Enrique Ponce: "Matar la corrida de Samuel Flores es un gesto de figura"

Enrique Ponce protagoniza la m¨¢xima expectaci¨®n hoy en su primera corrida del abono, para la que ha elegido anunciarse con una ganader¨ªa, la de Samuel Flores, a la que reh¨²yen otras figuras por el trap¨ªo y pitones habituales en sus toros, algo que el valenciano no entiende: "All¨¢ cada uno con la forma de llevar su carrera, pero para m¨ª matar esta corrida es un gesto de aut¨¦ntica figura, y demuestra que, como siempre, vengo a dar la cara".

A lo que a?ade que, como se considera "uno de los ¨²ltimos rom¨¢nticos que quedan en esta profesi¨®n" quiere recuperar la tradici¨®n ya perdida hace d¨¦cadas de que las figuras no vengan a Madrid anunciados s¨®lo con corridas c¨®modas. En esta corrida, acompa?ar¨¢n a Ponce dos veteranos de los que piensa le van a dar mucha guerra: Ortega Cano, en su segunda y ¨²ltima aparici¨®n en el abono, y el mexicano Miguel Espinosa Armillita Chico, al que como a Ponce a¨²n le resta otra tarde.No oculta Ponce tampoco que en su apuesta por estos toros tambi¨¦n influyeron dos razones. Por una parte, que todo lo que se haga delante de ellos se valora m¨¢s por "un p¨²blico tan entendido y torista como el de Las Ventas". Y por otra, que a lo largo de su carrera ya ha triunfado varias veces con ellos, "porque si no te asusta su presencia y los dominas desde el principio sin dudarles es relativamente f¨¢cil torearles". Antes de continuar, Ponce recuerda que tampoco viene c¨®modo en su segunda cita, el d¨ªa 1 de junio, con los toros de Atanasio Fern¨¢ndez.

Despu¨¦s presume de ser de los pocos toreros punteros que jam¨¢s ha pegado un petardo en Madrid, "una plaza que me quiere y a la que quiero desde que ya vine a dar la cara de novillero con s¨®lo 15 a?os". Aunque comenta que ¨²ltimamente nota mayores exigencias debido al peso de la p¨²rpura: "Y as¨ª debe ser. Esta afici¨®n es muy dura y exigente, pero tambi¨¦n se entrega como ninguna cuando haces las cosas con verdad". Y recuerda c¨®mo se le ha puesto la carne de gallina ya las muchas veces en que ha escuchado en su honor los gritos de ?torero, torero!

La ¨²ltima vez, en la feria de 1994, cuando estuvo a punto de abrir la puerta grande las dos tardes que hizo el pase¨ªllo, "y s¨®lo las decisiones presidenciales me lo impidieron". Y concluye al respecto indicando que se fue con la m¨¢xima satisfacci¨®n para una figura: "Esos gritos y la estima del p¨²blico de Madrid. Por eso tambi¨¦n me anim¨¦ a corresponderles ahora no anunci¨¢ndome con corridas c¨®modas".

El romanticismo a que hac¨ªa referencia al principio lo explica cuando declara que no le interesa para nada volver a pelearse por ser el primero del escalaf¨®n: "Eso ya es una ¨¦poca pasada para m¨ª. Ahora s¨®lo apuesto por la calidad". A lo que a?ade como prueba de su reconversi¨®n que lleva dos a?os sin hacer el pase¨ªllo en plazas port¨¢tiles, salvo un par de compromisos inevitables: "Si quisiera sumar por sumar, no me faltar¨ªan contratos, pero me parece una estafa quitar ese mercado para que se forjen los modestos, como ocurr¨ªa antes".