El juez acusa al 'mendigo psicopata' de 11 de los 13 asesinatos que ¨¦ste confes¨®
El horror desatado por Francisco Garc¨ªa Escalero, el mayor asesino en serie que jam¨¢s pis¨® Madrid, ha sido tasado en 203 millones de pesetas. ?sta es la fianza que eljuez ha impuesto al pedig¨¹e?o de la parroquia de Nuestra Se?ora de Alcal¨¢, a quien en el auto de procesamiento se le imputan 11 asesinatos perpetrados con "alevos¨ªa y ensa?amiento" -aunque en uno la v¨ªctima sobrevivi¨®-. El magistrado, con todo, no ha conseguido probar otros tres cr¨ªmenes de los que Escalero, tras su detenci¨®n en octubre de 1993, se confes¨® autor y ofreci¨® numerosos detalles.
Los forenses que estudiaron por orden judicial a Escalero determinaron que no era responsable de sus actos al matar. Para los psiquiatras, el mendigo sufr¨ªa un cuadro de esquizofrenia, alcoholismo cr¨®nico y trastorno en la inclinaci¨®n sexual -incluida la necrofilia-. El juez instructor, en su auto de procesamiento, evita comentar si la locura del acusado le exime de responsabilidad criminal, cuesti¨®n que, bas¨¢ndose en la jurisprudencia, deja para el tribunal que sentenciar¨¢ el caso.Escalero se confes¨® autor de 13 asesinatos. La investigaci¨®n judicial le imputa 11, uno negado por el acusado y otro frustrado -la v¨ªctima sobrevivi¨® al brutal ataque sin que lo supiera su agresor.
Las tres supuestas muertes confesadas por Escalero que han quedado sin probar son las de una mujer en Coslada -el juez descarta que fuese la prostituta Mar¨ªa Paula Mart¨ªnez Rodr¨ªguez, tal y como se sospech¨® en un principio-, el de un travestido en Barcelona y el de una anciana apu?alada en el parque del Retiro. Pese a los numerosos detalles facilitados por el mendigo en sus declaraciones (v¨¦ase EL PA?S del 25 de enero), la investigaci¨®n policial ni ha dado con estos cad¨¢veres ni ha identificado a las supuestas v¨ªctimas.
En la reconstrucci¨®n judicial de los 11 cr¨ªmenes destaca la extrema crueldad de Escalero, quien actuaba, seg¨²n su confesi¨®n, impulsado por una "fuerza interior", que le nac¨ªa tras la ingesta de alcohol y f¨¢rmacos.
En sus ataques, degoll¨®, emascul¨® y quem¨®. Tambi¨¦n profan¨® tumbas y fundi¨® sus aberraciones con los cad¨¢veres. Sus v¨ªctimas eran en su mayor¨ªa compan?eros de juergas, limosneros como ¨¦l. El relato judicial traza 11 escenas abismales, 11 asesinatos sin piedad.
Panor¨¢mica del cementerio. El 27 de agosto, de 1987, Escalero pidi¨® limosna junto con Mario Rom¨¢n Gonz¨¢lez en una iglesia del Retiro. Se conoc¨ªan desde hac¨ªa dos meses. Compraron whisky y se encaminaron a una vaguada cercana al cementerio de la Almudena, en la avenida de Daroca, de Madrid. All¨ª se emborracharon. Hac¨ªa calor. Mucho calor. Tumbados sobre un colch¨®n abandonado, se desnudaron. Divisaban el camposanto. Escalero, cuando su amigo dormitaba, agarr¨® una piedra. Aplast¨® el cr¨¢neo a su compinche. Luego sac¨® un cuchillo y le apu?al¨® por la espalda. Mario muri¨®. Escalero, antes de marcharse, roci¨® el cuerpo y el colch¨®n con gasolina. El fuego inflam¨® a¨²n m¨¢s el aire del verano.
La cabeza de Mari. El 11 de noviembre de 1987, Escalero conoci¨® en la calle de Manuel Becerra (Ventas) a Mari [su identidad completa se desconoce]. La convenci¨® para pasar el rato en una furgoneta DKW, abandonada desde hac¨ªa cuatro a?os en un descampado, entre la calle de Alcal¨¢ y la avenida de los Hermanos Garc¨ªa Noblejas. Era una de las guaridas de Escalero, quien aquella tarde se hab¨ªa metido en el cuerpo una botella de whisky y 12 pastillas psicotr¨®picas -Rohipnol-. Cuando estuvieron a solas en la furgoneta, el mendigo asest¨® cinco mortales cuchilladas a su amiga del d¨ªa. Despu¨¦s, con el mismo metal, la degoll¨® y escondi¨® la cabeza en una bolsa de pl¨¢stico, que finalmente arroj¨® a la basura [nunca fue encontrada]. Antes de despedirse del lugar, prendi¨® fuego a la furgoneta. Escalero se march¨® con el reloj de Mari.
54 pu?aladas. Escalero caminaba acompa?ado de Juan C¨¢mara Baeza. Se dirig¨ªan a un descampado, situado detr¨¢s de la gasolinera del metro de Aluche. Beb¨ªan whisky. Al llegar al solar, el mendigo, repentinamente, cogi¨® una piedra con la que golpe¨® a C¨¢mara en la cabeza. Siguiendo su ritual, sac¨® el cuchillo. Le asest¨® 54 pu?aladas. Era el 5 de marzo de 1988.
Dedos rebanados. El 19 de marzo de 1989. Todo empez¨® con el whisky y el Rohipnol. Le sigui¨® un paseo por la calle de Seco, bordeando la tapia trasera de Bodegas Bilba¨ªnas. Las sombras de Escalero y ?ngel Heredero Vallejo se detuvieron. El mendigo acuchill¨® a su acompa?ante en el tronco, las v¨ªsceras y los ojos. Escalero intent¨®, pero no pudo, degollar a Heredero. Se content¨® con cortarle los pulpejos de sus manos.
La tortura. Fue en un descampado del parque de las Avenidas. Escalero intent¨® acuchillar a Julio Santiesteban Rosales. Por primera vez, la v¨ªctima se defendi¨®: golpe¨® con una piedra la frente del mendigo. Escalero se revolvi¨®. Pese al alcohol y las pastillas, acert¨® a herirle en el cuello. Once cent¨ªmetros de corte. La car¨®tida izquierda de Santiesteban estall¨®. Escalero, entonces, se acerc¨® a su v¨ªctima, a¨²n viva, y le cort¨® un tercio del pene y lo meti¨® en la boca del agonizante. Despu¨¦s le quem¨®.
Tres litros de vino. Era invierno. De 1990 o de 1991. Escalero y un tal Juan bebieron tres litros de vino en un solar de la cuesta d¨¦ los Sagrados Corazones, junto a la M-30. Se hab¨ªan conocido en la Iglesia de la Trinidad, del barrio de la Concepci¨®n. Dos pastillas, una pedrada y tres cuchilladas. El cad¨¢ver acab¨® en un pozo. Antes de tirarlo le arranc¨® el coraz¨®n.
La reopetici¨®n. Otra vez la cuesta de los Sagrados Corazones, otra vez el alcohol y las pastillas, otra vez un limosnero, otra vez las cuchilladas, otra vez el pozo. La v¨ªctima se llamaba Mariano Torrecilla Estaire. Escalero le rob¨® un anillo. Para ello le cort¨® el dedo. No se conoce la fecha.
La superviviente. Ernesta de la O Coca, esquizofr¨¦nica, ha sido la ¨²nica superviviente. A la una de la madrugada del 8 de junio de 1993, Escalero y un compinche desconocido forzaron sexualmente a Ernesta. Fue junto al Seven Eleven de la avenida de Am¨¦rica. Cuando se cansaron, comenzaron a patearla. Tambi¨¦n le rajaron la cara y la apedrearon. Cuando la dieron por muerta, abandonaron el lugar. Pero Ernesta vive para contarlo.
Bajo tierra. En septiembre de 1991, tras beber vino e ingerir siete pastillas, Escalero se dirigi¨® al paso subterr¨¢neo de la avenida de Brasilia. Un refugio de mendigos. Entre ellos, Lorenzo Barbas Marco. Dorm¨ªa. Escalero, sin mediar palabra, le aplast¨® la cabeza, le apu?al¨® y le prendi¨® fuego.
Cr¨¢neo quebrado. ?ngel Serrano Blanco fue el ¨²ltimo amigo de limosnas y piller¨ªas de Escalero. Incluso hab¨ªan robado una moto juntos. Aquello termin¨® a las nueve de la noche del 29 de julio de 1993, en la cuesta de los Sagrados Corazones. Escalero, con el cuerpo caliente por el vino y los psicotr¨®picos, le quebr¨® al cr¨¢neo y quem¨® el cuerpo.
El compa?ero de psiqui¨¢trico. A finales de septiembre de 1993, Escalero mat¨® de un golpe y quem¨® a V¨ªctor Luis Criado Mart¨ª, aquejado de una psicosis esquizofr¨¦nica. Ambos se conoc¨ªan del Psiqui¨¢trico Provincial. Esta pista condujo a la polic¨ªa hasta Escalero. El crimen fue cometido junto a la tapia del cementerio de la Almudena, un lugar que el asesino confeso conoc¨ªa de la infancia.
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