Gente normal
De vez en cuando vuelve a estas p¨¢ginas de Madrid, como un fantasma del pasado, Francisco Garc¨ªa Escalero, el mendigo asesino, ?recuerdan?, el psic¨®pata que s¨®lo mataba gente de su misma clase social porque una fuerza interior le obligaba a ello. El otro d¨ªa reconoci¨® ante el juez la comisi¨®n de todos los cr¨ªmenes que se le imputan y pidi¨® un juicio r¨¢pido. Rog¨® tambi¨¦n que le sacaran de la c¨¢rcel de Alcal¨¢-Meco y le trasladaran' a un psiqui¨¢trico penitenciario (contradictio in terminis), porque, en sus propias palabras, "no puedo estar con gente normal"."No puedo estar con gente normal". Se te ponen los pelos de punta cuando oyes a un psic¨®pata decir una frase como ¨¦sa, sobre todo si piensas que fue gente normal, por ejemplo, la que asesin¨® a Lasa y a Zabala; gente normal tambi¨¦n la que tuvo secuestrado, no s¨¦ cuantos d¨ªas, a Segundo Marey, un anciano con los ojos vendados al que hicieron creer durante miles o millones de minutos que lo iban a matar al siguiente. Precisamente, el mismo d¨ªa en el que Garc¨ªa Escalero pronunci¨® esta frase genial y calific¨® de gente normal, sin ninguna iron¨ªa, a sus compa?eros de Alcal¨¢-Meco, le¨ªmos en la prensa una entrevista con Adolfo Scilingo, el ex militar argentino que, seg¨²n confesi¨®n propia, arroj¨® vivos al mar, desde un avi¨®n, a 30 presos pol¨ªticos. Es un tipo normal tambi¨¦n: en la foto, viste jersey de pico, camisa a rayas,y un bigote amable. Lleva el pelo peinado hacia atr¨¢s, quiz¨¢ con un toque de gomina, y se expresa con precisi¨®n. Es un tipo normal, ya digo, padre de familia. Tuvo durante alg¨²n tiempo problemas con el alcohol, porque no le gustaba eso de haber arrojado tanta gente al mar (dice que una vez por poco se cae ¨¦l al empujar a un subversivo), pero ahora ya est¨¢ recuperado y tiene una relaci¨®n normal con su mujer y con sus hijos, que son gente normal, y lo hilan comprendido todo.
Yo no s¨¦ si en el psiqui¨¢trico penitenciario (contradictio in terminis) al que Garc¨ªa Escalero quiere ir hay psiquiatras, pero si los hubiera yo les recomendar¨ªa que le mostraran al mendigo asesino un repertorio de gente normal, para que se le qu ?te al pobre ese complejo de inferioridad que tiene con estas personas. Podr¨ªan empezar cont¨¢ndole las aventuras de Scilingo, que lleva 30 muertos sobre la conciencia, o como quiera que se llame la cosa donde esta clase de gente lleva a los muertos, y que, sin embargo, est¨¢ en la calle. No s¨®lo est¨¢ en la calle, concediendo entrevistas a diestro y siniestro, sino que adem¨¢s el cura castrense (otra contradictio in terminis) al que pidi¨® confesi¨®n le dijo que hab¨ªa hecho muy bien, pues era necesario, tal como dec¨ªa la Biblia, separar el trigo de la paja. El cura castrense, querido Escalero, tambi¨¦n era un tipo normal, por eso digo que no te agobies tanto por lo de la normalidad.
El caso es que Scilingo no s¨®lo est¨¢ en la calle, negociando la venta de su historia con una productora de Holywood, sino que jam¨¢s podr¨¢ ser encarcelado porque hay en su pa¨ªs, que es un pa¨ªs normal, unas leyes que impiden juzgar a esta clase de asesinos en serie. Pero cuando m¨¢s se nota que Adolfo Scilingo es un tipo normal es cuando afirma que habr¨ªa sido mucho m¨¢s militar fusilar a los subversivos.que arrojarlos al mar. Y a?ade, para que veamos que es un tipo normalmente informado, que -en ning¨²n c¨®digo militar "est¨¢ escrita la burrada de hacer desaparecer gente". A continuaci¨®n, por si todav¨ªa no hubi¨¦ramos apreciado su grado de normalidad, afirma que "era m¨¢s simple el m¨¦todo de Hitler, con c¨¢maras de gas
Hay multitud de ejemplos de normalidad, en fin, que no s¨®lo aliviar¨ªan el complejo de Garc¨ªa Escalero, contribuyendo a su reinserci¨®n, sino que lo convertir¨ªan incluso en un paradigma de normalidad. Madrid deber¨ªa enorgullecerse de tener un convecino tan normal. Al lado de muchos que me s¨¦, Escalero, eres un santo.
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