"Los m¨¢s necesitados son los que m¨¢s se abstienen"

La callejuela que conduce a la casa de Joaqu¨ªn Leguina, en el barrio de Malasa?a (Centro), est¨¢ en obras. Las fachadas y las aceras eran adecentadas el mi¨¦rcoles por unos obreros vestidos con monos amarillos y dotados de una m¨¢quina infernal que llevaba el ruido a todos los portales. La conversaci¨®n se desarrolla al otro lado de la ventana, en el despachito donde Leguina escribe sus novelas. Una estanter¨ªa entera contiene s¨®lo libro sobre Cuba, el pa¨ªs donde se desarrolla su pr¨®ximo relato. Se titular¨¢ La tierra m¨¢s hermosa, en recuerdo de la descripci¨®n de Crist¨®bal Col¨®n: "Es la tierra m¨¢s hermosa que los ojos vieron".Pregunta. Madrid capital es el granero de los votos de la Comunidad de Madrid. Y, sin embargo, aqu¨ª es donde su gesti¨®n pasa m¨¢s inadvertida, donde usted menos capacidad de maniobra tiene. ?C¨®mo se puede resolver esta paradoja?

Respuesta. Es que Madrid se traga todo. En cuanto a inversiones, est¨¢ claro que una parte sustancial -en una proporci¨®n de cuatro a seis- se ha dedicado a la capital. Cualquier inversi¨®n en un sitio peque?o, por reducida que ¨¦sta sea, se comenta, se analiza, se conoce; y aqu¨ª, en Madrid, no pasa eso. Madrid es muy susceptible a las cuestiones de las que se ocupa la prensa nacional que aqu¨ª se edita; y luego, adem¨¢s, a¨²n quedan estructuras de barrio. Por ejemplo, aqu¨ª donde vivo. Sin ir m¨¢s lejos: al entrar, han encontrado ustedes la calle levantada. Esto se le atribuye al Ayuntamiento. Pues no, resulta que lo estamos pagando tambi¨¦n la Comunidad y el Ministerio de Obras P¨²blicas.

P. ?Vaya, vaya!

[Leguina se r¨ªe] ?El presidente se est¨¢ arreglando la calle con el dinero de la Comunidad!

R. As¨ª es. A la entrada de la calle hay un cartel donde se han encargado de colocar el oso y el madro?o y dond¨¦ debajo pone, en peque?ito, el nombre del ministerio y el de la Comunidad. Esto tambi¨¦n ocurre en los pueblos, pero aqu¨ª mucho m¨¢s. Es una caracter¨ªstica de Madrid.

P. Otra paradoja quiz¨¢ venga de que usted ha criticado p¨²blicamente la pol¨ªtica oficial del PSOE y sin embargo, en estas elecciones se prev¨¦ que reciba un voto de castigo precisamente por la pol¨ªtica general del PSOE.

R. Una paradoja o una esquizofrenia. Pero el voto de castigo al PSOE m¨¢s bien engorda a IU. Lo que hay es una abstenci¨®n de castigo, Y eso me preocupa mucho, porque no va a castigar al PSOE, sino a las clases sociales a las que pertenezcan los abstencionistas. Me ha sorprendido much¨ªsimo una encuesta que me dieron ayer. Desde el punto de vista electoral no me dice nada, pero es la primera en cuesta en que veo claramente clasificada la intenci¨®n de votar o no votar. Los de clase baja tienen decidido votar en un 42%. Los de clase media, el 62%. Los de clase alta, el 72%. Hay una diferencia tan grande, un gradiente tan claro renta-intenci¨®n de votar, que me asusta. Pero no como socialista, sino porque aquellos que m¨¢s necesitan de las instituciones p¨²blicas, que son los de abajo, son los que menos decisi¨®n tienen a la hora de intervenir en qui¨¦n gobierna. Me parece una especie de suicidio, como aquello que se cuenta del cuartel: "Para que se fastidie el capit¨¢n, no como". Y el capit¨¢n no se fastidia. El que te fastidias eres t¨². Es una contradicci¨®n tremenda, sobre la cual los partidos de izquierda tendr¨¢n que reflexionar en el futuro.

P. Una paradoja m¨¢s: el paro est¨¢ siendo uno de los temas de debate de esta campa?a. Y la Comunidad de Madrid tampoco puede hacer tanto por el paro, ?no?

R. Contra el paro deben luchar todas las administraciones p¨²blicas. Lo que pasa es que la derecha siempre ha pensado que es una cuesti¨®n coyuntural, y de oferta y demanda: que si se bajan los salarios y se favorecen los despidos, habr¨¢ m¨¢s empleos; y se?alan como ejemplo el de Estados Unidos. Y luego est¨¢ una parte de la izquierda -aunque falta ah¨ª una reflexi¨®n... pero, en fin-, que sostiene que hay que volver al modelo antiguo, contra la reforma laboral, etc¨¦tera. Sin entrar en esa discusi¨®n, que no viene al caso, lo que est¨¢ claro es que todas las administraciones debieran tener pol¨ªticas contra el desempleo. Porque un gran problema no tiene siempre una ¨²nica soluci¨®n, sino muchas peque?as soluciones. Sin olvidar que las grandes decisiones no est¨¢n ya en el ¨¢mbito nacional, sino en el internacional. Pero esto no es lo que se discute en la campa?a, lo que se discute es a ver cu¨¢ntos empleos va a crear cada modelo. Y ah¨ª hemos encontrado una sorpresa, cuando el PP ofrece crear, como ¨¦xito de su pol¨ªtica, 200.000 empleos. Alguien les ha enga?ado, o no han cuidado esto. Doscientos mil empleos en cuatro a?os significa que va a haber m¨¢s paro. Porque al ritmo actual de creaci¨®n de empleo se crear¨ªan espont¨¢neamente en Madrid 570.000 empleos. Si crean s¨®lo 200.000, lo que van a crear son m¨¢s parados. Ah¨ª el PP ha patinado, y supongo que esto desaparecer¨¢ de su programa en estos d¨ªas.

P. M¨¢s paradojas: usted ha criticado las actitudes en el PSOE ante los sucesivos esc¨¢ndalos. Pero ?no ha mostrado usted cierta pasividad ante los casos del director general de Empleo o Atocha?

R. Reaccionar no quiere decir tomar decisiones apresuradas, sobre todo cuando hay personas -y su prestigio personal- en juego. En ese asunto de Ibercoop, efectivamente, hay una serie de proyectos que llevaban estas cooperativas que, a lo que se ve, eran s¨®lo para sacar subvenciones, con poca intenci¨®n de llevarlos a cabo. A m¨ª me daba mucha tranquilidad el acuerdo con los sindicatos y la patronal, seg¨²n el cual las subenciones para crear empleo -lo que est¨¢ dentro del pacto por la industria- iban a ser revisadas por ocho ojos, que ven m¨¢s que dos. Y los ocho ojos son dos de UGT, dos de Comisiones, dos de CEIM y los dos de la Comunidad. Esa tranquilidad ten¨ªa, hasta que se present¨® el problema y se vio que algunas cosas no estaban bien hechas.

P. Pero desde que se produce el primer informe del Tribunal de Cuentas hasta que se produce la dimisi¨®n de Juan Navarro transcurren unos cuantos meses.

R. Se hizo una comisi¨®n de investigaci¨®n. Y hasta que no se termin¨® la comisi¨®n de investigaci¨®n -mejor dicho, hasta que no dimiti¨® el director general- yo no hice nada, como creo que era mi obigaci¨®n.

P. ?La ley que impide abrir a los h¨ªper todos los domingos es para usted provisional o definitiva?

R. Es una ley pactada con los afectados muy directamente, con los peque?os comerciantes. Nos vimos obligados a hacerla. Era una competencia del Gobierno, que pas¨® esta patata caliente a las comunidades aut¨®nomas. En Madrid hay m¨¢s de 80.000 peque?os comerciantes, y ellos consideraban que ¨¦ste era un asunto de vida o muerte para ellos. Yo creo que tiene menos importancia de la que ellos le dan, pero tiene importancia. Es una ley legalmente provisional, porque tiene que haber una ley de comercio a escala nacional.

P. ?Legalmente provisional?

R. S¨ª, porque est¨¢ amenazada por una ley nacional, y en cuanto la haya habr¨¢ que rehacerla.

P. ?Pero es una medida que tendr¨¢ efecto para dar tiempo al peque?o comercio a modernizarse, a reaccionar ante los h¨ªper?

R. ?sta es una medida que intenta paliar el efecto, a veces demoledor, de esa competencia en el peque?o comercio. Pero lo que realmente va a sacar al peque?o comercio de la situaci¨®n actual es un acuerdo serio, pol¨ªtico, hecho desde ¨¦l Ministerio de Comercio y las comunidades aut¨®nomas, para ayudar a la modernizaci¨®n, renovaci¨®n del peque?o comercio..., a las posibilidades de jubilaci¨®n del peque?o comerciante. Yo creo que eso es urgente. Nosotros hemos presentado un plan marco al hilo del cual vendr¨¢n estas ayudas.

P. No se ha hecho p¨²blico ese plan.

R. Quiz¨¢ para evitar el ser calificados de electoralistas. Pero est¨¢ en la cartera del ministro de Comercio. Yo le doy mucha importancia a ese plan desde el punto de vista de las propias ciudades. Ahora se est¨¢ emprendiendo la rehabilitaci¨®n del centro -a iniciativa de la Comunidad, no del Ayuntamiento-, y ¨¦ste es un elemento fundamental: los escaparates de las pequenas tiendas son los escaparates de la ciudad. En esta calle lo podemos ver: aqu¨ª est¨¢ toda la tipolog¨ªa de los comercios: uno moderno -incluidos los bares-, otro obsoleto, incluso se mantiene, un comercio ligado a la industria, hay una tahona.

P. Tambi¨¦n es parad¨®jico que usted sea un renovador en el PSOE y que no se haya renovado su lista electoral.

R. La lista se ha renovado bastante. La edad media ha bajado sensiblemente, considerando los puestos de previsible elec ci¨®n, los 40 primeros. Y han entrado m¨¢s mujeres... Si fuera todo el PSOE a este ritmo, no estar¨ªa nada mal.

P. De todas formas, no se ha producido seguramente la renovaci¨®n que usted esperaba.

R. Yo en las listas apenas he intervenido. Se me dijo que pusiera a dos personas, las que quisiera, y eso hice. Pero nada m¨¢s.

P. ?Madrid se merece los candidatos que tiene?

R. ?Madrid capital?

P. Madrid capital y Madrid comunidad.

R. A m¨ª el editorial de EL

PA?S sobre este tema me pareci¨® mal. Primero, porque descalificar a personas es siempre muy duro. Y luego, la coda final me pareci¨® una llamada a la abstenci¨®n. Lo que Madrid no se merece es el gobierno municipal que ha tenido en los ¨²ltimos cuatro a?os. No es que sean de derechas, que lo son -m¨¢s que Recaredo-... sino que lo que me saca de mis casillas es que se trata de una derecha sin rumbo. Yo he vivido en Santander, y all¨ª hay un gobierno municipal de derecha; pero ha decidido hacer cosas. Por ejemplo, ha decidido que en el verano Santander no pod¨ªa soportar m¨¢s la liberalidad frente al autom¨®vil; y ahora hay una disciplina. Aqu¨ª no han decidido nada. Han hecho seis t¨²neles, han acabado una serie de obras, y se han dedicado a mover el rabo sin m¨¢s. No ha habido unas pol¨ªticas claras.

P. La mayor¨ªa de los candidatos apenas tienen peso en sus propios partidos.

R. Lo importante es el cr¨¦dito que tengan entre sus vecinos.

P. Hace seis a?os, usted llam¨® "criatura" a Alberto Ruiz Gallard¨®n. ?Ha crecido ya?

R. Supongo que sigue midiendo lo mismo. Ha cambiado su look

[aspecto], su look ideol¨®gico, no s¨¦ si por mor de las necesidades electorales o porque ha cambiado ¨¦l. Eso no lo puedo saber. No s¨¦ si lo sabe ¨¦l siquiera. Ahora, sigue teniendo una inexperiencia notable. Alberto Ruiz Gallard¨®n hizo una carrera, unas oposiciones a fiscal, eso est¨¢ muy bien, luego abri¨® un bufete, entr¨® en pol¨ªtica inmediatamente, pero jam¨¢s ha sido concejal de un gobierno municipal, tiene nula experiencia de gobierno. Por tanto, sigue teniendo la misma experiencia que ten¨ªa hace seis a?os: ninguna.

P. ?Ser¨ªa vicepresidente de un Gobierno presidido por IU?

R. No lo s¨¦, no veo a Anguita en la presidencia del Gobierno

[bromea]. Todav¨ªa.

P. En Madrid.

R. A m¨ª no se me cae ning¨²n anillo por nada. Pero es improbable que eso ocurra.

P. IU pone como condici¨®n para gobernar con ustedes que los socialistas de Madrid se desmarquen del "felipismo".

R. Yo, como de banderas entiendo poco y me preocupo m¨¢s de las razones que de las palabras -como dice Plat¨®n que dijo S¨®crates-, me interesan m¨¢s las razones. ?No dicen que programa, programa, programa? Pues el primero de esos programas, el del PSOE; el segundo programa, el de IU. Y el tercero, el programa de gobierno que se pueda hacer con la s¨ªntesis de los dos. Y, ya puestos a rizar el rizo, eso es tesis-ant¨ªtesis-s¨ªntesis, del viejo Hegel, que tambi¨¦n le gustar¨¢ a Anguita.

P. Si pierde, abandonar¨¢ la Asamblea. ?A qui¨¦n dejar¨¢ como sucesor?

R. No tengo ning¨²n h¨¢bito de escribir testamentos. Hay personas valios¨ªsimas ah¨ª.

P. ?Cree que s¨ª hay sucesores en sus propias filas, o pasa como con Felipe Gonz¨¢lez?

R. No creo que eso pase con Felipe Gonz¨¢lez. El PSOE es algo m¨¢s que unos nombres, por muy relevantes que sean.

P. ?ngel P¨¦rez, el candidato de IU, se muestra firmemente contrario a los ca?ones de nieve artificial que se han instalado este a?o en la sierra.

R. Cost¨® bastante convencer de que ello era positivo a aquellos que se preocupan -y con raz¨®n- por el medio natural. Y yo creo que los tenemos ya convencidos, y hay muchos miles de madrile?os que han usado eso...

P. Pues el a?o inaugural no ha sido muy brillante, porque hubo nieve muy pocos d¨ªas.

R. Es que no se puede poner nieve artificial en Marbella en verano. Ni en Madrid si hace calor. Pero es una inversi¨®n muy ¨²til. Hay much¨ªsimos miles de madrile?os a quienes les gusta esquiar y jugar con la nieve.

P. Uno de los problemas de Madrid, y en el que tiene plena competencia usted, es el de la falta de plazas en las residencias de ancianos. Hace dos a?os anunci¨® un plan de cesi¨®n de suelo p¨²blico para que las gestione la iniciativa privada. ?Qu¨¦ ocurri¨® con eso?

R. Estamos en ello. Lo. llevamos en el programa. Ya hemos iniciado ese proyecto, que yo creo que va a ir bien. Se sabe perfectamente cu¨¢les van a ser las, necesidades de residencias. Van a ir convirti¨¦ndose, espero, en residencias de asistidos. Estamos hablando de la tercera edad, pero es que hay una cuarta edad. Y va creciendo, porque crece la esperanza de vida. Y habr¨¢ una cuarta edad en la que una parte de la vida de las personas debe ser asistida. Las residencias debieran ser para estas personas. Un trabajo serio de asistencia a la tercera edad pasar¨ªa por los propios domicilios, puesto que las familias ya no soportan como antes sostener a sus mayores s¨®lo con el trabajo familiar. As¨ª que hay una fase, larga, de asistencia domiciliaria -que ya se ha iniciado-, y luego, en cuanto a residencias, dado que esta pol¨ªtica "felipista" nefasta h¨¢ hecho que casi todos los ancianos tengan una pensi¨®n, ?verdad?, esta pol¨ªtica tan de derechas, ser¨¢ bastante sencillo el siguiente esquema: suelo p¨²blico y construcci¨®n p¨²blica o semip¨²blica, y gesti¨®n privada, pagada proporcionalmente seg¨²n las rentas que perciben los ancianos, de modo que la Comunidad pondr¨ªa una parte y el pensionista otra. Para ello es necesario que las residencias sean peque?as. El modelo que soportamos es de residencias enormes, cuya gesti¨®n sal¨¦ muy cara. Este modelo mixto dar¨¢ buenos resultados. Hay que crear 10.000 plazas en estos a?os.

P. ?Cu¨¢ntas residencias de ancianos se han construido en su mandato?,

R. En los ¨²liimos cuatro a?os, seis residencias nuevas y dos renovadas totalmente, con 557 plazas. En los ¨²ltimos ocho, 12 residencias en total, con 1.350 plazas. La caja de ahorros

[Cajamadrid] debe ayudar mucho en esto. Es curioso, ?no?, cuando se habla del esp¨ªritu del capitalismo. Resulta que la mejor empresa financiera del pa¨ªs no tiene due?os. Y tiene una obligaci¨®n, su fondo social. ?ste es el tipo de cosas, adem¨¢s, que le vienen bien a una caja de ahorros: una inversi¨®n que no debe gestionar directamente, como una residencia de ancianos. Mantiene la propiedad, que le viene muy bien para su inmovilizado frente a los porcentajes que le exige el Banco de Espa?a.

P. ?Funciona bien Cajamadrid?

R. La Comunidad de Madrid tiene algunas competencias sobre las decisiones importantes de Cajamadrid, que han de ser aprobadas por el ¨®rgano de control m¨¢ximo que tiene, que es la Comunidad de Madrid. Nunca he tenido problemas con la actual direcci¨®n de Cajamadrid. Han tomado decisiones y algunas parec¨ªan arriesgadas. Pero, en general, la verdad es que la gesti¨®n ha sido muy buena. Y la no politizaci¨®n, en el sentido partidista, me parece un acierto.

P. Si ahora viniera UGT habl¨¢ndole de que quiere constituir una cooperativa de viviendas y que necesita suelo, ?qu¨¦ har¨ªa?

R. Pues ayudar en lo que pudiera.

P. ?Corrigiendo algo?

R. Les exigir¨ªa que cada cooperativa tuviera una gesti¨®n independiente y que se. olvidaran de los holdings, que se olvidaran de las palabras inglesas en general.

P. ?Se ha llevado dinero Carlos Sotos en PSV?

R. Yo creo que no. Ahora, la gesti¨®n... En fin, en su momento se lo expliqu¨¦ bastante claramente a quien ten¨ªa que explic¨¢rselo... Las operaciones de bola de nieve, en la vida y en la econom¨ªa, suelen acabar aprisionando a quienes las ponen en marcha.

P. El domingo, habr¨¢ 360.000 nuevos electores j¨®venes. ?Qu¨¦ espera de ellos?

R. En general, en su expresi¨®n electoral no hay tanta diferencia, seg¨²n los expertos, entre lo que votan los m¨¢s j¨®venes y lo que votan los mayores. Ahora, la juventud, al menos en sus expresiones m¨¢s llamativas, es de una gran nobleza. Por ejemplo su esp¨ªritu de cooperaci¨®n con el 0,7%, su preocupaci¨®n por el medio ambiente, su rechazo a la violencia, su pensamiento pacifista... Y todo eso que ellos defienden es lo que ha defendido siempre, hist¨®ricamente, la izquierda, el socialismo. Es m¨¢s: creo que eso est¨¢ en la gen¨¦tica misma del socialismo.