El debate sobre pol¨ªtica espacial
Es generalmente asumido en Espa?a asociar cualquier actividad espacial con la investigaci¨®n y que el presupuesto correspondiente se contemple como un tributo necesario para el desarrollo del pa¨ªs. La mayor¨ªa de la gente asocia la actividad espacial con extraterrestres, aventuras de alg¨²n cient¨ªfico extravagante o viajes espaciales, sin darse cuenta de que la actividad moderna necesita en todas sus facetas de la tecnolog¨ªa espacial. Predicci¨®n del tiempo, retransmisiones televisivas y radiof¨®nicas Y comunicaciones telef¨®nicas se realizan en buena parte v¨ªa sat¨¦lite. Im¨¢genes de la Tierra para aplicaciones en el medio ambiente, la pesca., la agricultura, etc¨¦tera, se consiguen desde sat¨¦lites. El desarrollo tecnol¨®gico es tan importante que no se puede concebir el siglo XXI sin el uso intensivo del espacio y ¨²nicamente los pa¨ªses que est¨¢n preparados consiguen estar presentes en el mercado que esta actividad genera.Espa?a, uno de los primeros pa¨ªses en construir y lanzar un sat¨¦lite, con un sistema de sat¨¦lites propio y miembro fundador de la ESA, no ha sabido, sin embargo, mantener una trayectoria que le habr¨ªa permitido estar en una situaci¨®n m¨¢s acorde con la inversi¨®n realizada y el nivel tecnol¨®gico alcanzado. La ESA, principal y casi ¨²nico cliente de la industria espacial espa?ola, ha sufrido un descalabro en los ¨²ltimos a?os que ha puesto en situaci¨®n muy dif¨ªcil a nuestra industria. Otros programas espaciales con actividad en el pasado, como Hispasat o Helios', no pueden ser considerados en una estrategia empresarial seria dada la permanente incertidumbre que les rodea. Claramente, el.sector espacial espa?ol est¨¢ en crisis, y de seguir la tendencia actual puede llegar a desaparecer. Hay que se?alar que este sector, estrat¨¦gico en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, es muy complejo y requiere para su consolidaci¨®n una pol¨ªtica correcta, tiempo e inversiones.Una acertada estrategia de participaci¨®n en determinados programas reporta una tecnolog¨ªa y unos ingresos por exportaciones importantes para el pa¨ªs. Por ejemplo, a finales de los setenta, Espa?a tuvo el acierto de participar en el programa de desarrollo del lanzador Ariane. Esto ha perm¨ªtido a algunas empresas acceder a un mercado en el que, por cada, peseta invertida, retornan m¨¢s de ocho pesetas por la exportaci¨®n de los elementos Ariane. Hoy d¨ªa, sin embargo, est¨¢ en suspenso la participaci¨®n espa?ola en los programas de futuros lanzadores. Caso diferente es el Meteosat, en el que Espa?a ha financiado la adquisici¨®n de los sat¨¦lites a trav¨¦s del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa (Eumetsat), sin participaci¨®n de, la industria espa?ola. Actualmente se ha decidido participar en el desarrollo de la nueva generaci¨®n del Meteosat, pero la industria espa?ola est¨¢ teniendo serias dificultades para obtener contratos por falta de experiencia de la generaci¨®n anterior.
Dadas las circunstancias actuales, es importante analizar cu¨¢l ser¨ªa el futuro de nuestra industria espacial. Si se reduce la participaci¨®n en la ESA o ¨¦sta desaparece, ¨²nicamente las empresas con contratos para Ariane podr¨ªan tener alguna actividad, despu¨¦s de una dr¨¢stica reestructuraci¨®n que posiblemente obligar¨ªa a caer en manos de multinacionales. Esto originar¨ªa la desaparici¨®n del sector espacial espa?ol y las exportaciones asociadas, con lo cual todas las adquisiciones en este campo se realizar¨ªan ¨ªntegramente fuera de Espa?a. Se repetir¨ªa nuevamente el caso Hispasat y se perder¨ªan las oportunidades de participar en otros programas comerciales futuros tales como lanzadores y sat¨¦lites meteorol¨®gicos (pagados por Eumetsat), que tienen un inter¨¦s econ¨®ni?co indudable.
V¨ªctor Rodrigo N¨²?ez, es ingeniero aeron¨¢utico, director general de Crisa.
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