Rastros de reptiles voladores en Espa?a
Hace 120 millones de a?os, los pterosaurios dejaron huellas de su marcha en Soria y en La Rioja
, Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo en yacimientos de icnitas (huellas) de dinosaurios y otros animales y los hallazgos se suceden en los ¨²ltimos a?os. Uno de los ¨²ltimos se refiere a las huellas de reptiles voladores (pterosaurios) que sugieren que marchaban mucho m¨¢s frecuentemente de lo que se hasta ahora se cre¨ªa.
[Los pterosaurios est¨¢n englobados, junto a los dinosaurios y los cocodrilos en la subclase Archosauria.]
En la cuenca de Cameros, en las provincias de Burgos, Soria y La Rioja, existen no menos de un centenar de localidades con icnitas de dinosaurios. El estudio de estas huellas ha permitido durante los ¨²ltimos a?os tener una idea aproximada de los tipos de dinosaurios que poblaban la zona en el cret¨¢cico inferior (hace unos 120 millones de a?os).
Los dinosaurios compart¨ªan este h¨¢bitat con otros numerosos organismos. As¨ª, en los afloramientos con huellas es com¨²n encontrar conchas de moluscos, tanto gaster¨®podos como bivalvos, y diversos restos de vertebrados, quelonios (tortugas) y peces (lepidotes). Durante el verano de 1994 fueron, excavados los restos de un cocodrilo en Vadillos-San Rom¨¢n de Cameros (La Rioja), que est¨¢n actualmente en estudio. A pesar de que la mayor parte de las huella¨¢ pertenecen a dinosaurios de relativa gran talla, tambi¨¦n existen i,cnitas de otros vertebrados: tortugas, posibles aves....
En el suelo, cuadr¨²pedos
Esta historia comenz¨® en 1957, cuando el estadounidense Stokes propuso que el icnog¨¦nero Pteraichnus hab¨ªa sido producido por un reptil volador (pterosaurio) progresando cuadr¨²pedamente sobre un sustrato blando. Esta propuesta cay¨® pr¨¢cticamente en el olvido a?os m¨¢s tarde, debido a la idea generalizada de que la constituci¨®n anat¨®mica de los pterosaurios (con sus dos inmensas alas y sus cortas, extremidades posteriores) les impedir¨ªa una c¨®moda locomoci¨®n en tierra firme. En los a?os ochenta, Padian y Olsen propusieron incluso que el rastro en cuesti¨®n hab¨ªa sido causado por un cocodrilo y, a partir de esta fecha, pr¨¢cticamente todos los autores se refer¨ªan a estas huellas bajo la interpretaci¨®n cocodriliana.
Sin embargo, los hallazgos del ¨²ltimo a?o en yacimientos mesozoicos norteamericanos y espa?oles
[entre 240 y 65 millones de a?os de antig¨¹edad] han ayudado a despejar esta inc¨®gnita, y han reabierto nuevas posibilidades sobre el comportamiento y locomoci¨®n en tierra de los pterosaurios. En el verano de 1993, el equipo de la Unidad de Paleontolog¨ªa de. la Universidad Aut¨®noma de Madrid e Iberdrola descubri¨®, en Santa Cruz de Yanguas (Soria), una pista de icnitas de peque?a talla y huellas aisladas en Los Cayos (Comago, La Rioja).
La identificaci¨®n de estos hallazgos presentaba diversos problemas que no fueron resueltoshasta el descubrimiento, el mismo a?o, de un nuevo rastro muy bien preservado en la Formaci¨®n Sundance de Wyoming. Durante este periodo tambi¨¦n han sido halladas icnitas delanteras trid¨¢ctilas, aisladas o formando pistas, de estas caracter¨ªsticas en diversos, yacimientos mesozoicos: Los Cayos (Corna go, La Rioja), Mesaverde (Utah, EE UU), Dunvegan (Al beirta, Canad¨¢) y posiblemente dos icnitas aisladas del jur¨¢sico superior en Ribadesella (Asturias). Estos hallazgos, presentan las siguientes caracter¨ªsticas:
1. Huellas de los pies muy alargadas y estrechas, con cuatro dedos de disposici¨®n subparalela.
2. Estas icnitas est¨¢n orientadas hacia el exterior del rastro.
3. Huellas de las manos, m¨¢s peque?as, con tres dedos muy abiertos entre s¨ª y el tercero muy elongado posteriormente.
4. Estas icnitas de las manos est¨¢n orientadas lateralmente.
5. Las huellas de los pies se sit¨²an por delante de las de las manos.
Estas caracter¨ªsticas no son observables en las t¨ªpicas pistas producidas por los cocodrilos y s¨ª por Pteraichnus. A este respecto, el famoso yacin-¨²ento del cret¨¢cico inferior de Las Hoyas (Cuenca) brind¨®, durante la campa?a de 1993, el hallazgo de una pista con caracter¨ªsticas inequ¨ªvocaffiente cocodrilianas.
Parec¨ªa el momento de replantearse la hip¨®tesis de los pterosaurios como responsables de las huellas Pteraichnus y hallazgos semejantes.
Sabemos que la mano de estos reptiles voladores, pterosaurios, estaba constituida por los dedos I, II y III relativamente cortos, mientras que el lV presentaba falanges muy elongadas que serv¨ªan para sustentar el patagio. (ala). Por consiguiente, podemos suponer que, en tierra, el. animal plegar¨ªa sus alas hacia atr¨¢s permitiendo el apoyo en el sustrato del conjunto de dedos l- III, que presentar¨ªan una orientaci¨®n lateral (hacia fuera). Una marcha de este modo es perfectamente consisten te con la morfolog¨ªa de las icnitas y pistas halladas.
Por otra parte, una locomoci¨®n b¨ªpeda ser¨ªa muy inestable en estos organismos debido a que el centro de gravedad, situado a la altura de las alas, quedar¨ªa muy elevado, dif¨ªcultando as¨ª un equilibrio correcto.
Esta hip¨®tesis nos lleva a interesantes conclusiones:
1. Los pterosaurios estaban bien adaptados para la locomoci¨®n cuadr¨²peda en tierra, donde los pies eran plant¨ªgrados y las impresiones de las manos eran m¨¢s profundas que las primeras, lo que sugiere que ¨¦stas soportar¨ªan m¨¢s peso.
2. El uso durante la marcha del conjunto de dedos I-III de las manos supone una buena explicaci¨®n funcional para los mismos, a la vez que para su persistencia en los pterosaurios durante todo el mesozoico.
3. La relativa abundancia de este tipo de pistas sugiere que estos animales eran m¨¢s marchadores de lo que se cre¨ªa..
4. Las huellas de pterosaurios en yacimientos con abundantes icnitas de dinosaurios evidencian que estos grupos compartieron de alg¨²n modo determinados h¨¢bitats.mesozoicos.
5. Las huellas de pterosaurios presentan una amplia distribuci¨®n geogr¨¢fica y estratigr¨¢f ica en el jur¨¢sico y cret¨¢cico de Norteam¨¦rica y Europa.
6. ?stos indicios sugieren que al menos ciertos pterosaunios cret¨¢cicos frecuentaban ambientes netamente continentales.
J. J. Moratalla y J. L. Sanz son de la Unidad de Paleontolog¨ªa. Universidad Aut¨®noma, Madrid. S. Jim¨¦nez dirige la secci¨®n de Mineralog¨ªa y Paleontolog¨ªa Iberdrola.
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