Rigor y 'cubatas'

Desde que el barco sale de puerto, hasta siete meses despu¨¦s, nadie ve la tele. No hay sat¨¦lites capaces de dar servicio a una embarcaci¨®n que se mueve de un lado a otro en el Polo Sur. Un oficial gallego cuenta la rutina. Hay dos guardias diarias, una de tres horas y otra de cuatro.La totalidad de la mariner¨ªa, de reemplazo, y la mayor¨ªa de la oficialidad es voluntaria. Cuando termina la campa?a ya se ha pasado el periodo de mili y se licencian. La vida a bordo no es f¨¢cil, aunque el Hesp¨¦rides est¨¢ magn¨ªficamente equipado.

En el Hesp¨¦rides hay una doble sala biblioteca, que da servicio tanto al catedr¨¢tico de vulcanolog¨ªa como al marino. Los camarotes est¨¢n limpios, s¨®lo cuelga en todo el barco la foto de una actriz que est¨¢ m¨¢s tapada que cualquier turista en una playa mediterr¨¢nea. Por todas las dependencias se respira ciencia. La tripulaci¨®n, en un verano austral, tiene ocasi¨®n de tratar con m¨¢s cient¨ªficos que un ciudadano de a pie en toda su vida. Ordenadores, sofisticados sistemas electr¨®nicos, en muchos casos de dise?o original para este barco, son el mobiliario cotidiano. Las papeleras tambi¨¦n est¨¢n clasificadas: las de papel, de metal, y de otras materias org¨¢nicas.

En la sala de m¨¢quinas. All¨ª el teniente de nav¨ªo P¨¦rez de Azc¨¢rate cuenta c¨®mo consigue desalinizar cada d¨ªa 15 toneladas de agua para consumo. Hace 48 horas ha sido padre. Su esposa est¨¢ en Montevideo (Uruguay) y su hija en la incubadora. Podr¨¢ celebrarlo con una copa en friada con hielo ant¨¢rtico, que seg¨²n la mariner¨ªa "es lo mejor que hay, con un cubito te vale para tres cubatas y no se deshace".