"Para el PCE, por obra de Carrillo, todo superviviente era sospechoso"
El escritor espa?ol Jorge Sempr¨²n, de 71 a?os, ex dirigente comunista, ex ministro de Cultura con el PSOE y superviviente del campo de concentraci¨®n nazi de Buchenwald, recibi¨® el encargo de pronunciar el discurso central en el acto conmemorativo del 500 aniversario de la liberaci¨®n de aquel lugar, el pasado domingo en Weimar. En entrevista con EL PA?S, Sempr¨²n -que acaba de publicar La escritura y la vida, donde evoca aquella ¨¦poca- describe la situaci¨®n de excepci¨®n moral que suponen los campos de concentraci¨®n y acusa a su antiguo partido comunista y a su l¨ªder de entonces, Santiago Carrillo, de haber perseguido, seg¨²n el esquema sovi¨¦tico, a los dirigentes que proced¨ªan de la resistencia antifascista.En su discurso de Weimar afront¨® Sempr¨²n el tema de la moral en los campos. Con argumentos del pensador cat¨®lico franc¨¦s Jacques Maritain, justifica incluso la necesidad de cometer cr¨ªmenes en determinadas circustancias: "He elegido a Maritain por ser, un pensador cat¨®lico, irreprochable, de la escuela tomista, porque elegir a uno marxista habr¨ªa resultado sospechoso. Hay circustancias, como la de los campos de concentraci¨®n o la resistencia clandestina contra un ej¨¦rcito de ocupaci¨®n, en que las normas se trastocan y lo que pod¨ªa parecer enga?o, mentira e incluso crimen se puede convertir en algo necesario. En un campo de concentraci¨®n hay que acabar con un confidente. Si descubres que hay un confidente de la Gestapo infiltrado, hay que acabar con ¨¦l, y eso significa asesinarlo. No puedes acabar con un confidente dici¨¦ndole 'ten cuidado, que te conocemos'. Eso es un crimen, pero, en Buchenwald, por ejemplo, por un confidente, ya al final, en el a?o 1945, cayeron y fueron torturados muchos del n¨²cleo dirigente comunista alem¨¢n por haber organizado una fiesta para conmemorar un acontecimiento de la revoluci¨®n alemana. El confidente los denunci¨® a todos y fueron al b¨²nker o ahorcados. Hechos morales, reprobables . en una situaci¨®n normal, pueden convertirse en algo necesario, porque acabando con un confidente puedes salvar muchas vidas. Ahora bien, es una moral de excepci¨®n y de resistencia que no puede justificar cualquier cosa. Lo grave es que la conciencia moral se convierte en ¨¢rbitro de la situaci¨®n y cada uno tiene que decidir si el medio que utiliza es adecuado para el fin, que es bueno y humanista".
Recientes documentos parecen poner de manifiesto que tambi¨¦n hubo ejecuciones y purgas internas en el partido comunista entre los internados en Buchenwald. Sempr¨²n explica: "Como testigo en los 16 meses que viv¨ª aqu¨ª, no he visto eso, pero, como testigo indirecto de cosas o¨ªdas y contadas, seguro que las hubo. Buchenwald lo construyen los comunistas alemanes en 1937, y mueren much¨ªsimos en la construcci¨®n. En 1938 empezaron a llegar jud¨ªos tras la noche de los cristales rotos. Cuando yo llegu¨¦, ya no era un campo jud¨ªo, aunque quedaban algunos supervivientes. Era un campo de trabajos forzados. En 1939 hay el pacto. de no agresi¨®n germano-sovi¨¦tico y los comunistas alemanes son presos de Hitler, y el mejor aliado de Hitler es Stalin. ?C¨®mo viven esto y qu¨¦ t¨¢ctica aplican los comunistas alemanes? Fuera del campo se expulsaba a los que no estaban de acuerdo con el pacto o se iban del partido, lo que fuera. Pero aqu¨ª, ?qu¨¦ restos de esas diferencias no funcionaron luego, cuando la polic¨ªa sovi¨¦tica enchirona y procesa a muchos de ellos? De eso no hay archivo, pero por esas cosas que te cuentan viejos comunistas alemanes se ve que aquella ¨¦poca fue tr¨¢gica. O¨ª que a un alem¨¢n trotsquista, ex combatiente de Espa?a y de la resistencia francesa y deportado a Buchenwald, desapareci¨®. No puedo decir que fuese mentira o verdad". '
Sobre los espa?oles en Buchenwald explica: "Eran muy poco numerosos. No era como en Mauthausen, que fue dur¨ªsimo, mucho peor que Buchenwald. Aqu¨ª hab¨ªa s¨®lo 150 espa?oles, casi todos detenidos en la resistencia francesa, en la regi¨®n de Toulouse, de los maquis y guerrilleros espa?oles. Hab¨ªa mayor¨ªa de comunistas, y no hab¨ªa grandes problemas. Hab¨ªa esa base de unidad de la lucha antifranquista y el recuerdo de la guerra, porque el 90% eran excombatientes republicanos, aunque eran muy j¨®venes, y la mayor¨ªa, comunistas".
Muy duro se, muestra Sempr¨²n con su antiguo partido:
"El problema surge despu¨¦s, porque el ¨²nico partido que ha aplicado la, idea sovi¨¦tica de que todo superviviente es un criminal o culpable en potencia, que hace que de los rusos deportados en Buchenwald el 95%,pase de Bucheriwald al Gulag, el ¨²nico partido que aplica la norma de que todo superviviente es sospechoso es el Partido Comunista de Espa?a (PCE), por obra y gracia de don Santiago Carrillo. Los dirigentes del PCE que yo conozco (Jaime Nieto, Lucas, Lacalle -que estaban con seu d¨®nimos-, Bolados, Palaz¨®n, Falc¨®) fueron purgados. No pod¨ªan enviarlos al Gulag, ni hab¨ªa campos dependientes de Carrillo, pero desaparecieron del es calaf¨®n del PCE. Como la direcci¨®n del PCE estaba en M¨¦xico o en la URSS, e interpret¨® que la guerra era interimperialista y no ten¨ªa que ver con el antifascismo, abandon¨® Francia, que era donde hab¨ªa miles de comunistas. No la abandon¨®, pero la dej¨® sin direcci¨®n, y la reconstruyeron por voluntad propia Monz¨®n, Trilla y Azc¨¢rate, que era la troika dirigente, y luego fueron todos sancionados. Monz¨®n termin¨® en la c¨¢rcel, Trilla fue asesinado por orden de Carrillo y Azc¨¢rate las pas¨® putas. Algo cuenta Manolo
[Azc¨¢ratel en sus memorias".
Reconoce Sempr¨²n la existencia de elementos espec¨ªficos, de Alemania en el nazismo, pero no le agrada ese esquema de an¨¢lisis: "La historia de Alemania es espec¨ªfica y, si se hace un an¨¢lisis de las razones por las que el nazismo prende en Alemania, est¨¢n en la historia alemana. No se puede negar, aunque haya triunfado en otros pa¨ªses, pero es diferente. Hay algo espec¨ªfico en la historia alemana desde el romanticismo y la desesperaci¨®n del problema nacional. Lo que a m¨ª siempre me parece absurdo s desorbitar lo esec¨ªficamente alem¨¢n para convertirlo en algo que s¨®lo en Alemania... No, por favor. Estamos viendo cosas en otros pa¨ªses... No se trata de comparar mec¨¢nicarnente cosas que no son comparables. Se trata de ver que hay puntos en com¨²n en todos estos sistemas".
El orden interno en Buchenwald podr¨ªa considerarse como un modelo de organizaci¨®n comunista alemana bajo el paraguas de las SS: "Los documentos que aparecen ahora tienden a hacer pensar que fue en el periodo de 1939 a 1941, durante el pacto Hitler-Stalin, cuando las SS permitieron a los comunistas alemanes dirigir t¨¦cnicamente el campo. Fue la recompensa de aquella alianza. Tampoco se puede decir as¨ª, porque no hay pruebas. La base de la resistencia era que la administraci¨®n interna del campo estaba en manos de los comunistas alemanes, porque, eran mucho mejores gestores que los criminales de derecho com¨²n. En ese Campo de 50.000 o 60.000 presos, 20.000 o 30.000 trabajaban para la industria de guerra. Se produc¨ªan carabinas autom¨¢ticas, los instrumentos de direcci¨®n m¨¢s sofisticados de las V-1 y V-2. Era una industria de guerra que hab¨ªa que administrar racionalmente, y s¨®lo as¨ª se pod¨ªa hacer resistencia. En ese doble juego se corr¨ªa el peligro de caer en un sabotaje incontrolado, que pon¨ªa al descubierto la organizaci¨®n, porque hab¨ªa sabotaje, o caer en el riesgo de hacer que aquello funcionase y convertirse en un agente involuntario de las SS. Los comunistas se encargaban del orden, pero el orden no era el suyo, sino de las SS. Yo he conocido a gentes que se han estropeado por completo".
En Buchenwald, los comunistas alemanes constitu¨ªan una especie de aristocracia: "Formaban una nomenklatura. No se vest¨ªan como los dem¨¢s presos, no com¨ªan lo que com¨ªamos los dem¨¢s. No com¨ªan las raciones del campo, las regalaban, porque ten¨ªan sus propios circuitos de alimentaci¨®n. Hay quien llevaba eso con dignidad y repart¨ªa con los dem¨¢s, pero a otros no les importaba el resto. Yo he visto pudrirse trozos de pan en los armarios de los alemanes que trabajaban en la oficina de estad¨ªstica, mientras los dem¨¢s no ten¨ªamos nada para comer. Hab¨ªa una aristocracia comunista. Una parte importante de los comunistas alemanes estaba pervertida y estropeada por los sufrimientos, porque, cuando ellos dec¨ªan ahora el campo es un sanatorio, ten¨ªan raz¨®n. Ellos hab¨ªan vivido situaciones en que las SS te quitaban el gorro y lo tiraban m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea permitida. Si ibas sin, gorro, te fusilaban por no llevarlo. Si ibas a recogerlo, te mataba el centinela por atravesar la l¨ªnea permitida. Vivieron as¨ª a?os, y que estuviesen un poco locos era l¨®gico, pero como organizaci¨®n y como estructura funcionaban".
Sobre la pol¨¦mica en torno a la liberaci¨®n o autoliberaci¨®n de Buchenwald, Sempr¨²n declara: "Es mitolog¨ªa decir que el campo se liber¨® solo. Lo que es cierto es que desde a?os antes de 1945 la resistencia comunista alemana e internacional fue creando elementos de resistencia, porque la hip¨®tesis m¨¢s admitida por todos nosotros es que las SS intentar¨ªan evacuar y destruir el campo. Lo intentaron, pero no lo consiguieron m¨¢s que a medias. En los ¨²ltimos d¨ªas llegaron unas compa?¨ªas de lanzallamas, e incluso se dijo que bombardear¨ªan el campo para destruirlo. Para esa resistencia, m¨¢s que para la liberaci¨®n, se hab¨ªan preparado grupos de combate. Los espa?oles ten¨ªan el suyo. Los alemanes eran casi todos ex combatientes de las Brigadas Internacionales. Cuando el Ej¨¦rcito norteamericano rodea el campo y los alemanes dan la orden de evacuaci¨®n, se resiste para salvarse. Esos grupos hicieron unos 200 prisioneros de las SS. ?sa era la mitolog¨ªa de la liberaci¨®n existente durante a?os en la RDA".
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