizar¨¢ su hipot¨¦tico reposo de guerrero, el deseo es s¨®lo la lejana, inalcanzable silueta de una mujer a caballo. Y conviene concluir recordando igualmente que la renovaci¨®n / no renovaci¨®n de la f¨®rmula afecta tambi¨¦n a la calidad de los efectos visuales, cortes¨ªa de la Industria Light and Magic de Lucas, de mejor factura que los anteriores, y que ampl¨ªan la magnitud del encuadre de forma verdaderamente lograda.