V. S. Naipaul: "Nunca tuve un bando s¨®lo escribo lo que veo"
El escritor de Trinidad propone la honestidad como m¨¦todo
"Yo s¨®lo miro", dice el escritor Viriadar Surajprasad Naipaul, famoso por un estilo ¨²nico y por sus opiniones directas y cortantes. "Nunca tuve un lado. Mi comunidad de origen [indios emigrados a la colonia brit¨¢nica de Trinidad, en el Caribe] era tan peque?a que tuve que salir y mirar, y hacerlo imparcialmente. Acusado a veces de mirar el Tercer Mundo con prejuicios del Primero, el que para ciertos cr¨ªticos pasa por ser el principal escritor en ingl¨¦s present¨® ayer en Madrid su obra Un camino en el mundo, primero de una serie con que Debate y C¨ªrculo de Lectores se proponen actualizar la edici¨®n de su obra en Espa?a
Mira, en efecto, con dos taladros en las cuencas de los ojos, y somete al periodista a un interrogatorio hasta comprobar que no es un simple magnet¨®fono y que por lo menos ha le¨ªdo su obra. Ajeno al s¨ªndrome del escritor c¨¦lebre, que es el de repetir f¨®rmulas, en cada caso interroga hasta saber qu¨¦ es exactamente lo que le preguntan. Responde con la misma deliberada precisi¨®n que caracteriza su estilo."Si se observa con cuidado y se habla con imparcialidad, el futuro estar¨¢ contenido en lo que se escriba. Cuando viaj¨® a Alemania en 1925, Aldous Huxley qued¨® abrumado por el des¨¢nimo de la gente: el futuro ya estaba all¨ª. Naipaul concede que H.G. Wells no vio en cambio el destino de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuando la visit¨® por esos mismos a?os, pero eso es porque, dice, Wells pertenec¨ªa a esa abundante clase de intelectuales que s¨®lo sirven para autopromocionarse.
Un camino en el mundo constituye la ¨²ltima etapa de una obra de 23 libros (12 de los cuales son ficciones y los dem¨¢s a menudo libros de viaje), en la que Naipaul ha ido conquistando una forma de mirar, a la vez que un sutil estilo en el que lo ficticio se une a lo real para conseguir un grado m¨¢s de veracidad y realismo. El punto de la entrevista en que Naipaul se entusiasma es cuando se le cita a Balzac y, contento como un mago, saca una edici¨®n muy anotada de la novela C¨¦sar Birotteau, que se ha tra¨ªdo a Madrid, e ilustra con algunos ejemplos sus teor¨ªas de la honradez en el etilo. Y cuando se le pregunta si esa honestidad est¨¢ sostenida por alg¨²n tipo de religi¨®n, ¨¦tica o idea pol¨ªtica, responde: "No me gustan las abstracciones. S¨®lo me muevo a gusto en la narraci¨®n".
En el fino encadenamiento de historias que arman Un camino en el mundo y le dan un sentido (el subt¨ªtulo iba a ser Una secuencia), figura una construcci¨®n en espiral -"as¨ª llega la verdad, por oleadas"- sobre Francisco de Miranda, que en los pa¨ªses andinos pasa por ser el precursor de la independencia. De forma convincente, Naipaul lo describe como un hombre que se va construyendo un pasado y la necesidad de la independencia, a partir de un primer episodio de contrabando cuando era oficial del rey. Ideol¨®gicamente resulta demoledor. Sus libros nunca coinciden con la opini¨®n dominante y, para comprobarlo, en el mundo hispano basta leer The loss of El Dorado (1969, no traducido), y El regreso de Eva Per¨®n (Seix Barral, 1983).
De sus investigaciones en Argentina sac¨® unas conclusiones severas. "Parte de la desgracia de esos, pa¨ªses [americanos] es que no existe la historia [como g¨¦nero]. Lo que hacen es hagiograf¨ªa. Los personajes hist¨®ricos son considerados como una especie de santos y cada uno de estos pa¨ªses tiene el suyo. Creo que por culpa de ello estos pa¨ªses han desarrollado su desprecio por el sufrimiento humano, que se puede ver en la actitud de la gente: todo est¨¢ impregnado. Mientras hablan de las relaciones Sur-Norte, y de la opresi¨®n (siempre por culpa de los dem¨¢s), lo que compone la realidad es el robo y la crueldad. En 1972, un dirigente peronista me dijo que hab¨ªa tortura buena y tortura mala".
Casi la mitad de la obra de Naipaul es una variante siempre original de un g¨¦nero casi olvidado en Espa?a, los libros literarios de viaje, que en su caso siempre est¨¢n relacionados con su obra: tampoco ah¨ª hay gratuidad. "S¨®lo puedo escribir de lo que me importa". No viaja en busca del paisaje. Como desarrolla en su pen¨²ltimo libro, The enigma of arrival (El enigma del llegar, sin traducir), ya no hay paisaje en el mundo no contaminado pues no hay paisaje por el que no haya pasado la historia. El va en busca de la gente, llevado por una "inmensa, inmensa curiosidad por el hombre" y la compulsiva necesidad de escribir, huyendo de la melancol¨ªa.
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