La granja

Cada d¨ªa hay m¨¢s gente hastiada, desesperada que abomina del ruido de la pol¨ªtica y se pasa al bando de la naturaleza donde los nabos, los pepinos, los tomates suelen crecer en el m¨¢s absoluto silencio. En la mesa de novedades de las librer¨ªas, hace a?os, los temas de marxismo fueron sustituidos por los libros de esoterismo y astrolog¨ªa; ¨¦stos ahora han sido suplantados por vol¨²menes de plantas, hierbas y semillas, con el respectivo esti¨¦rcol que las alimenta. Es la ¨²ltima moda para progresistas melanc¨®licos. Muchos votantes socialistas tienen hoy la cabeza puesta en el cultivo de las hortalizas. Sin duda piensan que los nabos, los pepinos, los tomates no les van a defraudar como lo han hecho los dirigentes del partido. Nuestra Natacha ten¨ªa una granja que era el sue?o de Giner de los R¨ªos. Cuando los socialistas sean pr¨®ximamente derrotados y pasen a la oposici¨®n, si quieren recuperar a sus partidarios m¨¢s puros, tendr¨¢n que ir a buscarlos a ese lugar donde ellos mentalmente est¨¢n cultivando ahora una granja muy lejana. Despu¨¦s de la ca¨ªda moral del socialismo la frustraci¨®n ha forzado a mucha gente honesta a comenzar de nuevo por abajo: a purgarse con unas hierbas. Los maestros de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza propugnaban como m¨¦todo de regeneracionismo la clasificaci¨®n de plantas, el estudio de las semillas, el contacto con los elementos puros de la bot¨¢nica. Nuestra Natacha, que ser¨ªa tambi¨¦n hoy una militante socialista desesperada, tratar¨ªa de superar su decepci¨®n disolvi¨¦ndose en el orden de la naturaleza. Intentar¨ªa recobrar la honestidad y el optimismo mediante una larga cura de aire puro. Vendr¨¢n tiempos mejores: plantemos rosas y melones mientras tanto. A esa granja de nuestra Natacha deber¨¢n acudir los dirigentes socialistas del futuro para regenerarse. Seguro que en ella el esti¨¦rcol no va a faltar. Toda la basura de la corrupci¨®n podr¨ªa ser enterrada all¨ª para que sirviera de lecho. Sobre ese esti¨¦rcol podr¨ªa producirse un milagro, con otros nombres, con otros gestos, con otras manos.