Las elecciones de hoy perfilar¨¢n un nuevo mapa en el que el PSOE lucha por mantener el 30%
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Las elecciones que se celebran hoy tienen como objetivo renovar 8.098 gobiernos municipales y 13 auton¨®micos, pero tambi¨¦n servir¨¢n para contrastar si se consolida o no el vuelco del mapa pol¨ªtico apuntado en los comicios europeos de junio del a?o pasado. A partir de hoy se podr¨¢ comprobar si hay declive socialista frente al avance del centroderecha de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar o si, por el contrario, se produce alg¨²n tipo de resistencia del electorado tradicional del PSOE, atrapado entre los populares y el ascenso de Izquierda Unida. La formaci¨®n que lidera Felipe Gonz¨¢lez ha fijado su suelo electoral en un 30% de los votos -el peor resultado de su historia reciente lo obtuvo en las municipales de 1979, con un 27%-. De ah¨ª hacia arriba, en las circunstancias actuales, los resultados empezar¨ªan a serles buenos. Y si bajasen del 25%, desastrosos.
El vuelco o no del mapa electoral tendr¨¢ su reflejo en las 13 comunidades que hoy compiten, ocho de ellas gobernadas por los socialistas, tres por los populares y dos por los regionalistas. Los resultados de hace cuatro a?os fueron contundentemente favorables a los socialistas. No sucedi¨® lo mismo con las municipales, que marcaron el primer corrimiento de voto favorable al PP al conseguir vencer a los socialistas, en algunos casos con ayuda de pacto, en las principales capitales, con la excepci¨®n de Barcelona (Pasqual Maragall) y La Coru?a (Francisco V¨¢zquez). Las elecciones de hoy ponen a prueba si los populares revalidan su ¨¦xito de 1991 en las grandes ciudades y mejoran en las medianas y peque?as, que hace cuatro a?os dieron un saldo muy favorable a los socialistas, con 3.165 alcald¨ªas frente a 2.538 del PP y 132 de IU.Una de las claves de estos comicios va a estar en Barcelona. Una victoria del candidato de CiU, Miquel Roca, con el respaldo del PP, sobre el socialista Pasqual Maragall, puede complicarles las cosas a los socialistas, que pretenden seguir gobernando en Espa?a hasta 1997 al margen de lo que hoy arrojen las urnas.El presidente del PP ha planteado el 28-M, desde el comienzo de la campa?a, como la ¨²ltima prueba por la que tendr¨¢ que pasar antes de llegar a La Moncloa. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha hecho de estas elecciones unas primarias, y si el resultado le fuese favorable volver¨ªa a solicitar la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas. Felipe Gonz¨¢lez ya le ha respondido, con la misma insistencia, que no se va a ver condicionado por el resultado de hoy porque estos comicios tienen exclusivamente ¨¢mbito municipal y auton¨®mico. El l¨ªder del PSOE ha llegado a poner de ejemplo al Reino Unido, donde la reciente estrepitosa derrota de los conservadores ante los laboristas en las municipales no ha empujado a John Major a adelantar las elecciones generales.
La diferencia entre Espa?a y el Reino Unido radica, en este caso, en que al l¨ªder de la oposici¨®n brit¨¢nica, el laborista Tony Blair, atendiendo a las costumbres pol¨ªticas brit¨¢nicas, no se le ha ocurrido pedir la disoluci¨®n del Parlamento, mientras que en Espa?a Aznar lleva pidiendo el adelanto electoral insistentemente desde las europeas de junio del 94 y ahora redoblar¨¢ su petici¨®n si el contenido de las urnas confirma o se aproxima a lo pronosticado por la mayor¨ªa de los sondeos.
En el PP s¨®lo hay moral de victoria, a tal punto que nadie se plantea siquiera la duda de c¨®mo afrontar¨ªan los populares una victoria m¨¢s apurada de lo esperado. Los socialistas, por su parte, fijan su suelo electoral en un 30% de los votos. Hacia arriba, en las actuales circunstancias, con un electorado muy influido por la cadena de esc¨¢ndalos que afectaron en los ¨²ltimos meses a la actividad del Gobierno, lo considerar¨ªan muy bueno. Del 30% hacia abajo, los resultados empezar¨ªan a ser malos. Y si franquean el 25%, desastrosos.
IU tambi¨¦n se juega mucho en estas elecciones, que se disputan en un terreno no muy propicio para Julio Anguita por su d¨¦bil implantaci¨®n en algunos territorios. Si IU consigue un tir¨®n tan fuerte que le permita acortar sensiblemente su diferencia en votos con el PSOE, podr¨ªa tener vigencia su teor¨ªa del sorpasso, esto es, de optar definitivamente por la hegemon¨ªa de la izquierda.
Un Gobierno que "haga cosas"
Los socialistas han confiado hasta el ¨²ltimo segundo en la recuperaci¨®n del "voto progresista" para evitar el anunciado triunfo del PP. Saben que de sufrir hoy una fuerte derrota, se arriesgan a tener que afrontar el quebranto de su cohesi¨®n interna. El propio Felipe Gonz¨¢lez ha sido el primero en reaccionar. A la vista del revuelo interno que se arm¨® hace un a?o, tras el varapalo de las europeas, ha tomado la iniciativa convocando para el lunes a la comisi¨®n ejecutiva y para el s¨¢bado al comit¨¦ federal.En el PSOE impera la opini¨®n casi un¨¢nime de que se debe agotar la legislatura y no conviene precipitar el debate sobre la sucesi¨®n. Predomina la idea de que el mantenimiento de la legislatura puede proporcionar una recuperaci¨®n del voto en una elecciones generales en 1997, "siempre que el gobierno haga cosas".
Pero la continuidad del Gobierno, con un resultado, electoral desfavorable el 28-M, no ser¨ªa f¨¢cil ante la previsible presi¨®n (le Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en demanda del adelanto de los comicios generales. Para contrarrestar la ofensiva del PP, entre los estrategas socialistas se baraja la apuesta de emprender "una cierta din¨¢mica", que se traducir¨ªa en una acci¨®n de Gobierno de mayor contenido social -gracias a la actual recuperaci¨®n econ¨®mica- y en un estrechamiento de las ya mejoradas relaciones con los sindicatos.
La posibilidad de un cambio de Gobierno a corto plazo parece descartada ante la inminencia de la presidencia europea por parte de Espa?a. El ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Pedro Solbes, confirm¨® el viernes este extremo.
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