Promesas incumplidas en las 'favelas'
La erradicaci¨®n de 2.000 chabolas es todav¨ªa un deber pediente
El Plan de Barrios en Remodelaci¨®n acab¨® con 38.000 infraviviendas en una d¨¦cada, la de los ochenta. Sin embargo, la erradicaci¨®n de 2.000 chabolas, habitadas en su mayor¨ªa por familias gitanas, amenaza con resultar una historia sin final.A¨²n quedan 900 familias pendientes de la vivienda digna que el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid les prometieron para 1988. A ellas se han a?adido otras mil que han constru¨ªdo su caseta con posterioridad. Es un problema de integraci¨®n, justicia social y, a veces, picaresca, que tambi¨¦n ata?e al orden p¨²blico: los n¨²cleos marginales llevan a la delincuencia y ¨¦sta acaba afectando a todos.
Desde que en el oto?o de 1991 vecinos de Villaverde vetaran el traslado de 80 familias gitanas de Los Focos a Los Molinos -cerca de Villaverde Bajo-, los programas de realojamiento han funcionado con muchas promesas e incumplimientos.
A menudo, las soluciones aportadas han creado nuevos problemas. ?se es el caso de los diez campamentos de casas bajas para chabolistas. Como cada vez se construyen m¨¢s aislados de la poblaci¨®n para evitar conflictos vecinales, se han consolidado en guetos.
La situaci¨®n de las minor¨ªas ¨¦tnicas en la regi¨®n se ha complicado con un fen¨®meno nuevo: la progresiva llegada de inmigrantes. Este flujo de trabajadores de otros pa¨ªses cogi¨® desprevenidas a las instituciones. La regularizaci¨®n de trabajadores inmigrantes de 1991 pudo llevarse a cabo gracias a la existencia de numerosas organizaciones no gubernamentales que supl¨ªan el despiste oficial.
Las medidas dirigidas a fomentar la integraci¨®n de los reci¨¦n llegados se han ido tomando, en cierto modo, a fuerza de desgracias. S¨®lo despu¨¦s de que la dominicana Lucrecia P¨¦rez fuera asesinada en Aravaca, el Ayuntamiento decidi¨® que era momento de iniciar un proyecto intercultural en este barrio madrile?o, donde ya se percib¨ªan tensiones xen¨®fobas. Despu¨¦s, las protestas vecinales en Embajadores han impulsado la creaci¨®n de otro programa similar. Tambi¨¦n en esas fechas el Consistorio abri¨® un albergue en San Blas para solicitantes de asilo y refugio que sustituy¨® al del paseo del Rey.
La necesidad de buscar un alojamiento digno para los caribe?os que compart¨ªan una discoteca abandonada con la malograda Lucrecia llev¨® al Gobierno regional a lanzar por fin un proyecto de pisos de alquiler con aval oficial. As¨ª naci¨® Provivienda, una entidad que pretende paliar el rechazo que sufren los inmigrantes cuando quieren arrendar un piso.
Por ese sistema se ha realojado, entre otras, a medio centenar de familias de Pe?a Grande (Fuencarral), el primer poblado chabolista magreb¨ª. Despu¨¦s de dos a?os de negociaciones entre los gobiernos local y regional, tuvo que producirse un incendio para se dieran soluciones. La actual legislatura ha supuesto el reconocimieno del derecho a los servicios sociales para los inmigrantes regulares. Hasta hora la ley regignal restring¨ªa estas ayudas (acceo a vivienda p¨²blica, salario social, guarder¨ªas) a los espa?oles, y s¨®lo hac¨ªa excepciones por cuestiones humanitarias. El reconocimiento de derechos por parte de la Asamblea de Madrid fue propuesto por IU y apoyado por el PSOE, pero tuvo el voto en contra del PP.
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