Refinada escuela interpretativa britanica en "La locura del rey Jorge"
Alta y un¨¢mime valoraci¨®n de la cr¨ªtica a "Tierra y libertad"
Mientras Sharon Stone se adue?a de todas las miradas, las pantallas siguen aqu¨ª funcionando las pantallas siguen aqu¨ª f¨²ncionando a destajo aunque nadie las mire. No s¨®lo Nigel Hawthorne, candidato al Oscar por esta pel¨ªcula, sino todo el reparto de La locura del rey Jorge, de Nicholas Hytner, nos regal¨® ayer una deliciosa lecci¨®n de alta escuela interpretativa brit¨¢nica. Completaron la jornada El convento, del octogenario portugu¨¦s Manoel de Oliveira, y No olvides que vas a morir, un buen trabajo del franc¨¦s Xavier Beauvois que afronta con dureza el t¨®pico juventud-droga-sexo-sida.
A los 88 a?os, Manoel de Oliveira sigue trabajando como un muchacho. No obstante, El convento no alcanza la altura de sus obras cumbres. Parte de una pincelada de humor negro: en un siniestro convento donde se practica el diabolismo, un historiador norteamericano, interpretado por John Malkovich, investiga la divertida hip¨®tesis de que Shakespeare no era brit¨¢nico Sino un emigrante espa?ol llamado Jacques P¨¦rez. Esta broma inicial es simp¨¢tica, pero su desarrollo resulta impreciso y convierte a El convento en un bonito filme de elegante ret¨®rica visual.No olvides que tienes que morir va por el lado contrario: una historia sin gracia, pero hecha con buen pulso en la dosificaci¨®n de la dureza del asunto narrado por el joven director franc¨¦s Beauvois, que precisamente aprendi¨® el oficio como ayudante de direcci¨®n de Oliveira. Entra a saco la pel¨ªcula en el t¨®pico cuadr¨¢ngulo juventud-droga-sexo-sida y la ecuaci¨®n tiene una resoluci¨®n aceptable gracias a su buen reparto. Pero puestos a hablar de repartos, el de La locura del rey Jorge supera a todos, hasta el punto de que la genial creaci¨®n del protagonista, Nigel Hawthorne, no se desgaja del conjunto, sino que se funde en ¨¦l. Es un regalo impagable asistir a este alarde de alta y refinada escuela esc¨¦nica brit¨¢nica: un derroche de profesionalidad, de gamas verbales y gestuales, de instinto del sitio y de dominio del desplazamiento. El puro arte de la actuaci¨®n en estado de gracia.
Mientras tanto, en las bambalinas del Mercado del Filme ha surgido una pol¨¦mica de escasos vuelos intelectuales, pero que nos concierne. Se trata de la identidad industrial de Tierra y libertad, que en los programas oficiales aparece avalada ¨²nicamente por las siglas UK (Reino Unido), cuando en la voz de los pasillos se la considera un¨¢nimemente una coproducci¨®n angloespa?ola.
Una funcionaria de la oficina de prensa del festival consult¨® con la organizaci¨®n de Cannes-95, donde fue informada de que no tienen constancia de que exista solicitud oficial espa?ola para que conste el nombre de Espa?a en la identidad industrial del filme y de esta manera se reconozca una espa?olidad que no es s¨®lo financiera -el 25% del presupuesto es de nuestro pa¨ªs-, sino, y esto es lo m¨¢s serio, cultural y art¨ªstica. Casi todo el reparto del filme es espa?ol, la aventura narrada concierne directamente a nuestra historia y m¨¢s de la mitad de los di¨¢logos son dichos en castellano y catal¨¢n.
Es m¨¢s que probable que este fallo, con toda evidencia debido a la poca agilidad o a la falta de sentido de la anticipaci¨®n de la delegaci¨®n espa?ola, o previamente del Instituto de la Cinematograf¨ªa, para exigir al festival algo que ¨¦ste le hubiera concedido autom¨¢ticamente, no hubiera levantado polvareda si Tierra y libertad hubiera pasado inadvertida. Pero los paneles de la cr¨ªtica intemacional son los siguientes: en Le Filme Fran?ais, en 14 calificaciones Tierra y libertad logra nada menos que siete puntuaciones m¨¢ximas de tres estrellas; en Screen International, obtiene una decena de calificaciones, dos m¨¢ximas de excelente y seis de muy buena; y finalmente, en Moving Pictures, que es el m¨¢s matizado, ya que los cr¨ªticos punt¨²an de 0 a 10, obtiene la hasta ahora media m¨¢s alta de todas las pel¨ªculas: nada menos que un 8,2.
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